Gene Colan es uno de esos autores que puede recibir merecidamente la etiqueta de "clásico" en vida sin que se le caigan los anillos. Con más de cincuenta años de carrera en el mundo del cómic hoy no se puede entender la visión de personajes como Daredevil, Dracula o Batman sin sus particulares interpretaciones de esos iconos. Su estilo, caracterizado por el excelente uso del sombreado y por la profusión de enfoques que distorsionan nuestra perspectiva de los personajes, ha sido tan característico a lo largo de su carrera como innovador, y ha logrado calar hondo entre unos aficionados más acostumbrados a otro tipo de estilo, más limpio quizá, pero sin duda con mucha menos personalidad que la mostrada por Gene Colan a lo largo de más de cinco décadas. Su carrera se halla actualmente un tanto parada, aunque permanece disponible para realizar commissions (¿adivináis a quién irá dedicada la sección esta semana?) y tiene en marcha un proyecto con Ed Brubaker protagonizado por el Capitán América (según la Wikipedia, con toda la fiabilidad o las reservas que eso pueda suponer).
Como coleccionista me hubiese encantado conseguir una página de su etapa con Batman, o de la colección Night Force, serie que me impactó cuando la descubrí con 12 años en su publicación a modo de complemento de la serie de La Cosa del Pantano. Esas viñetas repletas de claroscuros, esos contrapicados imposibles y la textura casi expresionista de las imágenes me ayudaron a apreciar el arte de Gene Colan. A partir de ahí recuperé algo del material para La tumba de Dracula y para Daredevil y ya nunca perdí ni un ápice de mi adoración por este autor que revolucionó el medio no sólo por su estilo, sino por sus innovadoras técnicas (fue uno de los primeros autores cuyo trabajo se imprimía directamente partiendo de sus elaborados lápices). Lamentablemente la cotización de esas páginas era -y es- bastante elevada, así que me contenté con esta página de una miniserie de Superman de principios de los 80, en la que además de apreciarse a la perfección el estilo de Gene podemos comprobar su versatilidad como artista, capaz de ilustrar tanto a Dracula, como al Pato Howard, como al Hombre de Acero. Todo un maestro.
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