[Ya que esta semana se ha convertido en la "semana Crisis", y de rebote en la "semana homenaje a Superboy", me parece oportuno recuperar esta reseña sobre Identidad Secreta, un primer acercamiento del guionista Kurt Busiek al mito de Superman unos años antes de pasar a ser el escritor regular de una de las series de cabecera del Hombre de Acero. Señalar -ya que no lo mencioné en su momento- que la historia de Identidad secreta se inspira en el Superboy clásico de Tierra Prima -en la que él es el único super-humano- y narra la vida de ese Superboy Prime tal y como habría podido llegar a ser en caso de que las Crisis originales no le hubiesen confinado en el "cielo" de Alex Luthor.
Por cierto, ya en su ecuador, definitivamente All Star Superman está siendo una gozada repleta de imaginación, potentes guiones y rotundos dibujos de Frank Quitely.]
Por cierto, ya en su ecuador, definitivamente All Star Superman está siendo una gozada repleta de imaginación, potentes guiones y rotundos dibujos de Frank Quitely.]
He leído hace poco Identidad Secreta en su edición de Planeta. Escrito por Kurt Busiek e ilustrado por Stuart Immonen, este comic dista mucho de ser una novedad, ya que apareció en junio, pero no me había puesto a ello hasta este fin de semana. Ante una obra de estas características, y aunque sepa que no me va a defraudar en absoluto, siempre tengo ciertas reservas sobre si Busiek logrará el tono justo entre las dos aguas en las que se suele mover más a gusto. Si se centrará en la épica superheroica narrada con prosa melancólico-elegíaca o en el desarrollo de historias partiendo desde el punto de vista de las personas normales que miran con asombro situaciones que normalmente les superan. Dentro de su serie Astro City, la cual releo con gusto bastante a menudo, incluyó una de las historias más emotivas e inteligentes que he podido leer. En tan sólo ocho páginas nos contaba la historia de cómo una de esas crisis infinitas/guerras secretas (con alteraciones de realidad o del continuo espacio-tiempo de por medio) podían llegar a destrozar la vida de un tipo corriente. En Cerca de ti se nos revelaba cómo los superhéroes también provocan daños colaterales con sus acciones. Emotiva, intensa, breve. Una lección de maestría de un gran profesional.
Creo que Identidad Secreta está más cerca de esa historia -y de Astro City en general- que de otros proyectos anteriores de Busiek, como Marvels (donde también se partía del punto de vista de un ser humano sin poderes, pero se apabullaba al lector con un repaso de 20 años de momentazos Marvel) o los Vengadores. Sin desvelar en exceso las sorpresas que la trama nos regala conforme va avanzando, Identidad Secreta es la historia de un chaval de la América profunda, de los pueblos granjeros donde todos se conocen y los muchachotes crecen sanos y fuertes. Pastel de manzana y partidos de fútbol, vamos. En su contra tiene la “desgracia” de llamarse Clark, de haber nacido en Kansas, en el seno de una familia Kent... Esto le convierte en el centro de bromas inocentes (las de su familia) o malintencionadas (las de sus compañeros de instituto) y le crea un cierto problema de indaptación. Hasta que descubre que, en un mundo sin superseres, él, Clark Kent, es un super hombre. El único. En un juego meta-literario, meta-ficticio, un lector de comics adoptará la identidad ficticia con la que le martirizan en su mundo rea, aunque para nosotros sea otro mundo imaginario.
Creo que Identidad Secreta está más cerca de esa historia -y de Astro City en general- que de otros proyectos anteriores de Busiek, como Marvels (donde también se partía del punto de vista de un ser humano sin poderes, pero se apabullaba al lector con un repaso de 20 años de momentazos Marvel) o los Vengadores. Sin desvelar en exceso las sorpresas que la trama nos regala conforme va avanzando, Identidad Secreta es la historia de un chaval de la América profunda, de los pueblos granjeros donde todos se conocen y los muchachotes crecen sanos y fuertes. Pastel de manzana y partidos de fútbol, vamos. En su contra tiene la “desgracia” de llamarse Clark, de haber nacido en Kansas, en el seno de una familia Kent... Esto le convierte en el centro de bromas inocentes (las de su familia) o malintencionadas (las de sus compañeros de instituto) y le crea un cierto problema de indaptación. Hasta que descubre que, en un mundo sin superseres, él, Clark Kent, es un super hombre. El único. En un juego meta-literario, meta-ficticio, un lector de comics adoptará la identidad ficticia con la que le martirizan en su mundo rea, aunque para nosotros sea otro mundo imaginario.
A través de la vida de este Clark nacido en la Tierra y no en Krypton, y digo vida porque la miniserie abarca fácilmente 40 años, vemos cómo con sus nuevos poderes, y siempre con el referente de Superman como ejemplo a seguir (o a no seguir, ojo), Clark Kent afronta retos laborales, relaciones sentimentales, los problemas derivados de su faceta aventurera o superheroica, su evolución familiar... La historia siempre se narra en primera persona; son las impresiones de Clark las que nos guían por el descubrimiento, el asombro, la incertidumbre, la inseguridad, el miedo, la alegría, el amor. Y sorprende lo cercana que suena esa voz. La preocupación por el bienestar de su familia se antepondrá a cualquier otra consideración, sus reflexiones sobre las implicaciones políticas de sus actos suenan lúcidas, verosímiles, certeras.
Hay momentazos Busiek de esos que te dejan con un nudo en la garganta, pero me cuidaré mucho de revelar ninguno para no chafarle a nadie la sensación de emoción, sorpresa o alegría que esta obra puede llegar a proporcionarle. El tono de la obra, además, alterna la alegría de esa edad de oro donde todo aparece nuevo y excitante con una parte central más sombría, no por el protagonista en sí, sino por el mundo y los tiempos que le han tocado vivir, tiempos donde los matices de gris esconden no a villanos coloristas y enajenados, sino intereses políticos al servicio de empresas o gobiernos. Pese a eso, finalmente, la historia deja un regusto dulce, optimista, el de haber leído una obra que con un concepto tan manido es capaz de recuperar ese sense of wonder de lo novedoso y maravilloso recién descubierto.
Además de la sólida historia de Busiek, la magnífica labor de Immonen llega a apabullar casi, con una expresividad muy matizada en los personajes, con viñetas a doble página espectaculares no sólo por la acción que muestran, sino por lo que transmiten como sensación al lector. Hacía tiempo que nada relacionado con el hombre de acero me llenaba de esta forma, casi desde las historias de Moore (curiosamente, la solución que este Clark decide adoptar es similar al Clark de ¿Qué le pasó al hombre del mañana?) Esperemos que Grant Morrison y su All Star Superman mantengan el nivel.
Hay momentazos Busiek de esos que te dejan con un nudo en la garganta, pero me cuidaré mucho de revelar ninguno para no chafarle a nadie la sensación de emoción, sorpresa o alegría que esta obra puede llegar a proporcionarle. El tono de la obra, además, alterna la alegría de esa edad de oro donde todo aparece nuevo y excitante con una parte central más sombría, no por el protagonista en sí, sino por el mundo y los tiempos que le han tocado vivir, tiempos donde los matices de gris esconden no a villanos coloristas y enajenados, sino intereses políticos al servicio de empresas o gobiernos. Pese a eso, finalmente, la historia deja un regusto dulce, optimista, el de haber leído una obra que con un concepto tan manido es capaz de recuperar ese sense of wonder de lo novedoso y maravilloso recién descubierto.
Además de la sólida historia de Busiek, la magnífica labor de Immonen llega a apabullar casi, con una expresividad muy matizada en los personajes, con viñetas a doble página espectaculares no sólo por la acción que muestran, sino por lo que transmiten como sensación al lector. Hacía tiempo que nada relacionado con el hombre de acero me llenaba de esta forma, casi desde las historias de Moore (curiosamente, la solución que este Clark decide adoptar es similar al Clark de ¿Qué le pasó al hombre del mañana?) Esperemos que Grant Morrison y su All Star Superman mantengan el nivel.
12 comentarios:
Es curioso ver como las mejores historias de ese gran personaje que es Superman, se hacen ultimamente fuera de las colecciones principales que del personaje se publican en los USA(Las cuatro estaciones, Superman Rojo, este Identidad Secreta,etc.).
Y yo también confío en Morrison en All Star Superman... aunque como sigan el camino de Frank Miller en All Star Batman & Robin, vamos listos. Bueno, seamos francos, no vamos listos, vamos jodidos!
Osea, que mola el comic no?
XD
P.D: Bonito blog ;-D
Pues lo mejor de todo es el precio de sus originales... En el q descubre los poderes no sale caro, pero en el q se encuentra con sus hijas...... Quiero los dos......
Ostras pedrin, eso no lo he visto yo... Serán para quien llegue primero!!
Nacho, pedazo de cabron, da la direccion de las paginas
XD
Comentario actualizado:
Al final nadie compró los originales de Immonen, aunque pudimos transmitirle en persona -en las jornadas de Unicomic 2006- nuestra profunda admiración por su arte en general y por el de Secret Identity muy en particular.
A día de hoy, casi dos años después de la entrada original, All Star Batman lleva publicados cuatro numeros y All Star Superman siete, lo que dice mucho de la seriedad de ciertos artistas "hot".
Y Nacho sigue sin dar la direccion de las paginas.
Se va a cagar cuando le vea...
Y el All Star Superman está genial, incluso mejor que este identidad secreta. Lo mejor se superheroes que he leído este año.
Que ganas tengo de pillar el All Star... Pedazo reseña que te has marcado, macho.
Muchas gracias, Ternin. El caso es que tiene ya un par de años, jejeje.
En cuanto al All Star Superman, espero que Planeta sea lista y edite la serie en un par de bonitos tomos de tapa dura, porque la serie no merece menos. A Morrison le sobra imaginación y talento y a Quitely lo que le sobra es... ¡nada!
Nope. Van y la editan en grapa. Supongo que luego, ya si eso la editarán en formato Absolute o algo así.
Sin duda la opción más inteligenta para ellos: vender dos veces mínimo el mismo tebeo.
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