viernes, noviembre 07, 2008

Sketch-busters XCIII: Tommy Castillo

Si bien un servidor ya conocía de sobra el talento de Tommy Castillo como dibujante, y seguía en la medida de lo posible su obra y milagros, bien es cierto que no podía imaginar la enorme calidad humana y simpatía que albergaba este caballero, justo de estatura pero largo en obras, que diría el bueno de Sancho Panza. La presencia de Tommy Castillo en las terrazas fue constante durante las pasadas Jornadas del Comic de Avilés, y constantemente estaba dibujando para los aficionados versiones zombi de ellos mismos -sí, lo sé, no puede haber nada más aterrador que un friki-barra-zombi-. Desde el primer momento Castillo fue una de mis prioridades máximas, puesto que tenía especial cariño por uno de sus tebeos, el Toe Tags featuring George Romero del que consiguiera una página original allá por 2004 y que ya tenía firmado (el tebeo y la página) por el entintador Rodney Ramos. Pasar un rato en compañía de Tommy es una delicia, pues no tiene la menor pega a la hora de contar aspectos de su vida completamente desconocidos para la mayoría de nosotros. Igualmente, verle trabajar con sus acuarelas y sus pinceles es totalmente sorprendente, pues es de esos dibujantes "sucios" que no tienen ningún miedo a acabar embadurnados hasta las cejas de pintura con tal de que el resultado final sea óptimo. Personalmente me debatí durante toda una tarde en cual sería el personaje adecuado para que Tommy lo zombificara, pero finalmente opté por solicitarle uno de mis personajes preferidos, con el cual el artista había trabajado anteriormente.


Debo decir que el resultado me sorprendió por completo, ya que se trata de la representación más inusual del Hombre Murciélago que recuerdo, colocándolo bajo la luz de un tórrido sol amarillo y jugando con tonalidades amarillentas y rojizas salpicadas con goterones de corrector blanco simulando una pertinaz lluvia. Como llevaba también el número uno de Toe tags para su correspondiente firma, Tommy Castillo aprovechó para repasar una obra que ya cuenta con unos añitos a sus espaldas y nos iba señalando en las páginas del tebeo a cuántos de sus amigos y familiares había convertido en zombis -y aniquilado en muchos casos- a lo largo de la historia, incluyendo a la que hoy es su ex-mujer y a su suegra, algo que sin duda le debió servir de alivio. Y en uno de esos gestos que demuestra el cariño de un dibujante por el medio y por su obra, todavía tuvo tiempo y ganas de personalizar la portada pintada por el gran Bernie Wrightson zombificándola todavía un poco más.


jueves, noviembre 06, 2008

Habrá Star Wars Exhibition en Madrid: ¡¡Que la fuerza nos acompañe!!

Hará cosa de un año que tuvimos la suerte de poder disfrutar en Londres de una mañana inversos en la exposición dedicada al universo de Star Wars creado por George Lucas. De aquella jornada inolvidable para un servidor quedó un más que cumplido testimonio en este vuestro blog amigo, en el que no sólo pudisteis comprobar parte del material expuesto, sino que además quedó de manifiesto lo mucho que Plissken debe mejorar en el manejo del sable láser -aunque el dominio de la fuerza lo tengo más que controlado-. Aunque en aquel momento no lo manifesté, me pareció una lástima que una exposición de tal calibre y calado visitara Portugal, Inglaterra, Bélgica y Suecia y no recalara en España, donde Star Wars cuenta con una legión de devotos y activos seguidores. Pues bien, un año después se anuncia la inminente apertura en la sala de exposiciones del canal de Isabel II de la edición española de este evento, más concretamente para el próximo día 15 de noviembre.


Por lo que se comenta, y la liebre parece haber saltado hoy mismo para el público general, aunque en foros especializados ya había rumores desde unos días antes, el material expuesto será el mismo del que ya han podido disfrutar decenas de miles de devotos seguidores de la saga galáctica por excelencia en toda Europa, y las atracciones serán igualmente similares, incluidas la Escuela Jedi, que hará las delicias de los más pequeños padawans, y la posibilidad de grabar un video sobre pantalla de croma enfrentándose a un verdadero maestro jedi. Parece mentira, pero con la celebración del próximo Expocomic se nos va a amontonar la faena, y es que, como ustedes comprenderán, un fan fatal de Star Wars como un servidor no va a perder la ocasión de volver a sumergirse en un universo tan rico y tan atractivo como ese. Y quién sabe, igual hasta me tomo la revancha en un duelo de espadas de luz...

miércoles, noviembre 05, 2008

Marvel Zombis 2: El amanecer de los marvel zombies

Millones de años de evolución se han ido al garete en unas pocas décadas. El universo ha sido incapaz de resistir el voraz apetito de Lobezno, Hulk, Iron Man, Spider Man, Power Man y el Hombre Gigante. Cuando la marabunta de los héroes zombificados imbuidos del poder cósmico de Galactus se lanzó a las verdes y repletas de alimento praderas galácticas poco pudieron hacer las decenas de mundos que asolaron a su paso. Civilaciones, divinidades y heraldos fueron devorados -o en algunos casos como el Señor del Fuego o Thanos, transformados- por unos seres para los que el hambre infinita e inabarcable supone un tormento perenne.


Estos acontecimientos son la elipsis narrativa que separa temporalmente las dos primeras series de Marvel Zombies, y que nos deja con una perpleja y hambrienta pandilla de zombis ultrapoderosos sopesando en mitad de la nada espacial sus opciones para sofocar el ansia de alimento que les consume. Finalmente, la reunión de cerebros preclaros y mentes antaño bondadosas y rectas llegan a la conclusión de que su única opción es regresar al planeta Tierra y buscar el aparato transdimensional por el que los 4 Fantásticos de ese universo desaparecieron años atrás, en un desesperado intento por encontrar carne fresca.


Lo que no imaginan nuestros zombies es que el reducido grupo de supervivientes que escapara a la hecatombe de no muertos original, han establecido una colonia estable en las ruinas de la ciudad de Nueva York bajo el nostálgico y optimista nombre de Nueva Wakanda. Allí, un puñado de hombres, gobernados con mano firme y justa por un cada vez más anciano Pantera Negra, han sobrevivido durante décadas a base de tesón, esfuerzo, y de extremar las medidas de precaución. Lamentablemente, hay una serpiente en ese paraíso, y los Acólitos, dirigidos por Malcolm Cortez pretenden hacerse con el poder aun a costa de acabar con el legítimo gobernante. En medio de una etapa convulsa de conjuras intestinas, intentos de asesinato, zombificaciones in extremis para escapar a la muerte, y el descubrimiento por parte de la Avispa en la Tierra y de Spiderman y Power Man en el espacio de que es posible evitar la necesidad de consumir carne viva, desembocan en el fatal encuentro entre los seres que aniquilaron la población mundial y los pocos que escaparon a tan cruel destino.


Dispuesto así el escenario, nos vamos a encontrar con tres grupos bien diferenciados con intereses antagónicos y confluyendo sobre un mismo escenario: los zombis cuyo único objetivo es seguir zampando a toda costa, y cuanto más mejor, a ser posible, y para lo que necesitan acceder al transportador dimensional de Reed Richards; Pantera Negra, Forja, Avispa y algunos inesperados aliados que intentarán proteger a los pocos humanos vivos y a la vez salvaguardar el bienestar de los millones de seres que habitan en universos paralelos; y finalmente el grupo de descontentos liderados por Cortez que busca erradicar todo lo que huela a carne podrida y establecer un nuevo gobierno en lugar del existente.


Los encargados de realizar esta continuación directa de la exitosa miniserie Marvel Zombies resultan ser los responsables de aquella, empezando por el guión de Robert Kirkman, continuando con el arte de Sean Phillips (asistido al color por June Chung) y terminando con las espectaculares portadas obra de Arthur Suydam y que emulan momentos clásicos de la era Marvel desde la peculiar perspectiva zombi. Al igual que la primera historia o su precuela, estamos ante un tebeo ligero cuyo único interés es divertir al aficionado, y diría que más al acostumbrado a disfrutar del género zombi que al seguidor de los héroes Marvel de toda la vida, aunque afortunadamente ambos especímenes de friki coinciden en muchos casos -como el mío-. No hay sorpresas en la formula servida con anterioridad: chascarrillos a cuenta de la extrema violencia que pueden infligir y soportar esos héroes infectados, giros de guión continuos a veces tenuemente explicados, algo que llega a su máximo exponente en el apresurado final que resuelve en apenas dos páginas todo el mogollón planteado, chistes a costa de iconos de la casa que cuentan con la complicidad del lector de toda la vida (el mejor para mí, el convertir en tentempié a Ego, el planeta viviente, o la recuperación de forma completamente grotesca de un personaje fallecido en la primera saga).


El final abierto ha desembocado en una tercera parte de la epopeya zombi de estos personajes, serie que comenzará a publicarse próximamente en Estados Unidos y que ya no cuenta con ninguno de los artistas anteriormente mencionados, en lo que supone, para un servidor, la explotación por la explotación de un fenómeno que corre serio riesgo de agotamiento de ideas y de provocar el hastío en el lector. A la espera de que llegue este tebeo a nuestras librerias -échenle mínimo un añito- me gustaría terminar esta breve reseña comentando un pequeño detalle sobre la edición española. La cubierta del primer número de la serie es un homenaje claro y meridiano a la portada del número 1 de Civil War, e incluso una de las frases promocionales es ¿En qué estómago estás tú? Bastante homenaje de partida a una de las sagas más relevantes de los últimos años resulta todo lo anterior, como para que traductores y maquetadores españoles hayan convertido el tomo editado por Panini en una suerte de tie-in de dicha serie, cambiando incluso el nombre de la serie (pueden comprobar el título y la maquetación del hardcover americano aquí) y añadiéndole la coletilla de marras al título de forma -a mi modo de ver- innecesaria y como engañoso gancho comercial.

lunes, noviembre 03, 2008

Lunes terroríficamente muerto

Y no es para menos después de la tenebrosa noche de terror que padecimos el viernes en chez Sparks-Plissken, una auténtica invasión con lo más florido del terror de los setenta y ochenta, con ángeles y demonios y con la mismísima muerte oficiando como maestra de ceremonias. El pacto de confidencialidad sellado con sangre me impide mostrarles alguna de las más escabrosas y antinaturales escenas que acontecieron aquella noche en nuestro tétrico hogar, pero lo que si puedo mostrarles es alguna instantánea de cómo quedó todo tras sonar la sirena de Silent Hill que trasladó nuestra casa hasta el "otro lado".



Tan satánico evento es lo que ha motivado el silencio en el radar de los últimos días en este su espacio virtual amigo, que dejó en el tintero de la semana pasada el repaso a la segunda parte de Marvel Zombies. Esa pequeña reseña, cargada de sentimientos encontrados como sucediera con su primera parte, será cumplidamente recuperada durante los próximos días, junto con las habituales secciones dedicadas al arte original. Tengo un par de infames producciones en la recámara pero cada vez que intento escribir algo sobre ellas, las teclas del teclado se pudren inmediatamente, a pesar de lo cual no me gustaría dejar de compartir con ustedes las dos mayores gamberradas terroríficas que he visto en tiempo.

Espero que hayan disfrutado de la importada fiesta pagana y extranjera y que hayan honrado la castiza fiesta patria del día de todos los santos recordando a aquellos que nos dejaron prematuramente. Aunque como en tantas otras fiestas que nos obligan a impostar o a forzar unos sentimientos que debieramos mantener durante todo el año (y aquí pongan Enamorados, Padre, Madre, la idea es la misma) nunca está de más el dedicar unos momentos al recuerdo y al reencuentro a través de la memoria con nuestros seres queridos. Y como el fin de semana acabó resultando bastante tristón climatológicamente por estos lares, con el consiguiente plus de melancolía añadido, además de esa mezcolanza de tristeza por la pérdida y alegría por los recuerdos recuperados siquiera fugazmente, me permito sugerirles una canción de Pink Floyd que para mí ilustra a la perfección ese estado de ánimo tan particular. Sin más dilación, les dejo recordando días pasados, rogándoles como siempre que regresen cuando gusten o puedan. Y claro, cómo no, pidiéndoles por favor que tengan mucho cuidado ahí fuera.


Remember a day
Pink Floyd

Remember a day before today
A day when you were young.
Free to play alone with time
Evening never come.
Sing a song that can't be sung
Without the morning's kiss
Queen - you shall be it if you wish
Look for your king
Why can't we play today
Why can't we stay that way

Climb your favorite apple tree
Try to catch the sun
Hide from your little brother's gun
Dream yourself away
Why can't we reach the sun
Why can't we blow the years away
Blow away
Blow away
Remember
Remember

viernes, octubre 31, 2008

Galería de originales XXXIX (Especial Halloween): Matt Busch

La verdad es que la de hoy es una entrada cuando menos peculiar, puesto que lo que tenemos hoy aquí para disfrute de propios y extraños es una amalgama de todas las secciones dedicadas a arte original que podéis leer en este vuestro blog. En sentido estricto, y al ser una pieza original del artista especializado en ilustración y con una especial predilección por el universo de Star Wars, Matt Busch, podría aparecer perfectamente en la galería de originales. Pero igualmente, y al tratarse de una pieza conseguida ahora hace justo un año a través de Ebay, podría entrar dentro de la categoría de un dibujo "cazado" virtualmente. Y en última instancia, y atendiendo al posible origen primario de la ilustración, un homenaje a la saga de Posesión infernal con Ash, los esqueletos, la cabaña y el Necronomicon magistralmente dibujados, podríamos estar hablando de una comission encargada por cualquier aficionado. Toda vez que me he puesto en contacto con Matt para indagar el verdadero origen de la pieza, y aún no he obtenido respuesta, me ha parecido indicado incluir esta ilustración en el apartado de arte original. Y si de paso me sirve para adelantar un poco lo que va a ser una noche llena de calabazas, música cuidadosamente escogida y reunión de monstruos que ni la Pandilla Alucinante de ayer, pues mejor que mejor. Que ustedes lo pasen bien si gustan de la fiesta y que sueñen con los angelitos... o con lo que sea.



jueves, octubre 30, 2008

Aquellos maravillosos años (Especial Halloween): Una pandilla alucinante

A finales del siglo XIX una arriesgada partida de hombres valientes se adentró en los dominos del Conde Drácula. La incursión a la desesperada, dirigida por Abraham Van Helsing, tenía como propósito poner fin al reinado de terror del vampiro y evitar que este implantara un reinado de terror sobre la faz de la Tierra empleando un amuleto milenario de poder casi infinito. Tras recitar el conjuro necesario, un agujero se abrió en el lugar absorbiendo a todo el mal que había allí y arrastrando en su vorágine despiadada a aquellos que se habían jugado la vida frente a las fuerzas del mal. Van Helsing no consiguió plenamente su objetivo, puesto que el Conde escapó del conjuro. Era necesario proteger el amuleto a toda costa, pues sus poderes sólo alcanzaban su plenitud cada 100 años. La única esperanza para la humanidad era que, un siglo después, existiese alguien lo suficientemente valiente y loco como para enfrentarse a Drácula y a las huestes de las tinieblas...

En la actualidad de hace 21 años, en 1987 más exactamente, un grupo de amigos ha dedicado la mayor parte de su infancia y primera adolescencia a leer todo libro o tebeo protagonizado por monstruos y seres de pesadilla y han devorado cualquier película protagonizada por vampiros, hombres lobo, criaturas reconstruidas o seres deformes. Como toda panda que se precie tienen un lugar de reunión secreto en una casa-árbol y se autodenominan Club del monstruo (Monster Squad en el original). El líder de la banda es Sean Crenshaw (Andre Gower), cuyo conocimiento de la mitología de los monstruos está a la altura de su valor... y de su inconsciencia juvenil. Su hermana Phoebe intenta desesperadamente ser admitida en ese club al que sólo acuden chicos que aún no han descubierto al sexo opuesto, y su padre trabaja en el departamento de policía manteniendo la paz y la tranquilidad en un lugar en el que nunca pasa nada.
Durante una rutinaria venta de garaje, la madre de Sean compra un viejo diario, presuntamente perteneciente a Van Helsing. La aparición del diario coincide con una serie de ominosos sucesos, como la aparición de un hombre trastornado en la comisaria de policía exigiendo a gritos ser encerrado para evitar el peligro de la luna llena o la llamada de un tal Mr. Alucard interesándose por la compra del diario de Van Helsing. Para Sean y sus amigos está claro que hay fuerzas tenebrosas convergiendo en su tranquila localidad y que la clave de todo el asunto está en el dichoso diario. La necesidad lleva a los muchachos a buscar un traductor del diario -escrito en alemán- aunque para eso deban hablar con el vecino más siniestro del barrio (Leonardo Cimino). Este les desvelará la aterradora verdad: Van Helsing escondió un amuleto de poder casi infinito en el sótano de una casa del pueblo para evitar que Drácula lo encontrara y conjurara su poder precisamente en el momento óptimo, dentro de unos días. La urgencia de la situación parece haber forzado a Dracula a reunir un grupo de monstruos a su servicio que le garanticen la victoria un siglo después del fiasco provocado por Van Helsing.
Así, un Drácula con más sed de sangre que nunca pero menos sangriento que de costumbre -misterios de las películas para todos los públicos- ha reunido lo mejor de cada casa y se ha rodeado de una banda de monstruos universalmente conocidos como son la Criatura de Frankenstein, el Hombre Lobo, el monstruo de la Laguna Negra y la Momia. El objetivo principal de todos ellos será hacerse con el diario de Van Helsing y descubrir el paradero exacto del amuleto en cuyo poder radica la victoria de la luz o de las tinieblas cada cien años. Si los monstruos aparecen en tu jardín, lo menos que puedes hacer es reunir a tu panda de amigos, pertrecharte de remedios caseros contra cada uno de ellos (ajo, agua bendita, objetos de plata) y guardar un as en la manga para buscar su definitiva destrucción, que en este caso es un conjuro en alemán que debe ser pronunciado por una joven virginal y sin mácula. Tras un par de enfrentamientos con los monstruos se produce el asalto definitivo de estos, confluyendo por las calles de la ciudad hacia el emplazamiento del amuleto, donde les aguarda el Escuadrón del Monstruo y donde se producirá el enfrentamiento definitivo en el que se forjarán inusuales alianzas y la bondad brillará en el lugar más inesperado.

Esta peliculita de serie B con vocación de teenage cult movie desde el mismo momento de su concepción fue el segundo esfuerzo como director de Fred Dekker, un devoto amante del cine de monstruos clásicos de la Universal -al que esta Pandilla alucinante rinde un sentido homenaje- y de las producciones de terror y ciencia ficción de serie B de los años 60 y 70. Ya en su debut como director, El terror llama a su puerta (Night of the Creeps, sigh, 1986), apuntaba maneras de director cinéfago y gusto por la narración clásica y la factura artesanal. Con cuatro duros, efectos repletos de bichos de goma empujados por hilos y cabezas que explotaban arrojando babosas, Dekker construía una peliculita sólida basada en el pilar fundamental sobre el que deberían construirse todos los engendros que se producen a diario: un buen guión. En este caso el libreto, obra de Dekker y de Shane Black (cineasta injustamente infravalorado que nos ha dejado joyas como los guiones de Arma Letal I y II, El último boy scout, El último gran héroe o Kiss kiss bang bang, escrita y dirigida por él) estaba plagado de homenajes a películas clásicas (Vinieron del espacio exterior, La noche de los muertos vivientes, La cosa...) con personajes arquetípicos pero retratados con un sano sentido del humor (el bobalicón bienintencionado, la chica guapa con buen fondo, el amigo impedido y condenado desde el primer momento a ser cadáver, el detective con trauma juvenil y maneras sarcásticas) y sobre todo con mucho cariño y un pulso narrativo ejemplar que comienza por ajustar el metraje a unos parcos 88 minutos y termina con un desarrollo de la historia sin reiteraciones innecesarias ni escenas superfluas. Aunque esta película merecería por sí misma una entrada de Aquellos maravillos años, nos ocupamos hoy de Una pandilla alucinante por dos motivos.


El primero es la oportunidad de recuperar una película como esta en una fecha tan apropiada, y es que además de ajustarse perfectamente al género de comedia terrorífica para adolescentes que en los 80 estuvo tan en boga con títulos como Transilvania 6-5000 (con la que comparte el homenaje sincero a los monstruos clásicos de la Universal), Vamp o Noche de Miedo, resulta una película ideal para  ver monstruos andando por las calles de una ciudad actual sembrando el caos y la destrucción a su paso. Aunque E.T. supone la glorificación de la magia y la inocencia de esta fiesta tan ajena a nosotros como es Halloween, y La noche de Halloween supone la deconstrucción de sus terrores más atávicos y viscerales, Una pandilla alucinante captura el espíritu lúdico de hallar la diversión hasta en las situaciones más terroríficas. Esto nos lleva al segundo punto por el que he preferido recuperar esta peliculita por encima de muchas otras -y además recuperar una sección a la que le tengo gran cariño pero que por diferentes motivos, entre ellos la pereza o la falta de tiempo, tenía descuidada desde hace bastante tiempo-, y es el del sentido de la amistad y de la camaradería que destila el film desde el principio hasta el fin.


Cuando tuve conocimiento de la película, con catorce añitos, a través de los avances de un TP, el planteamiento me pareció lo más de lo más: un grupo de amigos enfrentados a la plana mayor de los monstruos de toda la vida. Siempre había tenido debilidad por las pelis de pandillas, género que en los 80 estuvo sembrado de películas inolvidables empezando por Los Goonies y siguendo por Exploradores, El secreto de Joey, Los bicivoladores o la misma E.T. Cuando tuve ocasión de ver The monster squad desde luego me lo pasé bomba. Había efectos especiales bastante competentes para la época, Drácula era un hijo de perra con presencia pero sin dar verdadero miedo (salvo a la niñita protagonista, a la que al parecer asustó genuinamente en una de las escenas que se ven en el transcurso del film) y la recuperación de los monstruos de la Universal, que hasta el momento sólo había visto en blanco y negro -glorioso blanco y negro, podríamos decir- resultaba de lo más espectacular en aquellos años. Casi dos décadas después Stephen Sommers intentaría lo mismo en Van Helsing, con dosis ingentes de efectos digitales y actores cool, pero el invento no solo carecía de magia o gracia, sino que además supuso un sonoro fracaso comercial. La gracia de la película de Fred Dekker está precisamente en su asumida modestia y en asumir que nunca estará a la altura de los modelos de los que parte. No pretende superar a las películas fundacionales de Browning o Whale, sino que más bien su intención es homenajear a las reuniones de monstruos que se sucedieron a lo largo de los años (Son of Dracula y sus secuelas House of Frankenstein y House of Dracula) y que acabó degenerando en producciones paródicas del estilo de Abbot y Costello meet Frankenstein o Mother Riley meet the vampire, en las que viejas glorias como Bela Lugosi o Lon Chaney Jr. se veían obligados a actuar como bufones para poder sobrevivir.


Así que comprenderán que habiendo disfrutado de muchas de esas películas en sus pases televisivos, algo completamente impensable en la televisión pública de los últimos 15 años, al menos a horas decentes, Una pandilla alucinante me resultara un festival, una puesta al día -de hace 20 años, se entiende- de los arquetipos clásicos del cine de terror pasada por el tamiz del cine juvenil mejor realizado y con unos actores que daban bastante bien al personaje, como el caso de Duncan Rehger, que tenía que parecer imponente y a la vez no caer en el ridículo más absoluto cuando le pateara el trasero un grupo de chavales, o Tom Noonan, de impresionante presencia física y que da a su Criatura de Frankenstein las adecuadas dosis de ferocidad y ternura y se permite homenajear directamente de paso a la ya celebérrima escena de la niña y las florecillas flotando en el río. Como les he dicho antes, la película se convirtió casi inmediatamente en un film de culto que recientemente gozó de una edición especial 20 aniversario con dos discos y multitud de extras, entre ellos un documental que reflejaba las opiniones de sus principales protagonistas 20 años después. Dicha edición especial se contó entre las diez más vendidas de Amazon durante casi tres meses.



Un dato a lamentar es el prematuro fallecimiento de Brent Chalem a los 22 años de edad, y más aún para un servidor, teniendo en cuenta que el papel de Chalem era el mismo que el Gordi de los Goonies y con el que un servidor siempre se identificaba en aquella época, el amigo rechoncho y ocurrente un tanto acobardado que en el momento de la verdad siempre estaba allí para ayudar a sus colegas. No me parece en absoluto una mala forma de formar el carácter de una persona, la verdad. Con su permiso, les dejo... Creo que tengo que volver a ver cierta película.

miércoles, octubre 29, 2008

Sketch-busters XCII: Mark Buckingham (IV)

Llego con este post al final del mini ciclo de entradas relacionadas con Fábulas y con el dibujante que más números -y mejor- ha dibujado de dicha serie, Mr. Buckingham. El dibujo de hoy, porque de dibujo y no de boceto se trata, como bien apuntaban los comentarios de la entrada anterior, es el que realizó para un servidor allá por el 2004. En aquel año todavía Mark estaba dando el salto de Spiderman a la Distinguida Competencia por lo menos en España, donde sólo se había publicado el primer y segundo tomo de Fábulas, con lo que sus colas eran todavía asequibles. Actualmente conseguir un dibujo de Mark en un salón es un poco más difícil, ya que la calidad de su arte y de los dibujos que realiza en convenciones le convierten en uno de los autores más solicitados vaya donde vaya. Sobre el dibujo en sí, pues comentar que obedece a una de nuestras extrañas costumbres, que es la de pedir dibujos relacionados como pareja y de personajes cuyas historias nos hayan llegado a emocionar y que, en último término, tengan un significado un tanto especial para nosotros. En este caso concreto, tengo que decir que la pareja formado por Blanca y Lobo ha sido una de las mejor escritas de los últimos años, y su relación me recuerda poderosamente a la seguida por la pareja formada por Cybill Sheperd y Bruce Willis en Luz de luna. Poco me resta añadir, salvo que Blancanieves está verdaderamente adorable y que en sus brazos, hasta el lobo más feroz parece un cachorro de gatito. 

martes, octubre 28, 2008

Galería de portadas: Superman. El tercer kryptoniano

Como suele ser uso y costumbre complemento la reseña de El tercer kryptoniano con una galería de los números incluídos en el tomo recopilatorio de Planeta así como de los números previos que sirvieron de prólogo y detonante de la busqueda de ese misterioso compatriota estelar de Kal-El. En ella podemos disfrutar del espectacular trabajo de tres grandes dibujantes. Abre el fuego Dave Gibbons que, aunque fiel a su estilo, depura mucho más las líneas y aclara su trazo, tan vistoso como siempre. Renato Guedes, por su parte, abre el fuego del arco dedicado a desvelar la identidad del personaje que da nombre a la historia y continua la galería con un espectacular Jesús Merino, sobre todo en la primera de las dos portadas, que casi parece dibujada por el mismísimo Carlos Pacheco. Para terminar, Walter Simonson se desmelena con una portada feísta e infernal que ya es un avance de lo que vamos a poder leer en su interior. Dicen que nunca se debe juzgar un libro por la portada, pero en este caso, más que un reclamo, ¡casi parece una advertencia! Que ustedes lo disfruten.











lunes, octubre 27, 2008

Lunes reajustado

Aunque este domingo hemos robado una hora a los hombres grises -mucho me temo que se trate de un préstamo y que antes o después tengamos que devolvérsela-, no es ese el reajusto al que hoy me refiero, sino a otros dos de diferente alcance e importancia que suponen cambios en dos aspectos de la vida de un servidor. Por un lado, que tanta desaceleración, ajuste, reajuste, recesión o crisis me han llevado a tomar una firme determinaión sobre el/los vicios relacionados con el mundo del comic. Si hace un tiempo que ya estoy prácticamente fuera del mercado de originales -aunque de cuando en cuando me permito un caprichillo como cierta commission que está en el horno- finalmente he caído del burro con el tema de acumular tebeos y más tebeos en las estanterías que esperan durante meses su turno para ser leídos, muchas veces de forma rutinaria y meramente completista. Así, el coleccionista compulsivo muere y deja paso al lector tranquilo y sosegado que, a pesar de todo, aún sigue un montón de colecciones mensuales más de las que verdaderamente tiene tiempo de disfrutar. Y reafirmándome todavía más en esa decisión, es más que probable que mis pedidos vía Previews desaparezcan en unos meses, en cuanto Crisis Final llegue a su fin y Flash alcance su número 250, con el que la cabecera alcanzará un número redondo y yo habré completado un periplo de ocho años leyendo las aventuras y desventuras de Wally West en su versión original, harto de no poder disfrutar en castellano de uno de los tebeos mejor realizados de los últimos 20 años. Obviamente, este panorama me deja por completo en las garras de Planeta y absolutamente vendido en el caso de un hipotético y futuro cierre de la linea DC o de un nuevo cambio -para peor- de los derechos de la franquicia. Mi natural optimismo espera, por contra, poder seguir leyendo durante muchos años más las aventuras de mis héroes favoritos en castellano y en unas ediciones que, pese a errores y fallos habituales en el medio, ha hecho muchísimo por popularizar y difundir colecciones y personajes desconocidos para el gran público.



Consejo de Hombres Grises en pleno decidiendo el aumento de la semana laboral a 60 horas, para evitar que la holganza y el ocio perviertan a las masas trabajadoras. ¿De qué año era esto, del 86...?

El segundo punto se refiere al diseño de este vuestro blog amigo, y es que esta semana decidí eliminar los dos blogrolls -perdonen ustedes el palabro- que tenía hasta el momento para sustituírlos por sus homónimos proporcionados por Blogger, mucho más acordes con el diseño y más efectivos a la hora de cargar la página. Es por eso que les ruego se pasen lista ustedes mismos, porque como muy bien ha notado el bueno de Alberto (factotum  de Empujando elefantes y devoto fan de Nikolai Tesla), su blog se había traspapelado en el cambio. No duden en dejar un comentario si se percatan de ello. Y al margen de los cambios de aspecto, en este caso para proporcionar al blog un aspecto más homogéneo y funcional, les avanzo los contenidos que podrán disfrutar a lo largo de esta semana, empezando por la galería de portadas del Tercer Kryptoniano, continuando con el segundo sketch de Fábulas que cerrará la serie dedicada a Mr. Buckingham, pasando por una nueva entrada dedicada a la galería de originales y terminando con la reseña dedicada a la segunda parte de Marvel Zombies, serie que ya comenté en su momento y a cuya secuela ando hincándole el diente en estos precisos momentos.

Y ya me retiro a mis cuarteles de otoño a ir preparando la ofensiva con la pretendo sorprender a propios y extraños el próximo viernes, cuando se celebrará una festividad que nos resulta tan extraña como atractiva y de la que desde hace unos años soy un ferviente no ya defensor, sino desprejuiciado practicante. No dejen de pasar el lunes que viene por aquí para un descacharrante reportaje gráfico, pero para muestra les dejo este pretérito botón. Sean ustedes buenos en la medida de lo posible y ahorren para ese futuro negro que se nos avecina. O mejor aún, vivan el momento, coñe, que para los dos días que nos quedan no vale la pena ir con miedos y zarandajas. Eso sí, hagan lo que hagan vuelvan ustedes por aquí a la mayor brevedad posible y sobre todo, vayan por ellos antes de que ellos vayan a por ustedes.



Se que resulta un tanto extraño ese fondo con Scooby Doo y Tambor flanqueando a la calabaza, pero así son las cosas en chez Sparks-Plissken, un totum revolutum heterogéneo y ecléctico.


Time
Pink Floyd

Ticking away the moments that make up a dull day
You fritter and waste the hours in an off hand way
Kicking around on a piece of ground in your home town
Waiting for someone or something to show you the way

Tired of lying in the sunshine staying home to watch the rain
You are young and life is long and there is time to kill today
And then one day you find ten years have got behind you
No one told you when to run, you missed the starting gun

And you run and you run to catch up with the sun, but its sinking
And racing around to come up behind you again
The sun is the same in the relative way, but youre older
Shorter of breath and one day closer to death

Every year is getting shorter, never seem to find the time
Plans that either come to naught or half a page of scribbled lines
Hanging on in quiet desperation is the english way
The time is gone, the song is over, thought Id something more to say

Home, home again
I like to be here when I can
And when I come home cold and tired
Its good to warm my bones beside the fire
Far away across the field
The tolling of the iron bell
Calls the faithful to their knees

domingo, octubre 26, 2008

Superman, El tercer kryptoniano: Uno más en la familia

Una misteriosa fuerza alienígena pretende sustraer la Isla de Alcatraz por entero, y Superman y los Titanes lo evitan, pero sólo consiguen llamar la atención del ser que ha orquestado la operación. El Subastador, una especie de intermediario galáctico que busca objetos de interés por todo el universo y luego los oferta al mejor postor, ha encontrado un nuevo mercado: la venta de los legendarios héroes terrestres. Para su desgracia, Superman y compañía son un hueso demasiado duro de roer y finalmente decide aceptar la oferta del Hombre de Acero de abandonar el planeta sin llevarse ningún "recuerdo". Pero antes de su partida, el Subastador deja caer una bomba: además de Superman y Supergirl los sensores de su nave han detectado a un tercer ser oriundo del planeta Krypton viviendo en la Tierra.



Ha pasado el tiempo y Superman sigue enfrentándose a amenazas de todo tipo, aunque hay algo que le sigue atormentando. La mención de un tercer Kryptoniano en la Tierra -y dándole credibilidad tras pasar lista a todos los kryptonianos, humanos y animales presentes en el planeta durante la visita del Subastador y comprobar que efectivamente sólo Supergirl y él estaban presentes-, la posibilidad de recuperar otro pequeño pedazo de su hogar y vislumbrar retazos de la vida que nunca conoció hacen que siga hasta la más leve pista de esa posible presencia en las más remotas localizaciones del globo. Para localizar a alguien que no quiere ser encontrado Supes recurre al mejor detective del mundo y al único al que ha confiado todo en su vida en los momentos de necesidad, a Batman. Mientras Robin y Cristopher se entrenan y juegan en la batcueva, una pista en apariencia completamente ajena a Krypton -unos pandilleros que han sufrido extrañas mutaciones y alteraciones de comportamiento- desvela la presencia de componentes químicos que proceden de dicho planeta, algo que conduce a Superman hasta una remota localización en los bosques californianos donde una misteriosa persona vive al margen de todo y de todos.

La presencia de Superman desvelará que allí se encuentra escondido un nuevo superviviente del planeta Krypton, alguien cuya historia no deja de ser sorprendente por sus profundas raíces en la mitología del personaje y por los poderosos resabios clásicos que posee la historia, una mezcla entre la Anábasis, la Odisea y la Eneida que acompaña a un grupo de los mejores guerreros de Krypton en su peregrinar maldito por un universo entero en su contra tras la desaparición de la poderosa metrópoli planetaria a la que sirvieron durante décadas. El último refugio posible para el último superviviente de ese pelotón fue el tranquilo planeta Tierra, aunque su elección no fue realizada al azar. La presencia poderosa y notoria de Superman serviría de alarma en caso de ataque y permitiría una huida al Tercer Kryptoniano, algo que podría suceder cuando el letal cazarrecompensas que se dirige a la Tierra a toda velocidad alcance su objetivo.


La primera parte de esta historia pudo leerse en los números 841 a 843 de Action Comics (Superman 1-3, volumen 2 de la edición de Planeta) y contó con guión de Kurt Busiek -con argumento de Fabian Nicieza- y arte de Pete Woods. La cercanía de esta historia con la saga de la Zona Fantasma, el regreso del General Zod y la aparición del pequeño Christopher Kent podían inducir a error en el lector y generar una incongruencia en la continuidad, algo por otra parte bastante frecuente en los tiempos que corren. Pero ahí estaba Kurt Busiek para recuperar el hilo de la historia y clarificar que la alusión del Subastador no sólo no se refería a Christopher Kent sino que tras ella se escondía una gran historia merecedora de ser contada por un equipo de lujo y disfrutada por los seguidores de Superman. En la saga El Tercer Kryptoniano (Superman 668-670 y publicados por Planeta en el tomo Superman: El Tercer Kryptoniano) Busiek hace lo que mejor sabe hacer, y lo hace como siempre, bien. Aplica su enciclopédico conocimiento de las series que guioniza para crear desde la nada una sólida historia que tiene sentido atendiendo tanto a lo que conocemos sobre la sociedad kryptoniana (agrupada en castas y con unos principios guerreros bastante acusados) como a sus principales personajes (la saga de militares que finaliza con el general Zod, uno de los villanos más temibles de Superman... en cualquier época). Partiendo de esa premisa, y sabiendo que está añadiendo nuevos elementos a la continuidad del personaje, la historia sigue muchos de los tópicos del género: presentación conflictiva, diálogo y revelación tras un enfrentamiento, conflicto con una amenaza exterior, traición y redención final. Lo hemos visto decenas de veces y lo seguiremos viendo otras tantas. Lo importante es tener la certeza de que el personaje está actuando de acuerdo con su forma de ser -con la que ha sido dotado por sus creadores- y obedeciendo a las reglas impuestas por la lógica interna del relato, que es algo que muchas veces los guionistas olvidan y los lectores  no podemos pasar por alto. Y eso es algo que Busiek ha demostrado saber hacer a la perfección en prácticamente todos los trabajos de su carrera, desde aquel lejano Liberty Project a cualquiera de sus sagas en Los vengadores o en alguno de los momentos más emocionantes de Astro City. Los encargados de ilustrar el ajustado guión de Kurt Busiek son Rick Leonardi y Dan Green, que crean una narración espectacular y repleta de momentos de acción aderezados con elementos de space opera. El estilo de Leonardi se ha simplificado bastante en los últimos tiempos, acentuando su angulosidad y capacidad de síntesis al máximo sin perder un ápice de su característica habilidad narrativa, algo en lo que se parece cada día más al maestro Simonson.


Por cierto que éste es el encargado de dibujar el Superman 666 (incluído igualmente en el tomo), también con guiones de Busiek, tebeo con ínfulas de número especial que no deja de ser una boutade conmemorativa de tan satánica numeración que enfrenta al Hombre de Acero con un ser demoníaco que pretende derrotarle en el plano de los sueños y arrojar el alma de Superman a los fosos más profundos y ardientes del Infierno. Poco puede hacer Simonson, que despliega su habitual repertorio de onomatopeyas imbricadas en el diseño de la páginas, sus espectaculares juegos de luces y explosiones, su dominio a la hora de reflejar seres monstruosos, para plasmar una historia que peca de un tanto confusa y, visto el desarrollo y resultado final de la misma, pretenciosa.

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