Que no es la tercera vez, sino la cuarta que visitamos la pequeña localidad de Mota del Cuervo por las mismas fechas y con el mismo objetivo, pero es la tercera que lo hago por méritos propios y no en calidad de consorte. Allá por el 2006, en uno de mis habituales rastreos de certámenes literarios, leí las bases de un concurso literario que debía tener como eje central de la historia la figura del molino de viento. Yo de molinos ni pum, les decía en 2006, pero desde entonces la verdad es que servidor se ha documentado tanto sobre los molinos como sobre la historia de Mota. En el primer caso la visita quedó reflejada en esta entrada, y el relato El encargo apareció algo de tiempo después por aquí. Un año después miss Sparks elaboró una suerte de crónica novelada sobre el primer molino de Mota y también resultó finalista, con lo que regresamos de nuevo a pasar las prenavidades allí (y lo leyeron aquí). A pesar de que lo volví a intentar un par de veces no fue hasta el 2009 que fui vuelto a seleccionar como finalista, en un año particularmente frío con nieve en La Jineta y temperaturas que nos tuvieron prácticamente todo el tiempo encerrados en la habitación, todo a cuenta de un relato sobre una hipotética aventura de Cervantes en la localidad moteña, y ya les hablé en esta entrada de una posible idea que me rondaba la cabeza...
Un año en blanco, y de nuevo el 2011 ha sido propicio, siendo seleccionado un relato sobre la inmigración como finalista, en un año en el que el nivel parece no haber sido excepcionalmente alto y en el que el primer premio ha sido declarado desierto. La verdad es que este iba a ser mi última incursión en Mota, por dos motivos. Creo que un relato romántico sobre el cine y los profesionales, una aventura histórica, un cuento de terror y una historia de inmigración y adaptación sería todo lo que se me ocurriría con molinos de por medio. Además, y dejando de lado el orgullo que supone saberte publicado, cada vez que nos acercamos a recoger un galardón nos gastamos premio y medio en transporte, alojamiento y comida. Este era el último año... Pero en la ceremonia de entrega de premios nos comentaron que el año que viene se celebraría la X edición del certamen... Y la última. Y claro, uno piensa que, demonios, una última última vez no estaría nada mal... Así que si alguno de ustedes tiene un poco de habilidad en esto de juntar letras, y se le ocurre una historia que crea buena en la que un molino juegue un papel importante, pues les animo a que participen en el certamen, del que pueden conseguir toda la información en la página web de la Asociación de Amigos de los Molinos. ¡¡¡Buenos vientos guíen sus musas, caballeros!!!
Por cierto, ya que me he puesto cebolletica, nada mejor que recordar esas otras ocasiones y comprobar de primera mano como parece que mi tripa crece al mismo ritmo que se cae mi pelo, que el jersey azul turquesa es el que más abriga y por eso repetí y lo bien que le sientan los brillitos a miss Sparks.
2 comentarios:
congratulations
De no haber ido a esa entrega nos habríamos acercado a Alcoi a ver el Tirisiti, amigo Teatro Principal de Alcoi, menuda casualidad :D
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