miércoles, noviembre 25, 2009

Relato: La chica de hoy

Como muchos sabréis, de vez en cuando me dedico a juntar letras y a intentar darles forma literaria, una afición o una necesidad que vengo practicando desde bastantes años antes de empezar esta otra aventura bloguera. Muchos de esos cuentos andan en danza ahora misma en diversos certámenes, pero recientemente se ha fallado uno en el que no he resultado afortunado con premio alguno. Dado que el relato lo escribí ex profeso para ese certamen, que fue fruto de un doble experimento (por un lado al tratar un tema completamente marciano y ajeno para mí y por otro al practicar una suerte de escritura automática) y que su carrera literaria empieza y termina con este 2º concurso de relatos de depilación láser, he decidido compartirlo con todos los que os dejáis caer por aquí.para evitar que desaparezca en el limbo del olvido y prolongar aunque sea mínimamente su vida literaria. El título es un burdo juego de palabras a costa de Nacha Pop y el seudónimo, como no podía ser de otra manera, homenaje a mi escritor favorito en la actualidad.

La chica de hoy
Pedro de la Ossa (Chuck)

¿Que te suena mi cara? Pues no sé, chica, tengo unas facciones muy comunes, aunque quizá me hayas visto antes en algún sitio. En el supermercado, en el centro comercial, en la facultad… Sí, yo estudiaba antes allí, hasta que me casé con el catedrático de… ¿Sí? Qué casualidad, mira que estudiar lo mismo… Era una carrera apasionante, con trabajo prácticamente asegurado en cuanto me licenciara, pero, mira por dónde, Cupido se cruzó en mi camino y caí enamorada como una colegiala de ese profesor… Tan atento, tan inteligente, tan romántico cuando quería y tan fogoso como un adolescente en la cama. Al principio todo iba bien, como suele suceder en estos casos. Me regalaba con toda clase de obsequios, salíamos casi todas las noches a cenar fuera o al cine, íbamos juntos a seminarios y convenciones… Era el sueño de una chica como yo. Pero no me daba cuenta de algunos detalles. Como el de que el tiempo no pasaba en balde para mí. Como que paulatinamente las salidas se iban espaciando y él pasaba cada vez más tiempo en la facultad. Como que lo que había sucedido una vez podía volver a pasar. Al final, mis sospechas se fueron confirmando y… ¡¡Tranquila, chica, tranquila!! No hace falta que te muevas de esa manera, las correas que te he puesto son lo suficientemente fuertes como para contener a un demente en pleno ataque de locura, y mucho me temo que ese cuerpo de niñata veinteañera no esconde la fuerza suficiente como para romperlas. ¿Te suena mi historia, verdad, cariño? Te suena porque es la tuya. No te preocupes, puedes gritar todo lo que quieras. Estamos solas tú y yo en la clínica… ¿Creías que te estaba haciendo un favor? ¿Creías que me quedaba un viernes hasta última hora para dejar ese cuerpecito bronceado tuyo sin vello con la suficiente antelación como para que tú y él os vayáis a pasar un romántico fin de semana a Venecia? Ay, cariño, qué equivocadita estás… Fue lo más fácil del mundo establecer vuestra rutina, porque, bueno, fue MÍ rutina cuando empezamos a salir juntos. Días alternos os encontrabais en el despacho donde el sofá da mucho juego y el morbo de ser descubiertos excita la libido hasta extremos insospechados. Cada dos meses había un seminario al que curiosamente yo no podía acudir, pero ya estabas tú ahí para que nadie sospechara que el pobre profesor había perdido su atractivo. No me resultó difícil seguirte después de que él se despidiera en el aeropuerto la última vez que salisteis de viaje juntos… Hace tres meses de aquello. Desde que te seguí hasta tu cuco apartamento en la ciudad universitaria que no necesitabas compartir con nadie porque él se hacía cargo de todos los gastos. Desde que localicé tu nombre en el directorio de estudiantes, tu currículum en el servidor de la universidad, tu página personal en Internet, tu perfil y gustos en esa red social en la que se acepta a cualquier que suene vagamente familiar como amigo… A partir de ahí, encontrar la clínica de estética a la que acudías invariablemente cada semana resultó extremadamente sencillo, y encontrar trabajo a cambio de un sueldo miserable y unas condiciones abusivas no fue difícil con mi currículo. Y aquí estaba cada semana, aplicando cera caliente sobre tu tersa y, no voy a negarlo, atractiva y joven y delicada piel mientras te convencía de las ventajas de la depilación láser. De su inocuidad. De su permanencia. De la oferta especial de tratamiento completo a mitad de precio que yo misma sufragaría con el mismo dinero que había comprado esos dos billetes para Venecia, esa cena de lujo en la Plaza de San Marcos, ese romántico paseo en góndola por los hediondos canales de la ciudad. Y al final aceptaste pese a tus reticencias. Y aquí estamos, la mujer de ayer y la chica de hoy separadas por unas correas y una máquina de láser Alejandrita a la que gracias a mis estudios he manipulado a mi antojo. He aumentado la potencia del haz de luz para que la intensidad de cada aplicación sea igual a la de un puñal al rojo vivo atravesando tu piel. He calibrado los sensores para que consideren tu piel más clara de lo que realmente es y actúen con mayor intensidad. Y lo más interesante de todo. He eliminado el sistema de refrigeración de la piel. Sólo sentirás dolor al principio. Un dolor atroz, eso sí. Como si perdieras el amor del único hombre que has amado en toda tu vida. Como si te arrancarán un trozo de ti a sabiendas que nunca jamás podrás recuperarlo. Como si toda tu vida se esfumara delante de tus ojos y fueras incapaz de hacer nada para evitarlo. Pero luego tus centros de dolor se saturarán. El shock inicial fundirá tus receptores nerviosos y una inconsciencia intermitente irá desconectando tu mente para que no huelas el hedor de tu propia carne chamuscada, para que no sientas deslizarse por tu piel ennegrecida y ajada los icores sanguinolentos con que tu organismo intentará contrarrestar las quemaduras. Pero no te preocupes, cariño. No es mi intención matarte aquí y ahora. No. Mi intención es condenarte a una larga y dolorosa recuperación. A una vida de remordimiento y miedo en la que acabarás creyéndote la culpable última de toda esta situación. Desgraciadamente para las dos, sabemos quién es el culpable. Sabemos quién nos ha metido en este callejón sin salida. Lo malo es que lo sigo queriendo más que a mi vida, y por eso prefiero condenarle a él a la vergüenza y a mí al olvido antes que hacerle daño físico. Adiós, cariño. No me olvides jamás.

martes, noviembre 24, 2009

Superman: Galería de portadas

La siguiente galería de portadas es un repaso al material incluido en la colección española de Superman, más concretamente entre sus números 19 y 25, y que incluye los números 671 a 680 de Superman, el 864 y el 865 de Action Comics y el Anual número 11 de dicha colección. Dejando de lado las correctas portadas de Peter Vale para la saga de la Reina Abeja, el resto de ilustraciones resulta verdaderamente antológico, con el siempre excelente Alex Ross, Renato Guedes demostrando mes a mes que está lejos de haber llegado a su cénit como artista y con un Kevin Maguire tan expresivo e impresionante como siempre. A la vista del repaso previo y de las portadas, me han surgido un par de dudas sobre la manera de editar el material en España. Por ejemplo, el AC 864 es un epílogo a la saga de la Legion, que aparece cuatro números españoles después de la publicación del último número de Last Son. A pesar del retraso americano, creo que se podrían haber dado más prisa o incluso haberlo editado como especial aparte. Por otro lado, el Superman 23 no incluye ninguna de las dos portadas reales de la edición americana, como si la de Maguire -repleta de detalles y homenajes a la etapa más reciente de la colección- o la de Alex Ross con Bizarro no resultaran lo suficientemente atractivas.

























lunes, noviembre 23, 2009

Lunes luchador

Este infernal mes de noviembre entra ya en su recta final, y aunque aún quedará un lunes más ya estará todo el pescado vendido. Unas cuantas miles de páginas se interponen entre el éxito del deber cumplido como trabajador o el fracaso del incumplimiento de plazos. De hecho, una vez más, el tiempo se me echa encima y apenas puedo dejarles estas lineas tan habituales y necesarias para un servidor, a medio camino entre la catarsis colectiva y el diario para los tiempos futuribles. A pesar de agobios varios y de la dispersión de aficiones que estoy aplicando últimamente a mi tiempo de ocio, la semana pasada recuperamos el paso más o menos normal y aparecieron las prometidas reseñas de The Box -más recomendable quizá de lo que deja traslucir mi reseña, sobre todo en comparación con el resto de la cartelera-y el repaso a la serie de Superman antes de entrar en materia más seria con la saga de Brainiac. Precisamente mañana mismo tendrán ustedes la habitual galería de portadas repasando esa misma etapa, y más adelante los habituales dibujos de convención y, por fin, esa entrada especial de la Galería de originales dedicada al Nuevo Universo con tres páginas de la época que, sin ser de otro mundo, abren una ventanita directa a muchas primeras veces.

Y para continuar animándoles -y animándome a mí mismo-, de nuevo recurro a los Foo Fighters con un trallazo enrabietado y repleto de la energía que necesito para afrontar los próximos días, en los que la presión ya de por sí alta va a rozar lo insoportable, y una vez más, servidor se va a encontrar como Homer en este delicioso fragmento de la película Los Simpson, entre la espada y la pared o entre una roca y un lugar duro. Plissken fuera.




All my life
Foo Fighters

All my life I've been searching for something
something never comes never leads to nothing
nothing satisfies but I'm getting close
closer to the prize at the end of the rope
all night long I dream of the day
when it comes around then it's taken away
leaves me with the feeling that I feel the most
The feeling comes to life when I see your ghost

Come down don't you resist
you have such a delicate wrist
and if I give it a twist
something to hold when I lose my breath
will I find something in that
so give me just what I need
another reason to bleed
ONE BY ONE hidden up my sleeve
ONE BY ONE hidden up my sleeve

Hey don't let it go to waster
I love it but I hate the taste
weight keeping me down [x2]

Will I find a believer
another one who believes
another one to decieve
over and over down on my knees
if I get any closer
and if you open up wide
and if you let me inside
on and on I've got nothing to hide
on and on I've got nothing to hide

Hey don't let it go to waste
I love it but I hate the taste
weight keeping me down [x2]

All my life I've been searching for something
something never comes never leads to nothing
nothing satisfies but I'm getting close
closer to the prize at the end of the rope
all night long I dream of the day
when it comes around then it's taken away
leaves me with the feeling that I feel the most
the feeling comes to life when I see your ghost

And I'm done, done and I'm on to the next one
[x8, then x4 but yelling]

Hey don't let it go to waste
I love it but I hate the taste
weight keeping me down [x2]


Done done and on to the next one
done I'm done and I'm
on to the next

domingo, noviembre 22, 2009

Superman: La tormenta antes de la tempestad

No hay descanso en la vida de Superman. Apenas ha regresado de su aventura en el siglo XXXI junto a la Legión de Super-Héroes y ya se le multiplican los problemas en casa. Por un lado Chris, el muchacho procedente de la Zona Fantasma y adoptado temporalmente por Lois y Clark presenta problemas de adaptación a una vida en la que no puede mostrar sus poderes públicamente. Por otro, Lana Lang, presidenta de LexCorp con intención de limpiar la compañía, es secuestrada por una criatura insectoide de gran tamaño. Otras filiales de la compañía son atacadas a lo largo y ancho del planeta y todo parece obedecer a una antigua alianza de Luthor con una extraña raza alienígena de insectos. Superman tendrá que forzar la máquina para hacer frente a una amenaza que le llevará a la Luna y a luchar contra la Reina Abeja y toda su cohorte de obreros, soldados e insectos clónicos ultramejorados.


Recuperado de su encuentro con los insectos Superman se enzarza en la típica pelea absurda con el aspirante a conquistador mundial de turno, Paragon, pelea que se ve interrumpida por una amenaza mucho mayor para él, para el planeta y para su amigo Valor -encerrado en la Zona Fantasma para detener el envenenamiento por plomo que padece-. Se trata de los Sumos Sacerdotes de Daxam, el planeta natal de Valor, que han venido a por él por prófugo, sacrílego y unas cuantas presuntas afrentas más al estricto código de conducta daxamita. En un peculiar duelo a tres bandas las alianzas se tornan variables, los sacrificios sorprendentes y los sacerdotes de Daxam muestran su verdadera cara, la de unos intolerantes y anclados en el pasado gobernantes capaces de llevar la ruina a su pueblo y de morir antes que reconocer un error o aceptar la desinteresada ayuda de un extraño.


Para desgracia de Lois y Clark, la historia de Chris se resuelve de la peor manera posible para ellos. Los criminales de la Zona Fantasma escapan e invaden Metropolis guiados por la fanática determinación del general Zod -padre biológico de Chris-, amenazando con destruir no sólo a Superman sino a cualquiera que se cruce en su camino. El Hombre de Acero tendrá que aceptar la ayuda de Luthor y de un peculiar grupo formado por Parásito, Methallo y Bizarro para poder hacer frente a una amenaza que le supera ampliamente. Finalmente todos volverán a su prisión gracias a la oportuna pero fatídica intervención de Chris Lor-Zod, un muchacho que se ha ganado a pulso su condición de hijo adoptivo de Superman.


El recuerdo de un peculiar Día de los Caídos en el que Superman y el primer Linterna Verde de la Tierra se enfrentaron a Solomon Grundy y un peculiar repaso a la relación de Superman con la Legion de la mano del Señor del Tiempo dan paso a una amenaza letal como pocas haya conocido y enfrentado el Hombre de Acero. Atlas, un dictador de otro mundo es traído a nuestra realidad por un tipo misterioso que parece estar trazando planes de largo recorrido contra Superman. El objetivo es probar los límites de Superman oponiéndole a un ser de su mismo poder, y en verdad Atlas resulta un enemigo formidable y casi imbatible, pues a su fuerza superlativa y su determinación férrea se suma la naturaleza mágica de sus poderes, contra la que poco puede hacer Superman. Sólo la ayuda de Supergirl y la intervención de un Krypto que demuestra porqué el perro es el mejor amigo del hombre y el perro kryptoniano es el mejor amigo de Superman permitirán que la amenaza de Atlas sea finalmente superada.


Entre col y col, lechuga, o entre Johns -saga del futuro- y Johns -saga de Brainiac- encontramos toda esta pléyade de aventuras que ofrecen acción y emoción a raudales para los seguidores del Hombre de Acero. Kurt Busiek se despide temporalmente del título con la saga de los daxamitas y da paso a un James Robinson tan acertado como siempre en la dosificación de sus historias, en los momentazos épicos y en la explotación justa de los secundarios de los que dispone, en este caso de un Krypto casi protagonista absoluto de un número centrado en su relación con Superman y en la percepción que otros tienen de él. Haciendo de puente entre ambos guionistas tenemos al excelente dibujante brasileño Renato Guedes que aporta toda la espectacularidad y grandeza que un título como este necesita, mientras que Jesús Merino dibuja con bastante acierto toneladas de bichos en la saga de la Reina Abeja y ofrece un más que peculiar retrato del Juguetero en una de esas historias sobre villanos tan del gusto de Geoff Johns y que tan buen resultado le dieron en su celebrada y próximamente recuperada en un tomo integral etapa en Flash.


Por otra parte, finalmente vemos publicado el último acto de la etapa de Richard Donner, Geoff Johns y Adam Kubert, una suerte de secuela de Superman II en la que los criminales de la Zona Fantasma son los verdaderos protagonistas. La intensidad emocional lograda tras un crescendo de acción y decisiones de vida o muerte supone el colofón perfecto para una saga que habría ganado de haber sido publicada de forma continuada y no haber sufrido tantos retrasos. Del arte de Adam Kubert no se puede decir otra cosa que es tan espectacular y apropiado que uno no puede más que lamentarse por la lentitud del artista. Quedan las espadas en todo lo alto, y la expectación por las nubes. Superman está a punto de afrontar uno de los momentos más críticos y duros de su vida, pero serán Geoff Johns y Gary Frank los encargados de contarlo. En breve... BRAINIAC.

jueves, noviembre 19, 2009

The Box: Regalo envenenado

El matrimonio formado por Norma y Arthur Lewis es modélico en su comunidad. Ella (Cameron Díaz), profesora de literatura en un instituto es atenta con sus alumnos, cultivada y devota de su joven hijo, Walter (Sam Oz Stone). Él (James Marsden), brillante técnico de la NASA que acaba de construir la óptica encargada de fotografiar la superficie de Marte. Su vida se desarrolla en medio de una rutina agradable y cómplice, una vida familiar satisfactoria y una dedicación plena a sus respectivos trabajos, soñando Arthur con convertirse en astronauta y amando y sintiendo hasta la médula cada una de las novelas o poemas comentados con sus alumnos Norma.


En la quietud de la noche el timbre de los Lewis suena repetidamente y cuando abren no encuentran a nadie, tan sólo un paquete que contiene una caja con un botón y la ominosa nota que les avisa de la visita esa misma tarde de Mr. Steward. A partir de ese nimio y desconcertante suceso, en la rutina cotidiana del matrimonio comienzan a surgir algunos detalles verdaderamente preocupantes. Uno de los alumnos de Norma la fuerza a que muestre en público una antigua lesión médica que provocó la amputación de la parte delantera de uno de sus pies. Los sueños de Arthur se esfuman en el aire al ser rechazada su solicitud pese a haber aprobado el examen. La visita del señor Arlington Steward (Frank Langella) será el detonante de una verdadera pesadilla para Arthur, Norma y Walter.


Calmado, elegante y extremadamente educado el sr. Steward sólo presenta una peculiaridad a primera vista, una abrasión en el lateral del rostro que le ha provocado una horrible deformidad. Con palabras calmas y ademanes medidos, Arlington plantea a Norma en la tranquilidad de la cocina el sentido último del paquete recibido esa noche. Si deciden apretar el botón de la caja, una persona a la que no conocen morirá en cualquier parte del mundo, y ellos recibirán inmediatamente el pago de un millón de dólares libres de impuestos. La ominosa presencia del visitante, la extraña naturaleza de la caja, lo irresistible de la oferta y los problemas que atraviesa la pareja fuerzan una decisión en los Lewis que les llevará a enfrentarse con lo desconocido, con una terrorífica situación que cambiará sus vidas para siempre y desvelará un mundo oculto que ninguno de ellos habría podido imaginar jamás.


The box es la tercera película dirigida por el cineasta Richard Kelly, autor de una de las cult movies más genuinas y fascinantes de esta década, Donnie Darko (2001), y de Southland Tales (2006), un fiasco de proporciones mayúsculas a nivel de crítica y público que personalmente encontré igual de subyugador y de atractivo aunque menos redondo que su opera prima. En esta ocasión Kelly no elabora un guión propio, sino que toma como punto de partida el relato breve de Richard Matheson Button, Button, publicado originalmente en la revista Playboy y se propone, en principio realizar una historia más convencional que sus anteriores films, rehuyendo en cierta medida la complejidad argumental, el reparto coral, las elipsis y las múltiples interpretaciones y lecturas de sus guiones previos.


El material literario de Matheson ha dado lugar a una decena larga de adaptaciones en formato televisivo o cinematográfico, ofreciendo resultados diversos pero siempre con unas garantías mínimas de imaginación, tensión y calidad. Algunos ejemplos de adaptaciones felices serían El increíble hombre menguante, La leyenda de la mansión del infierno, El diablo de la carretera o El último escalón, mientras que capítulos de la emblemática Twilight Zone como El tercero desde el sol o Terror a 20.000 pies se benefician de su capacidad para crear altas dosis de tensión y situaciones frenéticas e inexorables. El relato Button, Button también fue adaptado a la televisión en la segunda versión de Twilight Zone, alterando considerablemente el relato original, eliminando parte de la aleccionadora moraleja e incluyendo un final sorpresa propio de los comics de la EC.


Richard Kelly retoma la anécdota inicial y la acerca a la adaptación televisiva para a partir de ese momento elaborar una peripecia original. Partiendo de las repercusiones de índole filosófica y moral de una decisión tan delicada como la propuesta a los Lewis, Kelly va abriendo poco a poco el plano de la historia hasta mostrarnos un escenario general propio de series conspiranoicas y fantacientíficas como Fringe o Expediente X. No faltan los personajes ambiguos de comportamiento ominoso, las situaciones de peligro para los protagonistas y un asedio cada vez más estrecho y terrorífico a su cotidianeidad, que no tardará mucho en saltar por los aires. Dejando de lado cierta misoginia en el relato de los hechos, Kelly no tarda en arrimar el ascua a su sardina y ofrecer algunos momentos marca de la casa, con personas alienadas comportándose de forma apática o enajenada y momentos de una extraña belleza visual que provocan cierta fascinación en espectadores como yo, acostumbrados a tragar tramas mucho más peregrinas y peor hilvanadas que esta.


El mayor defecto de la cinta -siempre en mi opinión- es el afán de contención de Richard Kelly, la búsqueda de una película relativamente convencional centrada en un puñado de personajes (apenas son una decena los que tienen peso en la trama) y en una historia ciertamente inteligible con su nudo (la caja), su desarrollo (las consecuencias de la decisión y la forma de afrontarlas) y su desenlace (intenso, terrorífico, sobrio y accesible), estirando hasta la extenuación un punto de partida que no da para más y dejando de lado la complejidad de Donnie Darko o Southland Tales, cuyas historias exigían una atención total por parte del espectador y una alta dosis de elucubración e imaginación para rellenar los huecos planteados por la historia. No creo que sea tanto demérito del guionista y director como un intento de acercar su cine al mayor número posible de gente, para lo que, además de un guión más contenido y accesible, cuenta con una estrella de tirón (Diaz), un actor popular (Marsden) y unos secundarios de lujo (Langella, Holmes Osborne, el que podríamos considerar actor fetiche de Richard Kelly) que impulsa la narración con cada una de sus apariciones y consigue desasosegar con su mera presencia, más allá de su exagerada deformidad.


Junto a ellos, encontramos esas escenas visualmente poderosas y fascinantes que retienen la atención del espectador a un nivel casi subconsciente y que, apoyadas por una no menos cautivadora banda sonora (a cargo de los miembros de Arcade Fire), ofrece momentos tan fascinantes y terroríficos al tiempo como la llegada de la niñera al motel o la visita de Arthur y Norma a la biblioteca. Este tercer intento creo que puede haber terminado de conformar la personalidad cinematográfica de Kelly, dejándolo preparado para la que puede ser su próxima -esperemos- gran película. Mimbres no le faltan. Por cierto, y ya aprovechando la coyuntura, no estaría de más que alguna distribuidora española se animara a editar Southland Tales, aunque sólo sea para poner en la portada "Del director de Donnie Darko" o presumir de atractivo reparto coral (The Rock, Sarah Michelle Gellar, Sean William Scott, Justin Timberlake, Miranda Richardson, Holmes Osborne, John Larroquette, Kevin Smith, Jon Lovitz, Christopher Lambert, Bai Ling...)

martes, noviembre 17, 2009

Sketch-busters CXXXIII: Terry Moore

No abandonamos ni el año, ni el lugar, ni, si me apuran, la sesión de firmas. Seguimos en el Salón del Comic de Barcelona del año 2008 y en el stand de Norma Editorial. En este caso sí hicimos cola reglamentaria, pues el autor que iba a firmar nos interesaba bastante, y se podría decir que llevábamos unos cuantos años de retraso a la hora de conseguir un dibujo dedicado por él. Me refiero a Terry Moore, uno de los autores que más nos llamó la atención en nuestra primera visita a Avilés allá por el 2000 y que tenía freshcos, freshquisimos, los primeros números de su serie más emblemática, Strangers in paradise, editados en España por Dude Comics. Aquel año hizo dibujos tan maravillosos en su sencillez como esta Francine in the morning que atesora Pep, pero nosotros, desgraciadamente, no tuvimos suerte. La partida del dibujante antes del fin de las Jornadas nos dejó con las ganas, aunque por lo menos nos pudo firmar los primeros números de la colección de SIP. Años después y con motivo de la reedición de Strangers in Paradise, Norma invitaría al autor para promocionar la obra, y allá que fuimos nosotros. Los habituales problemas de la sesión de firmas en el stand de Norma se volvieron a producir, y así el autor se vio obligado a realizar sketchs de la forma más incómoda posible en la parte de atrás de la portada. Uno se consuela pensando que por fin tiene un dibujo de Terry Moore, al que miss Sparks le pidió si podía acompañar a Francine de un gatete, al que abraza amorosamente quizá intentando resarcir un viejo incidente con el gato del vecino. Y este es el resultado.


lunes, noviembre 16, 2009

Lunes como estos...

No los quiero ni en pintura, pero es lo que toca, lo que uno tiene y con lo que debe lidiar. Lo malo no es tanto la presión como el cansancio acumulado, y es que el síndrome de Peter Pan se está aliando con un Carpe Diem vital casi perenne cuya regla número uno viene a ser "Ya dormiremos cuando hayamos muerto". A pesar de todo, el cansancio se compensa por los raticos que uno pasa en compañía de los amigos de aquí y de allí (tuvimos infiltrados de nuevo en Elche a Bruce y Jaime, nada menos que preparando un complot para convertirnos en los Vengadores Oscuros de la Costa Blanca) y que sirven para disfrutar en la medida de lo posible de otras opiniones e ideas.

El tiempo ya se me ha echado encima y muchos de ustedes leerán esto mañana, con lo que mi habitual deseo de transmitirles energía para afrontar el inicio del periodo laboral o estudiantil se traslada al martes, otro día puñetero que me tendrá fuera de casa prácticamente toda la jornada. La reseña de Batman: RIP, tebeo que devoré y que necesité compartir con ustedes dado lo mucho que me gustó, desplazó el repaso al Superman de Busiek, que queda emplazado para esta semana, al igual que una breve reseña sobre The Box que oscilará, ya les aviso, entre el no se la pierdan y el no se molesten en verla. La galería de originales se verá actualizada si consigo solucionar unos problemillas técnicos que hasta el momento me han impedido escanear algunas páginas de "fondo de colección".

Y poco más, señores. Les dejo con un trallazo de energía que me sirvió de combustible para aguantar el tirón durante el pasado fin de semana y que me ha servido igualmente para sobrellevar dignamente la jornada de hoy, larga como ella sola y que afortunadamente está próxima a finalizar. Además, y de propina, el audio y el video de la canción, para que disfruten a Grohl y sus chicos tal y como se merecen, a toda pastilla. En lunes como estos, en tiempos como estos, un servidor les pide que tengan ustedes mucho cuidado ahí fuera y que vuelvan cuando puedan y gusten a esta que saben es su casa virtual.

Times like these
Foo Fighters

I am a one way motorway
I'm the one that drives away
Then follows you back home
I am a street light shining
I'm a wild light blinding bright
Burning off alone

It's times like these you learn to live again
It's times like these you give and give again
It's times like these you learn to love again
It's times like these time and time again

I am a new day rising
I'm a brand new sky
To hang the stars upon tonight
I am a little divided
Do I stay or run away
And leave it all behind?

It's times like these you learn to live again
It's times like these you give and give again
It's times like these you learn to love again
It's times like these time and time again



domingo, noviembre 15, 2009

Batman. Rip: Galería de portadas

Recupero hoy la costumbre de incluir una galería de portadas a modo de apéndice a la reseña de un tebeo, en este caso Batman: RIP, que tanto debate está generando por sus virtudes y defectos. La edición española de este arco argumental recoge al final todas las portadas de la saga, realizadas por Alex Ross y Tony Daniel, ofreciendo el primero su habitual selección de imágenes icónicas de un personaje destinadas a convertirse en pósters, camisetas o lo que se tercie en virtud a su enorme potencia visual y a su gran calidad artística, y dedicándose el segundo a realizar portadas al uso, espectaculares y más relacionadas con la acción narrada en cada tebeo. Es un lujo disfrutar del arte de Ross, uno de los ilustradores que para mí mejor ha sabido reflejar la magnificencia del personaje en imágenes adustas, hiperrealistas y majestuosas que cuando lo pretenden saben sacar ese lado oscuro y tenebroso del Hombre Murciélago. Esa tremenda instantánea de Batman bajo la lluvia y rodeado de gargolas sería el mejor ejemplo de ello. Por su parte Daniel juega con el diseño, potencia el dramatismo y la tensión y ofrece un buen puñado de imágenes que resultan impactantes de cara al lector. El complemento perfecto para disfrutar de esta historia.



























































































jueves, noviembre 12, 2009

Batman. Rip: Llamando a las puertas del cielo

Que la vida de Batman como vigilante enmascarado en la ciudad de Gotham es una montaña rusa de locura, muerte y lucha sin fin contra el crimen es algo habitual. Aún así, los últimos tiempos han sido especialmente convulsos e interesantes para la dicotomía Bruce Wayme/Batman. Mientras Bruce ha encontrado algo de paz y estabilidad familiar y emocional en la adopción de Tim Drake y en su relación con la modelo y filántropa Jezebel Jet, las noches de Batman se han visto convulsionadas de forma especialmente violenta por una serie de acontecimientos que amenazan con poner su mundo patas arriba y poner fin a su carrera como héroe enmascarado.


La aparición de varios vigilantes disfrazados de Batman pero cuyos métodos expeditivos llegan hasta el extremo de disparar al Joker en la cabeza, la irrupción de Talia en escena con el hijo biológico de Wayne/Batman fruto de una pasada y fugaz relación, y una serie de ominosas señales que apuntan a un futuro particularmen oscuro para el Señor de la Noche se van sucediendo sin descanso. Los salvajes e irracionales actos de sus doppelgänger, la peculiar y difícil relación paternofilial mantenida con Damian, todo un asesino hijo y nieto de dos de las mentes más privilegiadas y de los luchadores más aventajados que el mundo ha conocido y la reaparición del abuelo de la criatura en un desesperado intento por volver a la vida aún a costa de la de su nieto han conducido a Batman hasta su límite físico y psicológico. La mente de Batman, que ha soportado traumas que habrían conducido a la locura a muchos otros y superado situaciones sobrehumanas en las que acción y reacción debían ser casi automáticas, está a punto de romperse en mil pedazos.


Tras un nuevo ataque de los Batman impostores y una experiencia cercana a la muerte, las piezas (las versiones distorsionadas de Batman, sus prácticas de aislamiento y meditación, la inscripción Zur-en-Arrh diseminada por la ciudad en pintadas, el asesinato de Mayhew y la aparición del Club de los Heroes) encajan una a una en su lugar y el puzzle adquiere sentido de forma inexorable. Mientras una banda de malhechores disfrazados con máscaras ridículas siembra el terror en las calles de Gotham y el Joker sabe -como siempre- más de lo que deja traslucir a Batman en crípticas pistas, la Mano Negra lanza su ataque frontal y definitivo contra el Caballero Oscuro y sus aliados. El grupo, organizado y liderado por el doctor Hurt, se descubre como una de las amenazas más letales y perfectas lanzadas contra Batman, no sólo contra sus amigos, su ciudad y su identidad, sino sobre los mecanismos que le convirtieron en el justiciero enmascarado y sobre los recovecos más profundos de la psique de Bruce Wayne.


Cuando Grant Morrison se hizo cargo de la serie Batman en su número 655 los aficionados se debatían entre la euforia por contar con un autor de su valía en el título, el escepticismo de que la imaginación desbordante del escocés y su tendencia a los argumentos lisérgicos encajaran con el personaje y la incertidumbre de si estaríamos ante un bluff publicitario o un acercamiento al mainstream similar al producido en la serie X-Men en la que las historias de Morrison se domesticaban para llegar al público objetivo habitual de los comics de super-héroes. Opiniones hay para todos los gustos, pero yo encuentro esta etapa próxima a finalizar su edición en España (tan sólo faltan los números 682-683 y el clímax de Final Crisis) una de las más interesantes que ha habido en la colección del Hombre Murciélago y un más que digno colofón a esos dos años de andadura en los que a Grant Morrison se le ha dado carta blanca para tratar al personaje como mejor le ha parecido.


Sabido es que Morrison profesa veneración por los comics de la Edad de Plata, y ha dejado buena muestra de ello tanto en sus etapas en Animal Man (donde ya ensayó unas peculiares Crisis y criticó amargamente la deriva del dark and gritty noventero) y en la JLA, donde devolvía al título la grandeza épica, la formación estelar y los conceptos más grandes que la vida, como en algunos de sus títulos de ci-fi para la línea Vertigo en los que lo campy se muestra de una forma especialmente distorsionada y cruel, caso de Sea Guy. Precisamente será en la JLA donde encontremos el segundo acercamiento a Batman tras la primigenia y oscura Arkham Asylum, que ya suponía un peculiar descenso al Corazón de las Tinieblas habitado por Batman y sus némesis. El Batman de Morrison resultaba amenazador, letal en sus tácticas de combate y el tipo más inteligente del Universo, llegando a hacer sombra a dioses del Cuarto Mundo o a alienígenas de toda clase y condición. No está de más reivindicar, ahora que existe un integral con toda su etapa, que su periplo en esa colección es una maravilla épica repleta de aventuras imposibles y conceptos de una imaginación desbordante que, por si fuera poco, hundían sus raíces en un conocimiento íntimo de los personajes y de su continuidad. Para no extenderme, el amor de Morrison por una etapa en la que primaba la imaginación, el sentido de la maravilla y la convicción de estar narrando las mejores historias de la mejor manera posible se condensan en el reciente, enorme, perfecto All Star Superman, que extrae la esencia del Hombre de Acero y la depura hasta límites insospechados concibiendo la historia definitiva del personaje.


Su etapa en Batman resulta opuesta a la del All Star Superman, no en intención -llegar a la esencia última del personaje-, sino en planteamiento. Mientras que allí busca un Superman atemporal que reúna lo mejor de todas sus encarnaciones, los secundarios más interesantes y las tramas más espectaculares posibles, en la colección regular de Batman hemos asistido al proceso inverso: la aceptación de todas y cada una de las etapas históricas del personaje a nivel editorial en una misma persona, en un mismo universo, en el que conviven duendecillos de la quinta dimensión y alienígenas con encarnaciones oscuras y psicóticas del justiciero. A través de un viaje al fondo de la mente de Bruce Wayne todos esos elementos encuentran cabida en un mismo mundo, en una misma continuidad, y de ese modo, integrándolo todo, se deja al personaje preparado para afrontar su incierto futuro...


Pero como estamos hablando de una saga llamada Batman: RIP, ese futuro no resulta demasiado halagüeño, y pese a lo engañoso finalmente del título Bruce Wayne afronta su destino final en esta saga y en Batman Last Rites. Tuve ocasión de leer hace ya casi un año Crisis Final, y estoy esperando a ver terminada la edición española para dejar por aquí unas líneas sobre la saga -ya os avanzo que oscilan entre el elogio contenido y la loa desatada, pero es el efecto que produce en mí el viejo Grant-, por lo que ya iba sobre aviso de lo que sucedía o podía suceder en esta saga, y a pesar de todo he disfrutado enormemente de un tebeo tenso, emocionante, con las justas dosis de acción y espectáculo y que, por encima de todo, hace hincapié en lo que muchos disfrutamos y preferimos del personaje por encima de otros: la inteligencia y la fuerza de voluntad. Podría empezar a enumerar adjetivos que ensalcen el Batman morrisoniano, pero resultaría repetitivo y superfluo. Baste decir que la depuración de las habilidades lógicas, deductivas e intuitivas del personaje van un paso más allá de lo que estamos habituados a leer en un tebeo de pijamas habitualmente, y se agradece.


El punto más flojo de esta historia es la elección de Tony Daniel como dibujante, y decir eso no es tanto un demérito para el artista como señalar una obviedad. Si Morrison hubiese podido contar con Andy Kubert o con J. H. Williams para estos números habríamos podido hablar de una de las grandes historias del Hombre Murciélago, pero la presencia del funcional Tony Daniel y su narrativa a la Image lastran en cierta medida el desarrollo de una historia que habría encontrado en Frank Quitely su perfecto narrador. Lamentablemente, una serie regular requiere rapidez y no permite mimar el producto lo suficiente, por lo que se recurre a dibujantes como Daniel, cumplidores y aparentes. A pesar de todo, ni de lejos me parece Daniel el dibujante infecto que muchos quieren hacer ver, con nulas dotes narrativas. Me parece mucho más legible en conjunto esta historia que el despropósito del All Star Batman & Robin, por mucho Jim Lee que se encargara de los lápices, y el mérito del guión compensa lo correcto del dibujo con creces. En suma, y para mí, un tebeo de Batman que ningún seguidor del personaje debería perderse y un tebeo de super-héroes que da sopas con honda al 80% de todos los tebeos pijameros que se han publicado este mes, con permiso de Geoff Johns, Mark Millar, Peter David y Ed Brubaker.

martes, noviembre 10, 2009

Sketch-busters CXXXII: Roman Dirge (y II)

Y este es el sketch rápido que Roman Dirge hacía en los tomos de Norma, algo que la organización del stand suele imponer como costumbre siguiendo la regla de muchos autores europeos que pretenden de esa forma evitar que se especule con su arte. El problema, como en este caso, es que no existe un espacio físico en el que el dibujante pueda hacer algo en condiciones y en muchas ocasiones simplemente existe un espacio negro. Por lo menos, y como menor de los males, la editorial podía disponer una hoja en blanco a modo de guardas antes del comic para que los autores, caso de desearlo, pudieran dibujar sobre la misma. Y lo peor de todo es que año tras año el stand de Norma Editorial es uno de los lugares de visita imprescindible por la calidad y la variedad de los autores que congrega. A pesar de los impedimentos, y con toda su buena voluntad, Roman dibujó a Lenore acompañada de su última víctima felina. Adorable la criaturita...



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