O el poder de la imaginación desatada, de la ensoñación infantil llevada al extremo en el que la realidad y la fantasía se imbrican de tal manera que la primera contamina de conceptos y personajes a la segunda y esta, a su vez, permite desarrollar estrategias o plantear soluciones que resuelvan los problemas de aquella. Como buen piscis, yo mismo he sido un soñador toda mi vida, y no pocas veces he dejado volar mi mente por mundos tan alocados y fantásticos como los que la serie limitada de Morrison y Murphy nos proponen, aunque bien es cierto que el poder de la imaginación pura se quedó en la infancia y en la primera pubertad, y ahora uno se contenta con fantasear con absurdeces como que los jefes reconozcan el trabajo medianamente bien hecho o fantasías prosaicas como la de conseguir un billete premiado de lotería. Pero nunca está de más recordar que de niños pudimos vivir aventuras tan maravillosas como esta con compañeros como Joe, Jack, Smoot o Zyxy, sorteando a las Capas Mortales y derrotando al Rey Muerte/Señor Oscuro/Darth Vader de turno. Les dejo con un muestrario hermoso y evocador de un mundo repleto de maravilla, aventura, imaginación y no pocas dosis de horror, de la mano de un Sean Murphy excepcionalmente dotado para reflejar todo ello y para sumergirnos en una de las fantasías más entretenidas de las que he podido disfrutar en mucho tiempo.
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