Les quiero a TODOS de VUELTA el AÑO QUE VIENE. Plissken fuera.

Randy Peltzer (Hoyt Axton), estrafalario inventor de cachivaches de dudosa eficacia y cortísima vida que intenta colocar a diestro y siniestro, pasea en una noche brumosa por las atestadas calles de Chinatown, en busca de un regalo inusual que sorprenda a su hijo por Navidad. De la mano de un muchacho un tanto espabilado llega a una tienda repleta de antigüedades y curiosidades chinas regentada por un anciano. Allí le sorprenden los dulces cantos de una criatura, de nombre Gizmo y perteneciente a una especie conocida como mogwai. Peltzer intenta comprar a Gizmo ante las reticencias del anciano, que se niega en redondo a venderlo, pero el muchacho finalmente cerrará el trato a espaldas de su abuelo y entregará al adorable animal no sin antes revelar las tres reglas de oro que deben seguirse con los mogwai: nunca deben mojarse, nunca, nunca, les debe dar la luz del sol y bajo ninguna circunstancia deben comer después de medianoche. Con Randy Peltzer perdido de nuevo en la bruma, esta vez con Gizmo bajo el brazo, ya nos hacemos una idea de que vamos a vivir una navidad inusual, divertida y aterradora.
La pequeña localidad de Kingston Falls se prepara para una blanca navidad, aunque el peso de la recesión económica y del desempleo se ha cebado en muchos de sus vecinos. Billy Peltzer (Zach Galligan) lo ve todos los días en su casa, en la que su madre Lynn (Frances Lee McCain) hace milagros para llegar a fin de mes con las pocas ventas de los inventos Peltzer -un cenicero absorbe humos que parece una bomba de gas lacrimógeno, por ejemplo-, o en casa de sus vecinos, los Futterman, Sheila (Jackie Joseph) y Murray (Dick Miller, actor fetiche del director) pero más todavía en el banco en el que trabaja. Junto a él trabaja la adorable, amable, comprensiva Kate Beringer (Phoebe Cates) que además está pluriempleada en el bar local para poder sacar adelante a su familia. Por la mañana Billy y Kate ven como los más ricos del pueblo avasallan a los humildes y necesitados desempleados, cada vez más en el pequeño pueblo, y por la noche comprueban el desánimo y el pesimismo que aboca a muchos de ellos a la bebida.
Pero es navidad, la familia se reúne y los regalos se entregan, y así Billy abre un cofre en el que se encuentra el peluche vivo más adorable de la historia del cine, un menudo ser con ojos y orejas enormes y piel aterciopelada que canta como los ángeles y sabe pronunciar unas pocas palabras. La familia Peltzer está completamente enamorada de Gizmo, igual que Kate o que Pete (Corey Feldman), joven amigo de Billy con el que comparte la afición por los comics o las películas de terror.


















Día el de hoy extremadamente tranquilo y sin novedad destacable alguna, lo cual tratándose de las fechas en las que estamos puede ser una buena y una mala noticia al mismo tiempo. Mala porque evidentemente el bombo de la suerte no ha tenido a bien visitar chez Plissken y buena porque –quien no se consuela es porque no quiere- en el resto de aspectos de mi vida tampoco ha habido cambios. Familia, amigos, gatos y colección de comics siguen perfectamente bien y esperando disfrutar de unas fiestas que siempre son bienvenidas y que desde hace unos días son más que evidentes por la blogosfera con decenas de felicitaciones y postales navideñas que van desde lo entrañable a lo friki.
Para no romper con la dinámica de las fiestas, el espíritu de este blog se viste igualmente de navidad y les ofrecerá unos contenidos en los que alternaré por un lado los habituales temas de este blog, con un sketch y con la espectacular galería de portadas que complementará la reseña de la saga de Superman y












ç




