Entre lo mucho y bueno conseguido la pasada semana en el XXX Salón del Cómic de Barcelona me ha costado mucho elegir el primero de los dibujos en aparecer en esta sección. Por calidad de los mismos y significado sentimental hay varios que podrían adelantarse al que hoy nos ocupa, pero finalmente he optado por Kim. Coincidimos con el autor, de nombre Joaquim Aubert Puigarnau durante las Jornadas de Avilés del año 2006, pero en aquella ocasión nos resultó imposible conseguir una dedicatoria, y en ninguna de nuestras visitas previas a Barcelona se había dado la tesitura. Lo cierto es que este autor ligado a la historieta satírica a lo largo de toda su carrera, que ha sintetizado en la ininterrumpida publicación de Martínez el facha en El Jueves desde 1977, me sorprendió gratamente al recibir hace un par de años el Premio Nacional del Comic por la obra El arte de volar, junto al guionista Antonio Altarriba, demostrando la versatilidad y las inmensas tablas de un dibujante que ha puesto en solfa las miserias extremas y las ridiculeces máximas alcanzadas por el conservadurismo español, personificadas en Martínez, Adolfito, y toda la panda de arribistas, aprovechados y vividores que han desfilado por las páginas del semanal satírico. Miss Sparks lo localizó in extremis en el stand de El Jueves cerrando la sesión, y en un día como hoy en el que la indignación recorre los corazones y las calles de España me ha parecido un gesto de justicia poética mostrar a estos tipos como se merecerían estar en la realidad: viviendo en la miseria que sus recortes y ajustes y salvamentos provocan a millones de personas mientras que ellos siguen llevándose el botín sin despeinarse, sin que se les arrugue el traje y sin que la sonrisa de hiena se les borre del rostro. Ah, si la justicia poética pudiera dictarse en los tribunales, otro gallo nos cantaría...
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