viernes, febrero 26, 2010

Superman: Brainiac. Verde y en botella... malo

Hace 35 años, Kandor era una próspera metrópoli kryptoniana cuya armonía y cotidianeidad se vió rota bruscamente por el repentino impacto de una serie de vainas metálicas. De su su interior surgen unos aterradores exoesqueletos metálicos para masacrar a la población de la ciudad, que poco puede hacer frente a ellos. El general Zod y su lugarteniente Ursa únicamente pueden ser impotentes testigos de cómo los robots generan una energía desconocida que rodea a la ciudad de un impenetrable campo de fuerza, para desaparecer bruscamente frente a sus atónitos e incrédulos ojos.



Los años han pasado y Kandor es un recuerdo vago para el que durante muchos años fuera el Último Kryptoniano, ahora plenamente inmerso en su vida como el periodista Clark Kent y como el defensor de la Tierra Superman. En esa dualidad, no siempre se lleva la peor parte Supes, y así Clark vive un día de perros en el Daily Planet con la incorporación de un grosero e insufrible periodista deportivo, Steve Lombard, y el regreso de una vieja conocida, la sensual y algo vanidosa Cat Grant, encargada de la sección de cotilleos -o sociedad del Planet-. Tras una reunión ajetreada, Clark se viste de rojo, amarillo y azul y marcha a detener el impacto de un meteorito, el cual para su sorpresa resulta ser un robot Brainiac al que destruye fácilmente, pero no antes de que un arpón metálico haya extraído una muestra genética de sangre kryptoniana y haya transmitido a las estrellas esa información.

Una transmisión desde un sistema lejano llama la atención de Superman, que acude a luchar contra otra invasión de Brainiacs metálicos. Ante sus ojos, se repite el mismo proceso vivido por su planeta natal, y un inerme Superman será conducido a bordo de la nave insignia del coluano Brainiac y aprisionado en una de sus vainas de información, mientras se prepara la invasión de la Tierra y la asimilación de una de sus ciudades más importantes. Cara a cara con uno de sus más peligrosos contrincantes, Superman y Supergirl tendrán que rendir más allá de sus poderes y debilidades para derrotar a un coste altísimo al coluano, un coste que alterará para siempre la leyenda del Hombre de Acero...

La saga de Brainiac, narrada de forma contenida en cinco capítulos publicados originalmente en los números 866 a 870 de Action Comics (en España 26 a 28 de Superman), es un arco argumental escrito por San Geoff Johns y dibujado por uno de sus mejores profetas, con permiso de Ivan Reis o George Perez, Gary Frank. La serie prosigue en su evolución natural de enfrentar a Superman a amenazas cada vez más letales que exigen un coste elevado al personaje y en su afán de recuperar conceptos y personajes del universo clásico de Superman con un afán de canonicidad y respeto por sus anteriores encarnaciones muy encomiable. Por un lado, el tratamiento de Brainiac es muy potente a nivel visual, empleando las dos formas que habitualmente suelen aparecer por separado -el exoesqueleto característico, todo un prodigio de diseño que destila maldad- y la forma original del villano en su encarnación coluana, en este caso más musculado e imponente de como lo recordaba-, y por otro, la historia de Kandor se imbrica a la perfección en la nueva temporada de aventuras de Superman que está siendo la etapa de Johns al frente de la colección. El cameo de Zod y Ursa da continuidad a la historia y un poco de sentido a las motivaciones del personaje, así como el impacto que produce a Supergirl encontrarse de nuevo con su ciudad, sus viejos amigos y sus familiares más queridos.


Además, lejos de encontrarnos con arcos argumentales compactos y cerrados, asistimos a las semillas directas de lo que vendrá inmediatamente a continuación, en un crescendo imparable de emoción y maravilla que Johns sabe manejar a la perfección y de lo que ya ha dado muestra más que cumplida en sus etapas de JSA o Green Lantern. Por otro lado, la sombra de Richard Donner es alargada, y Johns -creo- le sigue rindiendo homenaje creativo con algunas escenas directamente inspiradas en los Supermanes de Donner, como es el caso de la invasión de la oficina del Daily Planet o las conversaciones de Clark con su padre en la granja, llenas de melancolía y de esa sabiduría natural que impregna a los ancianos proporcionada por los años de experiencia y la serenidad que da la edad a la hora de recordar y asimilar todo lo pasado y vivido.



Por su parte, Gary Frank vuelve a dar un recital, un espectáculo pirotécnico, un festival emotivo, impactante y épico con un dibujo claro, narrativamente espectacular y que juega perfectamente con los tempos a la hora de planificar las escenas, pasando del detalle particular al drama general de forma natural y rompiendo con el ritmo cuando a él le conviene para enganchar todavía más al lector. Incluso las escenas mal llamadas de transición -esto es, las interactuaciones en el Planet o las visitas a la granja de los Kent- están impregnadas de un agradable todo de comedia de situación en el primero de los casos y de melancólica reminiscencia del pasado en el segundo de ellos.



La edición española incluye en el número 28 el Jimmy Olsen Special, un número dedicado en exclusiva a Jimmy Olsen y a una investigación emprendida por el joven periodista en solitario que le llevará a recordar su paso por el proyecto CADMUS y su amistad con la Legión de Repartidores de Periódico o con el alienígena Dubbilex, y el descubrimiento de una operación ultrasecreta a nivel desconocido que parece tener en mente la destrucción definitiva de Superman. El guión, de James Robinson, muestra un escritor que con cada aportación a la leyenda de Superman se va encontrando más cómodo y dando mejores muestras de su capacidad para recuperar viejos conceptos e integrarlos en nuevas y emocionantes historias y de su capacidad para dar una voz reconocible e interesante a muchos personajes considerados como secundarios pero que ofrecen un altísimo potencial. El dibujo, a tres manos (Jesús Merino, Leno Carvalho y Steve Scott) cumple a la hora de ofrecer una historia que podrían integrarse perfectamente dentro del universo Astro City por su evocación a medio camino entre la melancolía y la exaltación de viejos héroes, clones desaparecidos y villanos ominosos. De nuevo, una historia fundamental para el futuro inmediato de las colecciones de Superman que merece muy mucho la pena leer.

jueves, febrero 25, 2010

Commissionando CXIX: Josef "Joe" Rubinstein (II)

Con este post dedicado a las commissions a color realizadas por Joe Rubinstein sobre lápices ajenos o como artista en solitario zanjamos el repaso a su trabajo dentro de este campo. Joe es uno de los más activos dibujantes de commissions y en cierta medida, eso lo logra con una activa campaña de promoción a través de Comic Art Fans. Muchos aficionados que tengan en su colección sketchs a lápiz o dibujos en blanco y negro habrán recibido un amable mail de Rubinstein ofreciendo sus servicios. Yo suelo desoírlos, más que nada porque la competencia en el sector es muy dura y tengo a muchos otros dibujantes en el punto de mira, pero en esta ocasión ese fue el punto de origen de estas entradas dedicadas al autor. Dado que no he tenido el gusto -o el disgusto- de tratar directamente con él, sólo me cabe dar cabida a las advertencias de The Korinthian en los comments del post anterior sobre la tardanza a la hora de finalizar sus trabajos. Es una pena, porque la calidad de las pinturas que acompañan estas líneas es altísima, ya sea embelleciendo los lápices de Alex Ross y Kevin Maguire, realizando una commission personalizada como regalo para un agente de la ley (y que sirve de preludio la reseña sobre la saga de Brainiac y Superman) o elaborando bellísimos retratos con una alta calidad técnica y un resultado final tremendo con los del Principe Valiente, la Princesa Leia y Wonder Woman para dar buena fe de ello. En cualquier caso, un artista que bien merece que se le eche un vistazo a su galería de ilustraciones en CAF, la cual esconde verdaderas joyitas. Que ustedes lo disfruten.















martes, febrero 23, 2010

Protopartículas: Experimentos en blanco y negro en la ciudad de las palmeras

Este verano os comenté que miss Sparks y yo habíamos colaborado junto con unos amigos en la elaboración de un corto, participando como extras. Unos meses después y tras haber sido presentado en el Abycine el corto fue estrenado en Elche, algo que siempre es motivo de orgullo al poder compartir con los amigos y los paisanos un proyecto en el que has participado. Con el aforo completo de la sala del Escorxador, pudimos disfrutar en alta definición del nuevo trabajo del director Chema García, realizador ilicitano que con su anterior trabajo, El ataque de los robots de Nebulosa-5, ha logrado casi cien galardones a lo largo de medio mundo y parte del extranjero. Habiendo disfrutado de ese corto, Leti y yo nos lanzamos de cabeza cuando nos invitaron a colaborar en la realización de un nuevo corto, una pieza de ciencia ficción contenida rodada en blanco y negro contando con mínimos recursos humanos, materiales y económicos. El resultado, en mi modesta y no objetiva opinión, es impactante por la potencia de sus imágenes, hermoso por el mensaje lanzado y la forma de expresarlo y algo triste por las implicaciones del relato. Personalmente prefiero El ataque de los robots..., una verdadera joya del cortometraje que ha hecho las delicias de miles de personas, pero creo que Protopartículas es un más que digno sucesor al que a buen seguro le espera todavía mucho terreno por recorrer. Os dejo con el trailer en alta definición, así como el cartel realizado primorosamente por la diseñadora de producción Leo (updait, y es que las prisas son mu malas) Díaz en un espectacular punto de cruz. Si en vuestra localidad hay un certamen de cortometrajes y se proyecta Protopartículas, no dudéis en emplear ocho minutos de vuestra vida en sumergiros en ese peculiar y cotidiano mundo que me gusta denominar gótico ilicitano.



lunes, febrero 22, 2010

Lunes de cambios

Nada permanece inmutable en la vida, y mucho menos iba a hacerlo mi rutina o el diseño de este blog, que experimenta un par de cambios que me gustaría comentar y compartir con vosotros. En primer lugar, la lista de blogs sufre un pequeño meneo con la incorporación de dos colegas blogueros ilicitanos cuyo análisis sobre la actualidad televisiva (La tele que me parió) o el cine (Antiegos) son merecedores de un buen vistazo y de una reposada lectura. En segundo lugar, y muy a mi pesar, he colocado la identificación de palabra a la hora de dejar comentarios. Dificulto así mínimamente la labor de los robots que me han llenado de spam algunas entradas, como la dedicada a Carpenter, de la que me he visto obligado a borrar más de veinte comentarios absurdos. Es algo que he retrasado el máximo tiempo posible, pero finalmente he optado por evitar la molesta intromisión de esos mensajes automáticos. Por ahora reduzco los cambios a ese par de novedades. En cuanto a los contenidos que espero poder dejar esta semana para vuestra tortura o disfrute -según cada cual-, creo que podremos dejar finiquitada la galería de commissions dedicada a Joe Rubinstein -pese a la escasa profesionalidad demostrada a la hora de completar alguno de sus encargos-, comentar un nuevo arco de la serie Superman -Osukaru, ¡tus deseos son órdenes!- y comentar un evento al que tuve la suerte de poder asistir ayer mismo en compañía de amigos y paisanos. Un poco de todo y mucho de nada. Aunque algo es algo....

La canción de hoy tiene como objetivo prioritario el animarme y ayudarme a recuperar la energía gastada en cantidades industriales a lo largo de los últimos tres días. Cargar las pilas para sostener adecuadamente el esfuerzo requerido por una semana de obligaciones y trabajo es algo que cada vez cuesta un pelín más, pero afortunadamente uno cuenta con temazos como este de Collective Soul para tirar hacia adelante con el empuje suficiente. Hasta que el cuerpo aguante, como diría aquel. Y si además consigue animaros un pelín a vosotros y recargar mínimamente vuestras baterías vitales, pues que mejor que mejor. ¡A por todas, tigres!


Energy
Collective Soul

Mother and child
I'm such a man for a short while
And promises be
The world just spins faster than me
(Come on, come on, come on)

And all of your friends, I hear are whispering
I think you left me for the government
And all of your friends, I hope are listening
I wish you'd stop wasting all my energy

In beauty or beast
(Beauty or beast)
Who's my character to be
I'm now covering
(I'm now covering)
All the makeup that makes me
(Come on, come on, come on)

And all of your friends are now whispering
I think you left me for the government
And all of your friends, I hope are listening
I wish you'd stop sucking all my energy

And all of your friends are still whispering
I think you left me for the government
And all of your friends, I hope are listening
I wish you'd stop wasting all my energy

You got it, you got it
Come on

And all of your friends are now whispering
I think you left me for the government
And all of your friends, I hope are listening
I wish you'd stop sucking all my energy

And all of your friends are still whispering
I think you left me for the government
And all of your friends, I hope are listening
I wish you'd stop wasting all my energy

(Energy, energy, energy, energy, oh)
I wish you'd stop wasting all my energy
(Energy, energy, energy, energy, oh)
I wish you'd stop wasting all my energy

jueves, febrero 18, 2010

Sketch-busters CXL: Frazer Irving

Este es cuando menos uno de los sketchs más curiosos de mi colección. Se trata de uno de los dos únicos dibujos conseguidos fuera de España de la misma, y pertenece a un autor del que, pese a haber coincidido con él en un par de ocasiones, no había tenido la suerte de lograr una dedicatoria. Recordarán que el año pasado tuvimos la gran fortuna de viajar a Londres y disfrutar de unos días en una ciudad que nos ha robado el corazón. Allí asistimos a una multitudinaria sesión de firmas en la librería Forbidden Planet, visita obligada para los amantes del comic y la cultura popular en general y lo más cercano al paraíso del friki que uno pudiera imaginar. De aquella sesión les dejé cumplida noticia en la entrada dedicada al dibujo del Juez Dredd realizado por Henry Flint. La verdad es que el dibujo de Flint fue una propina, dado que nuestra presencia allí tenía dos prioridades: Brett Ewins y Frazer Irving. El primero, elusivo y ausente por motivos personales, era el objetivo prioritario y motivo último por el que decidimos emplear una mañana entera en visitar la tienda con calma y esperar para la sesión de firmas. Desgraciadamente, el autor no apareció y mi baqueteado y ajado tomo de Skreemer firmado por Peter Milligan volvióse para Elche sin la firma de su dibujante, aunque por lo menos el viaje me sirvió para poder leer por enésima vez esa obra maestra del comic contemporáneo. El segundo, alma de la fiesta en las noches avilesinas y gran dibujante de personal estilo se había demostrado como uno de los autores más inaccesibles en Avilés, así que decidimos acudir a su propia casa para lograr una dedicatoria y un dibujo de Teekl, el gato místico que acompaña a Klarion el niño brujo en sus andanzas y que, tras una adorable presencia, esconde un verdadero demonio felino. Como todos los gatos, vamos. La mañana salió bastante redonda con estos dos dibujos, la visita a la librería, la constatación de que existe una logia internacional de sketch-busters sin fronteras hermanada por comportamientos y manías comunes y una comida en un taiwanés cercano que no estuvo nada mal. Aquí les dejo con el gato...


martes, febrero 16, 2010

Big Culo Day: Galería de Ilustraciones: Joe Pekar

Remontándonos a los comienzos de la sección de commissions nos encontramos con una entrada dedicada al ilustrador Joe Pekar, autor cuya calidad y sensuales ilustraciones se convirtió en una especie de sueño de coleccionista eternamente pospuesto. A falta de commission o de dibujo conseguido en Ebay, servidor se consolaba con dedicarle alguna que otra galería, como esta de estampas navideñas publicada hace más de tres años. Le tengo pendiente a este dibujante una nueva y más extensa galería con alguna de sus commissions más recientes, pero por el momento Joe Pekar ha sido el escogido para ilustrar la galería temática con la que hoy celebramos una parte tan vituperada y adorada a partes iguales por el común de los mortales como es el culo. Si cada uno tiene el suyo, bien es cierto que no todos son tan atractivos como el de CR9 o tan asequibles como el del muñeco de cera de Jennifer Lopez. Una forma tan adecuada de celebrar su belleza y su atractivo es la de compartir con ustedes esta galería en la que el bueno de Joe Pekar hace gala de sentido del humor, complacencia fetichista, sensualidad y perversión de los cuentos clásicos en una serie de ilustraciones que, por lo menos a mí, me han alegrado la vista enormemente. Como siempre, un mínimo y pudoroso filtro autocensor ha hecho que me contuviera de compartir algunas otras ilustraciones algo más subiditas de tono, pero que pueden ustedes encontrar en la web del autor en extensas galerías cuyo visionado resulta casi apabullante por la cantidad, calidad y variedad de ilustraciones.


























Big Culo Day: Presentación, Loa Máxima y Justificación Friki

Ya está aquí, ya llegó otro año más el Gran Día del Culo, celebración que se sacó de la manga -o de sálvesea la parte- el gran bloguero verde comedor de oreos y descontextualizador nato -vulgo, Jotace- y que cada año ha ido congregando a cada vez más blogueros independientemente de su adscripción al mundo de la cultura popular en sus más variadas manifestaciones, bitácoras personales o grupales o blogs que de puro variado son harto inclasificables. Como suele ser habitual, yo dedicaré una entrada a algún dibujante de commissions obsesionado y obcecado con esta parte de la anatomía femenina, pero mis habituales escrúpulos me obligan a una suerte de justificación por sumarme a un evento que cada año aumenta en calidad y cantidad de culos, en la barbaridad políticamente incorrecta y en la sana intención de aportar humor y culos a un mundo cada vez más gris que, tiene coña la cosa, cada vez va más de culo.


Para empezar, aquí tienen ustedes una de las mayores glorificaciones del Trasero en todo su esplendor, una oda a los culos de gran calibre capaz de hacer fosfatina todo lo que se ponga por delante y con la que el rapero Sir Mix-a-lot de paso se despachaba a gusto contra la white trash repleta de prejuicios en una intro a la canción verdaderamente descacharrante. La canción, sexual y desvergonzada, fue prohibida en un primer momento por la MTV, aunque eso no impidió una sana carrera comercial y convertirse en una de las canciones más recordadas de su época. Toda una declaración de principios por parte de un caballero que tenía muy claro lo que le gustaba y anhelaba compartir esa pasión con la humanidad. La historia de la cultura estará para siempre en deuda con Sir Mix-a-lot por su clarividencia y por su osadía. Para empezar, ahí va eso.

lunes, febrero 15, 2010

Lunes raptado

Por motivos más que variados este lunes se me ha echado el tiempo encima más que nunca. Ajetreo de fin de semana que da paso a ajetreo entre semana que da paso a un bucle en el que por lo menos, vuelvo a encontrarme de forma más o menos normal, por más que en ciertos momentos uno siga acusando los cambios forzosos vividos en los últimos tiempos. Vuelta a la normalidad y vuelta esta semana a santificar el evento friki de cada febrero en el que se santifican los panderos tratando de relacionarlos de la mejor manera posible con los temas habituales de cada uno de los blogs participantes en el Big Culo Day. Junto a la entrada culera, culona, culosa o como quiera que la llamemos, esta semana encontrarán ustedes por aquí un nuevo dibujo de convención, así como alguna que otra reseña con la que me apetezca torturarles, todo ello si...

Si consigo escapar al hechizo de Rapture, los Big Daddys, las Little Sisters y la madre que los parió a todos ellos. Los chicos del estudio 2K Marin me tienen completamente absorto en la segunda parte del juego que me volvió loco y me enganchó hasta límites no conocidos por mí en mi larga vida de hard gamer. Reconozco que me resulta difícil hurtarle tiempo al dichoso juego para elaborar una entrada en condiciones como las que ustedes merecen leer y disfrutar, pero para algo servidor es un tipo tan duro como Plissken... O algo. Para amenizar la entrada de cada lunes, y como me encanta hilar temas y sacar cosas a colación peregrina, aquí les dejo un video de Blondie, epítome de la modernez de los últimos setenta y liderado por la presencia sensual, magnética y sexual de Deborah Harry. El videoclip es lisérgico a más no poder, así que puede ser el modo ideal de empezar otra semana absurda. Dejense raptar por ella pero intenten escapar a la mayor brevedad posible y regresar por aquí, su casa en la red. Tengan mucho cuidado ahí fuera, no sea que vayan ustedes a empezar la semana de culo.




Rapture
Blondie

Toe to toe
Dancing very close
Barely breathing
Almost comatose
Wall to wall
People hypnotised
And they're stepping lightly
Hang each night in Rapture

Back to back
Sacrailiac
Spineless movement
And a wild attack

Face to face
Sadly solitude
And it's finger popping
Twenty-four hour shopping in Rapture

Fab Five Freddie told me everybody's high
DJ's spinnin' are savin' my mind
Flash is fast, Flash is cool
Francois sez fas, Flashe' no do
And you don't stop, sure shot
Go out to the parking lot
And you get in your car and you drive real far
And you drive all night and then you see a light
And it comes right down and lands on the ground
And out comes a man from Mars
And you try to run but he's got a gun
And he shoots you dead and he eats your head
And then you're in the man from Mars
You go out at night, eatin' cars
You eat Cadillacs, Lincolns too
Mercuries and Subarus
And you don't stop, you keep on eatin' cars
Then, when there's no more cars
You go out at night and eat up bars where the people meet
Face to face, dance cheek to cheek
One to one, man to man
Dance toe to toe
Don't move too slow, 'cause the man from Mars
Is through with cars, he's eatin' bars
Yeah, wall to wall, door to door, hall to hall
He's gonna eat 'em all
Rapture, be pure
Take a tour, through the sewer
Don't strain your brain, paint a train
You'll be singin' in the rain
I said don't stop, do punk rock

Well now you see what you wanna be
Just have your party on TV
'Cause the man from Mars won't eat up bars when the TV's on
And now he's gone back up to space
Where he won't have a hassle with the human race
And you hip-hop, and you don't stop
Just blast off, sure shot
'Cause the man from Mars stopped eatin' cars and eatin' bars
And now he only eats guitars, get up!


viernes, febrero 12, 2010

Shazam y la Monstruosa Sociedad del Mal: El Mágico y Misterioso Viaje de Billy Batson

El joven Billy Batson, huérfano y sin parientes conocidos, malvive en las calles alimentándose de sobras y de lo que puede comprar con las escasas propinas que consigue. Su único amigo es Talky, un afable anciano sin hogar con el que comparte sus penurias y del que obtiene consejos acertados y no poco apoyo moral. Por si su situación no fuese ya lo suficientemente desgraciada, Billy soporta el acoso de un peligroso maleante, LaGreen, que le roba lo poco que consigue en la calle. Pero la vida de Billy está a punto de dar un giro de 180º cuando un día le parece reconocer a su padre en la calle.


Fuera de sí Billy decide seguir al extraño personaje hasta una estación de metro abandonada, donde un tren reluciente le conduce a una gruta en la que unas gigantescas y grotescas estatuas representando a los Siete Pecados Capitales flanquean una gran estancia. Al fondo, una roca gigantesca pendiendo de un hilo cobija a un anciano que le otorga un don mágico de gran magnitud y enorme responsabilidad. Billy Batson se convertirá en el huésped de la fuerza mágica que habita en la Roca del Destino, y pronunciando la palabra mágica Shazam se transformará en el adulto, fornido y poderoso Capitán Marvel, protegido por los dones y bendiciones de Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, Aquiles y Mercurio. La perplejidad del muchacho al enfrentarse a fuerzas más allá de su comprensión aumenta cuando se le explica la naturaleza y los límites de la Roca del Destino, límites que inadvertidamente traspasará desatando fuerzas más allá de su control.


En la ciudad pronto se suceden una serie de ominosos y preocupantes acontecimientos, como la aparición de unos seres mezcla de lagarto y hombre, el descubrimiento de unas huellas gigantesca en el Parque y el advenimiento de un ser ultrapoderoso más allá de la comprensión humana vaticinado por dos gigantescos robots apostados cerca de las pisadas. Todos esos acontecimientos despertarán la atención no sólo de Billy y su alter ego superheróico el Capitán Marvel, sino también la del fiscal del distrito Sivanna, cuyas aviesas intenciones entrarán en colisión con el bienestar último de la humanidad. Del Capitán Marvel, de su coraje y determinación y de la oportuna intervención de unos inesperados aliados dependerá el éxito o el fracaso de una situación imposible que exigirá lo máximo de todos y cada uno de ellos.


Shazam: La Monstruosa Sociedad del Mal es una serie limitada de cuatro números en formato de lujo que revisita el origen del Capitán Marvel desde una perspectiva más contemporánea, pero respetando en lo esencial los puntos básicos de la mitología del Gran Queso Rojo y de su galería de personajes. El encargado de realizar este proyecto fue Jeff Smith, en la que supuso su primera obra de importancia tras finalizar la grandiosa y titánica Bone. Siendo completamente fiel a su estilo cartoon, y con un desarrollo del guión muy similar, partiendo de una situación casi cotidiana acabamos siendo testigos de un enfrentamiento cósmico a tres bandas repleto de dramatismo, seres bizarros y extraordinarios y una prodigiosa narrativa que absorbe al lector y lo transporta al corazón mismo de la historia. La secuenciación resulta tan natural como en Bone, y cuando lo exige la acción Smith se permite viñetas a toda página (o incluso ocupando una doble) de las que emocionan por su intensidad y su espectacularidad.


Siendo fiel como digo al espíritu naif del personaje y manteniendo un tono de comic infantil, en el que nada resulta excesívamente trágico o tenebroso, Jeff Smith hace un alarde de inteligencia a la hora de actualizar algunos de los personajes, como ese doctor Sivanna al que ahora mueven motivos políticos y se aprovecha de la paranoia colectiva para cimentar sus planes o la situación de desamparo de Billy Batson y su acoso por parte de los hampones/abusones de turno. Igualmente, los conceptos de la Roca de la Eternidad y el anciano Shazam, si no plenamente explicados sí son más explorados que de costumbre, y suponen el motor impulsor de una trama que nos trae a otros viejos conocidos de la historia del personaje como Tawny, Mary Marvel o Mr. Mente. La única pega que pondría a La monstruosa Sociedad del Mal es la de volver a contar -una vez más- el origen de un personaje con el que parecen no haber sabido qué hacer durante mucho tiempo y que ha funcionado mejor como secundario en macroeventos estilo 52 o Crisis Final antes que como protagonista de sus propias aventuras en un título mensual. En cualquier caso, un tebeo más que recomendable, entretenido, emocionante, y un must have para los seguidores de un autor que, oh, DIANTRES, ha sido anunciado como invitado oficial para el próximo Salón del Comic de Barcelona. ¿Les había contado ya que yo empecé a salonear por SU CULPA?

miércoles, febrero 10, 2010

Commissionando CXVIII: Josef "Joe" Rubinstein (I)

La sección de hoy se centra en uno de los profesionales más prolíficos de la Edad de Bronce, y es que el trabajo de Josef "Joe" Rubinstein ha servido de apoyo a decenas de dibujantes y ha podido disfrutarse en cientos de comics desde que comenzara su carrera profesional, hace más de tres décadas. Este entintador, que empezó a trabajar como asistente en el estudio de Dick Giordano (otro entintador histórico) y Neal Adams, Continuity Comics, posee un record Guinnes más que curioso, el del entintador que más dibujantes ha entintado, algo a lo que ha contribuido decisivamente su labor durante más de 20 años como entintador de La guía oficial del Universo Marvel. Además de su trabajo como profesional Rubinstein es otro de los artistas dedicados activamente al mundo de las commissions, y su trabajo es prolífico en el campo tanto en calidad como en cantidad. Dada su categoría profesional, muchas de las commissions las ha orientado a trabajar sobre lápices ajenos, a los cuales daba un acabado de calidad profesional, ya fueran sketchs de convención realizados por otros autores, entintados sobre reproducciones de lápiz o recreaciones con el estilo de monstruos consagrados como Colan, Kirby, Byrne, Wrightson o Adams, por citar unos pocos. He decidido dedicarle dos entradas, una de ellas con algunas de sus commissions entintadas y otra con ilustraciones a color, para la que me guardo además, el curioso modo en que se me ocurrió este post.

A continuación, y como es habitual, ordenando las imágenes conforme a la calidad y elaboración de las mismas, pueden encontrar ustedes una muestra de lo bien -o mal, o regular, que todo va en gustos- que sientan las tintas de Joe Rubinstein a los lápices de Kevin Maguire, Joe Jusko, Al Rio, Mike Grell (una de mis favoritas de esta tanda), Gene Colan, Claude St. Aubin, Mike Wieringo, John Byrne y Ron Lim. Una vez más, servidor se lamenta de que no le toque una primitiva para poder arramblar con una megacommission de este autor, pero por lo menos, como dijo aquel, siempre nos quedará Comic Art Fans...


















lunes, febrero 08, 2010

Dando vueltas a otro lunes

Soñoliento y recién despertado de una breve siesta de sofá, Plissken se declara derrotado de antemano en una semana que comienza, de hecho y de partida, ya con la reserva de energía mermada. El habitual vacío virtual vivido durante el fin de semana se explica esta semana más que nunca, dado que un viejo compañero de trabajo -por un breve pero intenso lapso de tiempo- y amigo contraía matrimonio civil y había que dar espectáculo. Los que me conocen en persona saben que el Delfín -y no precisamente el de ese esperpento que pulula por los realitys- lo da todo frente a una audiencia entregada, apoyado por los amigos y una botella de vinacho peleón. En este caso no pude ni quise fallar al respetable, y a fe mía que se dio espectáculo aún a costa de pasar el día siguiente absorbido por la fuerza gravitatoria del sofá y amenizando el cansancio con dos nuevos capítulos del Doctor Who, serie a la que, como muchos, he llegado tarde, pero que me tiene completamente enamorado y enganchado. ¿Se puede ser yonqui de la cultura popular? Pregúntenselo al lostie más cercano...

Entre pitos y flautas, o cansancio laboral y bodas, como gusten, el programa de este su blog amigo se cumplió a medias, aunque cuando menos me desquité con esa deuda histórica contraída con 30 Rock, que a lo tonto, a base de talento, de acaparar premios y de no ceder un ápice de calidad pese al tiempo transcurrido, se ha convertido en una telecomedia de referencia que podría consolidarse -si el paso de las temporadas no acusa bajones y el reparto aguanta- en referente del medio y pasar al olimpo de grandes sitcom (en el que yo tengo y venero a Cheers, Frasier, Seinfeld o Friends). Para esta semana espero poder cumplir con Billy Batson y Jeff Smith al tiempo que les dejaré una nueva galería de commissionandos, y, sólo si, el tiempo lo permite, recuperaré una parca leída hace meses pero que al final dejé en esa otra montaña de atrasados que son los propósitos pendientes para este blog.

La canción de esta semana, escrita por Pete Seeger a partir del Eclesiastés y versionada en decenas de ocasiones, tiene en la interpretación de The Byrds su versión más reconocible y reconocida, y nos recuerda la variedad de situaciones y acontecimientos con los que tenemos que lidiar a lo largo de nuestra existencia. Lo bueno y lo malo, lo divino y lo humano, lo chusco y lo elevado, todo tiene cabida en ese periplo ajetreado e impredecible mal que nos pese que llamamos vida, y lo único que podemos hacer es intentar estar preparados para que cuando llegue una nueva vuelta de tuerca no nos coja total y absolutamente desprevenidos. Con este clásico me despido de todos ustedes y les pido encarecidamente, como en tantas otras ocasiones, que tengan mucho cuidado ahí fuera.



Turn, turn, turn
The Byrds

To Everything (Turn, Turn, Turn)
There is a season (Turn, Turn, Turn)
And a time to every purpose, under Heaven

A time to be born, a time to die
A time to plant, a time to reap
A time to kill, a time to heal
A time to laugh, a time to weep

To Everything (Turn, Turn, Turn)
There is a season (Turn, Turn, Turn)
And a time to every purpose, under Heaven

A time to build up,a time to break down
A time to dance, a time to mourn
A time to cast away stones, a time to gather stones together

To Everything (Turn, Turn, Turn)
There is a season (Turn, Turn, Turn)
And a time to every purpose, under Heaven

A time of love, a time of hate
A time of war, a time of peace
A time you may embrace, a time to refrain from embracing

To Everything (Turn, Turn, Turn)
There is a season (Turn, Turn, Turn)
And a time to every purpose, under Heaven

A time to gain, a time to lose
A time to rend, a time to sew
A time for love, a time for hate
A time for peace, I swear it's not too late

viernes, febrero 05, 2010

Rockefeller Plaza: Aquellos chalados y sus locos programas

Liz Lemon (Tina Fey) es la directora de The girlie show, un programa de sketchs cómicos y números musicales emitido en directo semanalmente desde la sede de la NBC en Nueva York, situada en el número 30 de la Plaza Rockefeller. Pese a la calidad del programa y a la popularidad de su estrella, Jenna Maroney (Jane Krakowsky), los índices de audiencia han ido bajando hasta llamar la atención de los gerifaltes de la cadena, que no dudan en tomar cartas en el asunto. Para reconducir la marcha del programa -y de la cadena en general- la directiva recurre a Jack Donaghy(Alec Baldwin), director de la división de hornos microondas de General Electric, que empleará toda su experiencia como tiburón corporativo para revitalizar el show y darle un nuevo aire.


La primera medida impulsada por Donaghy es la contratación de una figura mediática con más relumbrón que Jenna. El elegido será Tracy Jordan (Tracy Morgan), bala perdida, golfo, rapero, actor de derribo en producciones mediocres pero con gran tirón popular y de carácter abiertamente psicótico. Desde ese momento la vida de Liz Lemon se volverá en un verdadero infierno en el que intentará conciliar su solitaria vida familiar de mujer blanca de clase alta neoyorquina entregada por entero a su trabajo con su devoción por el medio televisivo y por el programa. Junto a Tracy y Jenna, enzarzados en una pelea continua de divos por llamar la atención y lograr ver satisfechos sus caprichos, encontramos a Pete Hornberger (Scott Adsit), la voz de la razón -en ocasiones, que no siempre- en un entorno frenético y hombre de confianza de Liz, a Frank (Judah Friedlander), el más alocado y excéntrico de todo el equipo de guionistas, o a Kenneth Parcell (Jack McBrayer), el cándido botones de la cadena que igual guía una visita que hace recados que atiende a las necesidades personales de las estrellas del programa.


En ese entorno es en el que se desarrollan las frenéticas peripecias de 30 Rock (en España Rockefeller Plaza), una de las telecomedias que mayor número de premios y nominaciones ha acaparado en los últimos años pese a contar con unos índices de audiencia relativamente bajos. La serie parte de la experiencia personal de Tina Fey como actriz y jefa de guionistas del mítico Saturday Night Live, cuya sombra planea sobre la concepción argumental de la serie y al que se rinde homenaje y pleitesía casi en cada momento, al desvelar las dificultades, problemas y exigencias que un programa de esas características requiere semana a semana y lo difícil que resulta mantener el nivel de frescura, inteligencia y diversión en unos níveles de calidad medios durante más de dos décadas (aquí en España el invento no duró siquiera una). En ese sentido, la presencia de Tina Fey como productora de 30 Rock, protagonista y escritora de algunos de los episodios resulta fundamental, y el resultado, creíble y extremadamente divertido.


Si la labor y la presencia de Fey resultan vitales, no menos importante para la consolidación de 30 Rock ha sido el logro de conjuntar un reparto variopinto de personajes capaces de enganchar al espectador como secundarios de peso o como secundarios recurrentes. Jenna camina en todo momento entre la estulticia de las divas superficiales oxigenadas de la televisión y la fragilidad de un juguete roto en potencia buscando el plano final de su carrera. Tracy Jordan, revulsivo del programa y parodia desaforada y efectiva de los Eddie Murphy, Will Smith y Martin Lawrence de turno, dado a protagonizar bodrios de ficción y excesos de todo tipo en la vida real, es capaz de asentarse en un papel vociferante e histriónico y ofrecer momentos de genuina comedia surrealista. En el cupo de secundarios me gustaría destacar a ese Kenneth que cumple el papel de Woody Harrelson en Cheers, el inocentón de campo llegado a la gran ciudad para vivir día a día su sueño -trabajar en televisión, aunque del modo en que muchos podrían verlo como una pesadilla, desde abajo y con una candidez y una entrega que sorprenden episodio a episodio.


Pero en el reparto de secundarios de 30 Rock, sin duda uno de los más atractivos del momento en el formato de telecomedias, aún cabe resaltar algunos secundarios que aportan jugosos elementos a la serie, como el guionista Dospor (Keith Powell) que contrapone su prototipo de afroamericano cultivado al estereotipo de estrella negra proveniente del gueto que supone Tracy Jordan; la secretaria Cerie (Katrina Bowden), sexy y bobalicona que se enfrenta a una Liz Lemon que ha hecho todo lo posible por hacer valer su talento y su esfuerzo por encima de cualquier otra consideración, o Lutz (John Lutz), otro miembro del equipo de guionistas cuya estulticia e inoportunidad le convierten en el bufón trágico del grupo. Mi personaje favorito dentro de la nómina de secundarios es sin duda el doctor Leo Espacial (Chris Parnell), un tipo estrambótico que obtendría el título en una tómbola, adicto a las terapias más peregrinas, peligrosas y de dudoso éxito y cuya competencia está peligrosamente por debajo de los límites exigibles no ya a un doctor, sino a un homo sapiens.


Me he dejado un nombre a propósito para el final, la madre del cordero del reparto, el tipo que se lo lleva crudo capítulo tras capítulo y que arranca desde sonrisas cómplices hasta carcajadas sonoras con sus réplicas, comentarios, reflexiones y actos. Jack Donaghy es el rey de la función y el caramelito que le ha servido a Alec Baldwin para reivindicarse como actor tras años de malas elecciones y de vivir a la sombra de su antaño señora Kim Bassinger. La calidad de su interpretación y la variedad de registros que Baldwin proporciona al personaje son de antología, haciendo gala de un gran poder de convicción y logrando crear capítulo a capítulo a un irlandés de carne y hueso, iracundo, capaz de emborracharse por despecho o despedir a cientos de personas sin torcer un gesto, sensible a las necesidades de sus subordinados pero incapaz de lidiar con su madre, y sobre todo profundo conocedor de los entresijos de la cultura empresarial y de los mecanismos de supervivencia dentro del mismo.


Dos cositas más antes de acabar este repaso a una de las telecomedias más divertidas que he visto nunca. El primero es la capacidad de convocatoria de la serie para atraer a rostros conocidos de la televisión, el cine o la política yanqui. A lo largo de sus cuatro años de vida la serie ha contado con la aparición de actores como Salma Hayek, Isabella Rossellini, Steve Buscemi, Alan Alda o Rip Torn en la categoría de cameos recurrentes, pero como invitados especiales ha contado con Carrie Fischer, Jennifer Anniston, Ophra Winfrey, Al Gore, Whoopi Goldberg, John McEnroe o Steve Martin. Mención especial merece el capítulo final de la tercera temporada donde parodiando los típicos números musicales multiestelares con fines benéficos encontramos en el mismo plano y cantando una canción demencial a Elvis Costello, Sheryl Crow, Mike D. (vocalista de Maroon 5), Wyclef Jean, Cindy Lauper y Moby entre otros músicos, terminando por todo lo alto y permitiéndose un chiste metalingüístico de esos para enmarcar.


Y temáticamente hablando, la serie ofrece situaciones y sketchs para todos los gustos: réplicas mordaces y reflexiones cínicas sobre la vida en la gran ciudad, estresantes y estrelladas relaciones sentimentales, lucha desaforada de egos, números musicales bufos, gags surrealistas y chistes reiterativos. Para mí lo más espectacular del cotarro es que sin aspavientos pero con altas dosis de cinismo y mala leche los creadores de 30 Rock se permiten el lujazo de lanzar puñetazos directos a la sociedad norteamericana, y créanme que con una sonrisa en el rostro y un alfiler acerado en la broma se logran críticas incendiarias contra las grandes corporaciones y sus despiadados medios de promoción, despido o creación de un entorno laboral productivo en el que lo políticamente correcto y las relaciones sociales marcadas por la hipocresía y la adulación permiten medrar más que trabajando duro y derrochando talento y esfuerzo. Algunos capítulos son homenajes descarados y desopilantes a clásicos del musical (Mamma Mia) o del cine (Amadeus, en este caso con un Tracy Jordan obsesionado por crear el videojuego pornográfico perfecto con Frank ejerciendo de Salieri) o hacen mofa y befa de los culebrones hispanos (lo que permite a Baldwin rizar el rizo y bordar... dos personajes diferentes). Hacía tiempo que no me enganchaba tanto a una telecomedia, y las tres temporadas emitidas hasta el momento en España han caído en apenas mes y medio, con sesiones de dos y tres capítulos diarios que me permitían esbozar por un momento una sonrisa complice y disfrutar de las peripecias de esos locos enamorados de la tele y sus chaladuras en el número 30 de Rockefeller Plaza.


Foto de familia durante una de sus triunfales noches en la gala de los Emmys.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...