A comienzos del siglo XIX, Inglaterra está atravesando una grave crisis. La masa de trabajadores llegados a las ciudades desde el campo para abastecer de mano de obra a la naciente industria británica está padeciendo una pandemia muy violenta y altamente contagiosa. Conocida como el Hambre Voraz, esa infección convierte a las personas en poco menos que animales salvajes que buscan satisfacer a cualquier precio su ansia de alimentarse, sin atender a si esa necesidad se transmite o acaba con la vida de aquellos a los que atacan. Los hospitales y asilos pronto se ven desbordados y los seres hambrientos amenazan con propagar su mal por todo el reino, a menos que se encuentre una solución a tamaño mal.
Ajeno en principio a la crisis, Ebenezer Scrooge, notable avaro, reconocido usurero, exigente empleador y poco menos que muerto en vida en lo que a sentimientos se refiere, se prepara a pasar de la manera más austera y menos molesta para su bolsillo la Nochebuena, obviando la sincera invitación de su sobrino Fred para compartir la ocasión con él y sus amigos y obligando a su empleado, Bob Cratchitt, a trabajar el día de Navidad si quiere salir un poco antes para ir a cenar con los suyos. Cuando recibe la visita de los encargados de los hospicios públicos que suplican su ayuda para frenar el imparable avance del Hambre Voraz que las instituciones públicas ya no pueden contener por más tiempo, Scrooge les despide con cajas destempladas y su expresión favorita para referirse a todo aquello relacionado con lo inmaterial o sensible en este mundo: ¡Paparruchas!
Pero Ebenezer Scrooge no es consciente de lo que le aguarda, y esa misma noche recibe la visita del espíritu de su antiguo socio, Jacob Marley, que le previene del mal incontenible que se acerca, y al que solo Scrooge puede hacer frente si cambia su actitud. Para convencerle, Scrooge recibirá la visita de tres espíritus que le llevarán a aquellos lugares relacionados con la Navidad y con el Hambre Voraz. Así, el Espíritu de las Navidades Pasadas, un etéreo ángel femenino, le mostrará las miserias de su pasado y el origen de la infección, parejo a la miseria moral y al aislamiento en que Scrooge va cayendo con la edad. El Espíritu de las Navidades Presentes, un orondo y pantagruélico hombretón, le mostrará cómo la plaga de Hambre afecta a todo y a todos, y muy particularmente a la familia de Bob Cratchit, mientras que sólo unos pocos se enfrentan a ella, como su sobrino Fred. Finalmente, el espectral y aterrador Espíritu de las Navidades Futuras mostrará el desolador y terrible futuro que aguarda a Scrooge y a aquellos que le rodean, lleno de dolor, soledad y muerte. Si esas visiones repletas de significado consiguen hacer mella en el duro corazón y el alma muerta de Ebenezer Scrooge es algo que sólo descubrirá el lector que se acerque a esta obra.
Marvel Zombis: Cuento de Navidad supone una traslación de medio y una adaptación libre del inmortal y clásico cuento Canción de Navidad, escrito por Charles Dickens a mediados del siglo XIX como relato edificador y moralizante en el que un avaro usurero se redime de su miseria y acepta en su corazón el amor por sus semejantes, plasmado en una festiva celebración de una fiesta tan significativa como la Navidad y en una generosidad espléndida para los más necesitados. Huelgan más comentarios sobre una obra que, como concepto, ha sido adaptada a decenas de películas, series de televisión o tebeos, en muchos casos actualizando los conceptos -como la estupenda Los fantasmas atacan al jefe- o adaptándolos a una historia diferente -como en este caso-. Para comprobar el peso en la cultura popular de nuestro siglo de esta historia, les recomiendo que visiten este enlace. Sin relación directa con el universo de los Marvel Zombis, esta historia apareció publicada como una serie limitada de cinco números, que este mes hemos podido ver editada en España coincidiendo con tan señaladas fechas.
Dividido en estrofas macabras de un villancico oscuro, Marvel Zombis: Cuento de Navidad está escrito por Jim McCann, guionista procedente del mundo de la televisión, habitual de la Casa de las Ideas, cuyo trabajo ha podido ser leído en colecciones como X-Men: Blue Christmas, Dark Reign: New Nation o New Avengers: The Reunion, y en los últimos tiempos ha estado particularmente relacionado con Ojo de Halcón y Pájaro Burlón (de los que hablábamos hace muy poquito) a través de las series Hawkeye & Mockingbird, Widowmaker, y Hawkeye: Blindspot. La conversión de la historia navideña en un cuento de terror con unos zombis particulares se realiza a dos niveles. Formalmente McCann se esfuerza por mantener un tono recargado y victoriano en la prosa, llegando a citar pasajes o descripciones del libro original para presentar a los personajes o a situaciones que son completamente reconocibles para el lector de Dickens y que al tiempo conducirán al lector novato a una época y a una historia de forma respetuosa y coherente con la misma.
Es a nivel temático donde McCann se ve obligado a hacer un mayor encaje de bolillos argumental para imbricar la temática zombi y las escenas de violencia y gore -que haberlas, haylas- en la inmortal historia de Scrooge y los Espíritus de la Navidad. Así, empleando con inteligencia el entorno histórico donde se sitúa la novela originalmente, nos muestra una sociedad donde la Revolución Industrial está provocando cambios radicales en la sociedad. Masas de campesinos se dirigen a las ciudades para trabajar en la industria, surgiendo un proletariado muy numeroso que sufre graves carencias a todos los niveles -alimentación, sanidad, vivienda- y que muy pronto desborda a unas instituciones de caridad públicas que no pueden satisfacer las necesidades de todos esos nuevos habitantes/trabajadores de las urbes inglesas. El Hambre Voraz no sería más que el símbolo de esas necesidades básicas insatisfechas por gente sin escrúpulos como Scrooge que han hecho de la acumulación de riquezas y la insolidaridad su modo de vida. Así, en este orden de cosas, la resolución de la historia se produciría en un marco alegórico, con un Ebenezer Scrooge redimido que aliviaría esa Hambre Voraz y extendería su compasión y solidaridad a aquellos que más la necesitarían.
En el plano artístico, Marvel Zombis: Cuento de Navidad cuenta con dos dibujantes encargados de narrar la historia. El español David Baldeón se encarga de las secuencias ambientadas en el presente de la historia, el momento central de la crisis del Hambre Voraz. Con una carrera ya consolidada en los USA, el dibujante comenzó su carrera en DC (Blue Beettle, Robin) para pasar a trabajar de manera casi exclusiva para Marvel, donde ha desarrollado trabajos como Nomad, Young Allies o X-Men: Legacy. El estadounidense Jeremy Treece, colorista y diseñador gráfico que ha trabajado además de en la industria comiquera en el campo del cine y la animación, es el encargado de narrar las visitas de los Espíritus del Pasado y el Futuro. Afortunadamente, ambos artistas llegan a un punto medio en el que se encuentran sus estilos y la historia mantiene una mínima identidad formal, aunque se pueden apreciar claras diferencias. Baldeón tiene un estilo más suave y redondeado, con ligeras influencias cartoon, mientras que Treece estiliza más sus figuras y algunos de sus cuadros de horror parecen sacados de un grabado de Doré. Mención aparte merece el maestro Michael Kaluta, que realiza un portentoso trabajo pictórico elaborando cinco ilustraciones de portada sugerentes y aterradoras, repletas de atmósfera que suponen el telón de apertura y cierre perfecto para un tebeo idóneo para leer y regalar en estas fechas tan cercanas a la Navidad. Y yo, para terminar, sólo puedo decirles: ¡¡¡Que Dios nos bendiga a todos!!!
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