Antes de entrar en la materia que a muchos les gustaría leer ya, no me resisto a dejar testimonio de un par de inolvidables estampas astures que han servido este año de preludio a unas Jornadas más intensas que nunca.
Ya el año pasado un servidor se quedó con ganas de realizar el descenso del Sella, una plácida travesía en piragua por dicho río a lo largo de unos 14 kilómetros. Lo que comenzó como una excursión entre amigos allá por 1930 se convirtió en una carrera con reglas de competición que cada año fue atrayendo a más y más participantes, hasta el punto que el primer fin de semana de agosto de cada año son más de mil las piraguas que surcan las aguas del Sella entre Arriondas y Ribadesella.
El descenso turístico es un poco más corto, y son muchas las empresas dedicadas a organizar esta actividad lúdica mientras el tiempo lo permite. Sparks y un servidor surcamos raudos por el cauce del río, tanto que realizamos el recorrido completo en poco más de tres horas y media, cosa de la que nos arrepentimos inmediatamente pues podríamos haber disfrutado algo más de los impresionantes paisajes naturales que nos rodearon en todo momento y que en más de una ocasión me hicieron temer participar en una experiencia à la Deliverance (recuerden, ejecutivos de ciudad que hacen un descenso en canoa por un río al ritmo de los duelling banjos más famosos de la historia del cine y que acaban siendo carne de cañón para una panda de lunáticos lugareños). Pese a acabar hechos polvo disfrutamos cada segundo de la enriquecedora experiencia, tanto que es posible que otro año repitamos. Si algún curioso busca más información sobre el particular, que no dude en visitar la página oficial sobre el Descenso Internacional del Sella.
Y aún tuvimos un par de horas muertas en Gijón antes de nuestro desembarco en Avilés para poder pegar una vuelta por esa ciudad que me tiene enamorado desde que la visitara por primera vez hace ya siete años. El tiempo no es que diera para mucho, lo suficiente como para bajar por la cuesta que lleva de Cimadevilla al Musel -emulando a Antonio Albajara y sintiendo en nuestro corazón los melancólicos compases del Canon de Pachelbel-, visitar el baluarte defensivo que hay encima del puerto y echar un vistazo a la bahía desde el monumento al Horizonte.
Un poco de solaz para el espíritu y de reposo para un cuerpo derrengado que no tendría ni un minuto de descanso en la cercana villa de Avilés, donde aguardaban amigos, autores, sidras a cascoporro y traicioneras morcillas picantes. En breve en su blog amigo, no desesperen.
6 comentarios:
ahora que conozco nuestra común afición... para cuando un post sobre Maja Iversson???
Hola Pedro, sólo una cosa, en el blog de masquecomics queremos colgar mañana la crónica de Avilés. Y nos falta la parte de EDU. No se si podrías pasarnola por mail mañana a cualquier hora.
al correo de txemaximo@gmail.com o enriquediazkike@gmail.com. Si no puedes gracias de todas formas, editamos el texto que ha dejado en mi blog y ya está.
Gracias de todas formas.
Un saludo.
Txema, te lo paso mañana por la mañana como mu tarde. ¡Un abrazo!
Pedro don´t worry que la que puse en el blog de txema esta mejor y más currada, eso si, si puedes pasale el dibujo de Jesus XDXD
Zubiarra, lo difícil es no dedicarle monográficos a cascoporro. Bebe cerveza, le van los muchachotes y rockea. Es lo más cercano a la perfección que recuerdo desde D. J. Sleeze ;D
Saniest, ahora mimmo lo escaneo y os lo mando. ¡Un abrazo!
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