La megacorporación Reynholm Industries busca un nuevo encargado para su departamento de informática. Para un puesto tan complejo y delicado se requiere una persona altamente cualificada y con mucha experiencia, y el proceso de selección corre a cargo del excéntrico, excesivo y algo tarado presidente de Industrias Reynholm, Denholm Reynholm (Chris Morris). Una de las candidatas es Jen Barber (Katherine Parkinson), joven dinámica londinense que ha hecho algo muy habitual con su currículo, mentir como una bellaca y exagerar sus aptitudes laborales. Dado que sus habilidades incluyen aparentemente conocimientos de informática y manejo de ordenadores (aunque apenas sepa encender uno y manejar algo más que su correo y el navegador) y que Reynholm apenas sabe algo más que ella de computadores Jen acaba convertida en la directora del deportamento de Información y Tecnología de la empresa (IT), un departamente situado en el sótano, en una habitación mal ventilada y habitada por unos seres extraños a los que ella jamás pensó que podría llegar a dirigirles la palabra...
Separados en los dos campos habituales de mantenimiento informático de cualquier empresa que trabaje con ordenadores, el departamento de IT cuenta con dos capaces técnicos informáticos. Encargado de la labor de mantenimiento de sistemas y reparación de equipos está Roy Trennerman (Chris O'dowd), un irlandés de carácter arisco y pendenciero con tendencia a perseguir las faldas de la quinta planta (que no se dignan a mirarle ni siquiera cuando este les arregla el ordenador) y a escaquearse todo lo posible de su trabajo mientras lee tebeos en horas de trabajo y consume toda clase de comida insana, desde pizzas hasta chucherías varias. Su interfaz de comunicación con el resto de la empresa se basa principalmente en dos frases que llega hasta el extremo de grabar en un magnetófono y reproduce cada vez que recibe una llamada de teléfono: ¿Has probado a apagarlo y encenderlo otra vez? y ¿Está definitivamente encendido el ordenador?
Su compañero Maurice Moss (Richard Ayoade) es un genio informático con mayúsculas, un tipo que bebe código, suda programación y cuenta chistes en código binario pero que carece de cualquier tipo de habilidades sociales y mira al mundo exterior como una fuente de problemas, miedos e inseguridades alimentadas por una madre sobreprotectora con la que vive, le compra la ropa y le prepara la comida diaria que consume en el trabajo mientras contempla la pantalla de su ordenador, el único lugar en que Moss es competente, eficaz y brillante.
La llegada de Jen al departamento generará no pocas suspicacias ante su evidente analfabetismo informático, pero pronto los tres compotentes del IT comprenderán que la unión hace la fuerza y que dado que toda la empresa los considera unos bichos raros deberán hacer un frente común y apoyarse entre ellos de la mejor manera posible. En su trato diario harán frente a la ineptitud de los capitostes, a los reveses sentimentales (sobre todo Roy y Jen), a la aparición de un inesperado compañero de sótano, Richmond Avenal (Noel Fielding, empleado caído en desgracia cuando adoptó la estética y la actitud gótica que vigila los servidores como si de un resignado vampiro se tratase) o al súbito cambio de dirección en la empresa que provocará no pocos cambios cuando Douglas Reynholm (Matt Berry) se ocupe de la misma. Douglas, un poco más incompetente que su padre para todo, aquejado de un satirismo galopante y de un talento para desperdiciar el dinero a manos llenas será el último de los escollos que el departamento de IT deberá superar para mantener su trabajo y desarrollar el mismo en condiciones.
La serie Los informáticos, título español para The IT crowd, es una telecomedia británica de libro. Pocos personajes y escenarios, juegos de palabras equívocos, choque de personalidades, disección de la sociedad y de los tipos que muestra y una eficacia en el gag verbal y visual altísima son algunas de sus características. Emitida por el Channel 4 desde el año 2006 hasta el momento la serie ha constado de cuatro temporadas de seis capítulos cada una, aunque el éxito de la misma ha permitido que se encargue una quinta temporada (que servidor espera como agua de mayo). El talento impulsor de Los informáticos no es otro que Graham Linehan, escritor y director que ha conseguido tres éxitos consecutivos con tres comedias diferentes: Father Ted (protagonizada por tres sacerdotes y su ama de llaves, ahí es nada), Black Books (ambientada en una libreria propiedad de un tipo con malas pulgas, que habrá que intentar ver por algún medio) y esta IT Crowd que hoy nos ocupa. Además del talento de Linehan, la serie se ha beneficiado de contar con un excelente plantel de cómicos y de aprovechar la cantera de Garth Marenghi's Dark Place, serie de la que toma prestados directamente a los actores Matt Berry y Richard Ayoade y que ha contado con la aparición estelar de otros actores de la misma. Curiosamente ha sido Garth Marenghi (Mathew Holness) uno de los pocos actores que todavía no han intervenido en Los informáticos.
Tras terminar de ver Dark Place, que ni de lejos nos haría la mitad de gracia que esta serie, decidimos continuar con The IT Crowd porque le habíamos cogido cierto cariño a los personajes, y poder ver de nuevo a Ayoade y a Berry además de echar unas risas por el camino fue aliciente más que suficiente. Afortunadamente la serie cuenta con un montón de factores para convertirse en una de nuestras preferidas de los últimos tiempos, a saber: glorificación de lo geek/friki hasta límites insospechados tanto en atrezzo como en referencias (convirtiéndose junto a Chuck y Big Bang Theory en parte fundamental de la Santisima Trinidad Friki televisiva), unos personajes con lo que no sólo es fácil identificarse sino encariñarse, una variedad de situaciones cómicas que van desde el gag recurrente al chiste visual absurdo pasando por los diálogos inteligentemente divertidos o las tan habituales situaciones de enredo o equívoco que dan momentos hilarantes. Aún me duele el estómago después de ver el capítulo Work outing, en el que una cita de trabajo acaba de forma catastrófica cuando Moss es confundido por barman de un teatro de ambiente, Roy se hace pasar por paralítico para evitar una situación embarazosa (y generando por tanto otra un millón de veces peor) y Jen le tira los trastos a su compañero hetero que la lleva a ver Gay, un musical gay! y a presentarla a todos sus amigos de la farándula de ambiente. Lo de ese capítulo no eran carcajadas, eran estertores histéricos provocados por cualquiera de las dos primeras situaciones. En resumen, y para no aburrirles en demasía, una recomendación que a buen seguro llegará tardísimo para muchos de ustedes -que ya la habrán disfrutado como se merece- pero que a más de uno le alegrará alguna de estas tórridas tardes veraniegas con una buena y genuina dosis del más puro, ácido y efectivo humor brittish.
Anti pirateria por Verano89
2 comentarios:
No veo el momento en que llegue esa quinta temporada. Mi favorito también es el primero de la segunda, el del musical gay.
Momentos como el de la impresionante presentación del personaje del hijo de Reynholm en el entierro de su padre no tienen precio.
Me encanta.
Padreeeeeeeeeeeeeeee!!!!
http://www.youtube.com/watch?v=qsaIp78kJCA
Calla, que me entran ganas de repasarla otra vez :D
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