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miércoles, agosto 07, 2013

El baúl de Plissken: El Universo Z de Max Brooks

Muchos de ustedes ya habrán disfrutado la pasada semana del estreno en cines de Guerra Mundial Z, la "adaptación" de que ha sido objeto la obra de Max Brooks, protagonizada por Brad Pitt y por millones de no muertos ansiosos de comer carne humana. Espero poder dejarles una breve reseña de la misma de cara al fin de semana, pero para ir abriendo boca aquí les dejo la recopilación de las tres entradas que entre el 2009 y el 2012 dediqué en el blog al trabajo de Max Brooks dentro de la literatura de género fantástico y con el sujeto zombi como principal protagonista. Con un acercamiento formal rompedor -primero un manual técnico de supervivencia, luego una recopilación de entrevistas y finalmente un comic- este guionista del Saturday Night Live reconvertido en escritor se ha convertido en uno de los máximos impulsores de la ola de productos centrados en lo Zombi que nos lleva invadiendo desde hace unos años, con la peculiaridad que, al igual que la serie de televisión -y en parte también el comic en que se basa- The Walking Dead ha conseguido popularizar el tema hasta límites insospechados y hacer que gente que jamás habría visto una película de Romero, Fulci o Gordon no se pierdan un capítulo de las andanzas de Rick Grimes o acudan en masa al cine a ver a Brad Pitt tenérselas a cara de perro con una infestación de muertos vivientes a escala global. Todo esto ha tenido su parte buena -la aparición de muchas buenas obras relacionadas con el tema- y su parte francamente mala, en tanto que la sobreexplotación y la saturación del mercado han podido provocar -al menos en mi caso- una suerte de hastío o fatiga sobre una materia que desde que lo friki fue apoderándose de mis gustos había sido uno de los pilares fundamentales de mis visionados o lecturas. Esperemos que el bache de calidad pase, las aguas vuelvan a su cauce y podamos seguir disfrutando por muchos años de buenas nuevas obras centradas en esa pesadilla viviente que es para un servidor lo zombi, la máxima plasmación de mis peores miedos y mis más angustiosos terrores nocturnos.

Guerra Mundial Z: Entrevistas para no dormir

El mundo aún está recobrándose de su mayor desastre. La especie humana ha afrontado la amenaza cierta de la extinción en su enfrentamiento con una plaga de muertos vivientes, zombies o zetas y ha sido capaz de prevalecer. El escritor Max Brooks, encargado por la ONU para elaborar un informe sobre la conocida como Guerra Mundial Z, decidió sacar a la luz una serie de entrevistas que reflejaban de primera mano, narradas por sus protagonistas, toda una serie de vivencias personales de los supervivientes. En esas narraciones se nos ofrece de forma muy fragmentaria datos aislados, retazos subjetivos, de lo que decenas de sujetos a lo largo y ancho del mundo experimentaron durante la plaga de zetas que asoló el planeta y provocó miles de millones de muertos y la desaparición del mundo tal y como lo conocíamos.


Cubierta de la edición española del libro

Estructurado en grandes capítulos temáticos, el libro se inicia con el testimonio de un médico chino que bien pudo conocer al paciente cero que extendió el contagio por primera vez y se cierra con una recapitulación personal de muchos de los testimonios recogidos en el libro sobre lo vivido y sobre su perspectiva de lo que el futuro puede deparar a la humanidad. Entre medias el lector encontrará todo lo necesario para que los errores de la humanidad no vuelvan a repetirse en el futuro y la humanidad no camine por el filo de la navaja nunca más. Desde los contrabandistas que ayudaban a escapar a los infectados o comerciaban con órganos contaminados, hasta los especuladores que se lucraron durante el Gran Pánico vendiendo una vacuna ineficaz. Desde los ricos que buscaron construirse opulentos refugios privados hasta los crudos testimonios de los primeros ataques en poblaciones urbanas y el caos y el terror subsiguientes, las migraciones descontroladas, los rumores sin fundamento... Desde la gran batalla de Yonkers en que se demostró la ineficacia de los arsenales y del entrenamiento militar convencional hasta la victoria de Hope (Esperanza), Nuevo México. Desde los salvajes diezmos del ejército ruso, en el que se ejecutaron uno de cada diez soldados para mantener el control de las tropas, pasando por el cierre de fronteras de Israel o la desaparición de la población entera de Corea del Norte -presuntamente en vastas estructuras subterráneas-, hasta la elaboración y aplicación a lo largo y ancho del mundo del Plan Redeker, una estrategia efectiva a la vez que genocida que no dudaba en abandonar a grandes núcleos de población civil a su suerte mientras otros grupos más reducidos se atrincheraban protegidos por el ejército y garantizaban de esa forma la pervivencia futura de la especia humana.


Cubierta de la edición original de Guerra Mundial Z

Son las vivencias personales de un puñado de supervivientes las que, a través de su historia particular nos permiten seguir el nacimiento de la epidemia de zetas, su rápida expansión, el pánico subsiguiente, la adopción de las primeras medidas para superarlo, el lento avance de la humanidad frente a un enemigo aterradoramente superior en número y contra el que muy poco se podía hacer por medios convencionales, y la costosa y lenta victoria final de la que emergería un esperanzador futuro. Los seres humanos que narran esas experiencias nos muestran sus miserias y sus ambiciones, sus esperanzas y sus remordimientos, sus actos de egoísmo o de entrega absoluta. A lo largo y ancho del mundo decenas de voces nos cuentan historias verdaderamente aterradoras: el soldado que en Yonkers (Nueva York) se enfrentó a millones de enemigos en una batalla que no se pudo ganar, el doctor brasileño que se enfrentó a un brote provocado por el tráfico de órganos, los políticos que no prestaron atención ni recursos al problema hasta que fue demasiado tarde, los analistas que habían recabado datos e informes que cayeron en saco roto, el ingeniero indio que narra el cierre de los pasos al valle del Himalaya a gracias al heroismo de un hombre, la piloto abatida en territorio infestado que sobrevivió contra todo pronóstico, el director de cine cuyas películas de propaganda alentaron el esfuerzo de guerra contra los zetas y disminuyeron la preocupante tasa de suicidios ofreciendo esperanza en la hora más oscura de la contienda, el traductor de Radio Tierra Libre encargado de procesar los informes de medio mundo sobre la infección y la lucha contra los zombies y las secuelas sufridas por los técnicos de radio que recibieron todas aquellas transmisiones repletas de miedo, desesperación y muerte procedentes de todo el mundo, el improvisado samurai ciego que sobrevivió en las montañas de Japón y que junto a su discípulo -un pusilánime y asocial ciber otaku reconvertido en superviviente- decidieron permanecer en un país abandonado para limpiarlo y cuidarlo para generaciones futuras...


Ilustración de John Petersen sobre el desastre militar de Yonkers ganadora del concurso de ilustración organizado por la web de WWZ

Sin duda, la sorpresa de Guerra Mundial Z es que detrás de todas estas voces, componiendo un inmenso tapiz en el que se entremezcla el horror con la política, la sociología, la economía y la historia militar está Max Brooks, hijo de Mel Brooks. Su anterior informe, Guia de Supervivencia Zombi ya fue todo un éxito de ventas y ayudó a que la población eliminara mitos y rumores sobre una amenaza muy real y peligrosa y mostró formas de enfrentarse y sobrevivir a los zetas. En un próximo futuro, Brooks ha recogido algunos nuevos testimonios sobre supervivencia que aparecerán recogidos en el libro Guía de Supervivencia: Ataques Registrados, y que hace un repaso por algunos contactos con lo zombi a lo largo de la historia de la humanidad. Es necesario que aprendamos de los pasados errores para que estos no vuelvan a repetirse, así que les recomiendo visiten la web World War Z en la que podrán encontrar una entrevista con el autor acerca de la oportunidad y utilidad de un libro de testimonios como este o un mapa con grabaciones de algunos de los testimonios más estremecedores o significativos recogidos en el libro.




La Marcha Zombi: No se vayan todavía. Aún hay más... zombis

En el sudeste asiático vive una comunidad muy particular, regida por sus propias normas sociales y con un estricto código de conducta y relación con el entorno con vistas a garantizar su supervivencia. Desgraciadamente el delicado equilibrio de su ecosistema saltará por los aires cuando la infección Z se extienda por la región y los seres humanos vayan viendo reducido drásticamente su número. ¿Serán capaces los vampiros de afrontar la pérdida de su única fuente de alimentación o hallarán una solución a su más que previsible extinción a causa de otra criatura aún más temible si cabe? Durante dicha epidemia Z la sociedad china sobrevivió gracias a un proyecto colosal que costó la vida de decenas de miles y aseguró la existencia de cientos de millones, la reconstrucción de una mejorada muralla china que aislara a los no muertos del grueso de la población. Para llevar a cabo esa empresa se contó no solo con el esfuerzo de miles de trabajadores, sino con el heroico sacrificio de aquellos que retrasaron el avance de la infección.


Steve huye de la infección a bordo de una moto potente, haciendo gala de todos sus conocimientos en conducción, manejo de armas de fuego y blancas, y excelentes habilidades físicas, y todo ello acompañado de una despampanante doctora experta en epidemiología. Sin saberlo, los destinos de ambos estarán unidos a los de un solitario superviviente conocido como Fred. Finalmente, tras el estallido zombi y la Guerra Mundial Z, los supervivientes reconstruyen un nuevo mundo. Pero las secuelas psicológicas de superar ese trance son tan inmensas que surge una empresa dedicada a ayudar a los dolientes vivos a superar su pena y a proseguir con sus vidas. Estas son las cuatro historias que el escritor Max Brooks nos ofrece en su libro de relatos La marcha zombi, y que llevan por título, respectivamente, El desfile de la extinción, Gran Muralla, Steve y Fred, y Cierre S.L.


No hay duda de que Max Brooks -recordemos que es hijo del gran cómico y cineasta de nombre Mel- ha sido junto a Robert Kirkman, el gran renovador de un género que deambulaba por la cultura popular como sus protagonistas -de forma agónica y titubeante, lejos de su momento de esplendor en las décadas de los 70 y 80- y el principal impulsor de un fenómeno cultural que ha acercado a los zombis a gente que jamás se habría planteado acercarse a nada relacionado con los mismos. Con dos libros -Guía de supervivencia zombi y Guerra Mundial Z-, un comic adaptando varios encuentros a través de la historia -Guía de supervivencia. Ataques registrados-, y la adaptación de la película de GM Z en camino, Brooks ha encontrado un filón en el género y ha permitido que muchos otros escritores hayan encontrado un público objetivo en el azaroso mercado editorial al que dirigir de forma concreta decenas de propuestas zombi en todos los escenarios, aproximaciones y variaciones imaginables.


El libro no deja de ser la unión de dos relatos presentados en antologías sobre muertos vivientes y dos descartes de Guerra Mundial Z, empleando los primeros una narrativa convencional en primera o tercera persona, mientras que Gran Muralla y Cierre S.L. mantienen la estructura de entrevista del libro previo y ofrecen un complemento y una suerte de epílogo a la que podríamos considerar la obra magna hasta el momento de Max Brooks. Ofreciendo una narración ágil y amena, con un estilo sin florituras al que, por ejemplo, le perjudica el intento de petulancia snob del relato vampírico, los relatos se leen en un suspiro y ofrecen varios aspectos destacables, como ese particular monster smash entre vampiros y zombis con los seres humanos como convidados de piedra, el análisis de la sociedad china a través de la construcción de la nueva muralla, el juego de referencias y metalenguaje no exento de humor de la historia de los dos supervivientes, y la parte del león, el estupendo epílogo de GM Z donde se analiza el impacto psicológico en los individuos supervivientes al brote zombi y una posible forma de afrontar esa "vergüenza de vivir" que sufren los que han mantenido su pellejo intacto. Mientras que aquí en España se ha optado por un título genérico que incluye además la palabrita zombi, para que no se despiste nadie, la colección original de cuentos, Closure, Ltd. resalta la importancia de ese relato, el mejor de la recopilación para un servidor.



Les recomiendo que se hagan con este librito -o lo lean simplemente, como he hecho yo gracias a mi buen amigo y superviviente Z en ciernes, Óscar Hellboy- para completar el panorama que el escritor Max Brooks nos ha venido ofreciendo sobre la única historia de zombis que conozco en la que se ofrecen tan explicitamente claves para una victoria de la humanidad sobre la plaga, a la espera de que decida meterse en harina y ofrecernos una posible Guerra Mundial Z 2. Por el momento tendremos que conformarnos con esperar hasta este verano para disfrutar -o sufrir- de la adaptación cinematográfica del libro en la que podría ser considerada la primera superproducción del género  y que cuenta con Brad Pitt como principal reclamo de cara a la taquilla con David Morse y Mattew Fox de escuderos de lujos. Los pilotos de tal tinglado son Damon Lindeloff -dios nos coja confesados- coescribiendo y Marc Foster dirigiendo, siendo la película una de las más conflictivas y azarosas producciones de los últimos años. Cuando apareció el trailer que precede a estas líneas uno no podía dejar de tener una sensación agridulce, porque por un lado la cosa luce espectacular y ofrece no pocas posibilidades de acción y tensión, pero por otro parece haberse optado por un enfoque plenamente convencional de la historia al tiempo que la elección a la hora de plasmar a los zombis resulta, cuando menos curiosa. Se habían visto zombis lentos, rápidos, inteligentes, con capacidad de habla, infectados, mutantes, pero zombis hormiga como estos que se comportan como un enjambre enfurecido y trepan por las paredes... Tiempo al tiempo...

Guía de Supervivencia Zombi. Ataques Registrados: Zombis en la historia

Los estragos que el virus Solanum ha causado a través de la historia han sido muchos. Antes de la Guerra Mundial Z hubo otros indicios que mostraron la aparición de muertos vivientes a lo largo y ancho del planeta con siglos de diferencia, sólo que quizá arqueólogos e historiadores no estuvieron preparados para comprender en toda su magnitud y complejidad el alcance de dicho fenómeno. El escritor Max Brooks, quizá la máxima autoridad mundial en el fenómeno Z y que nos ha legado tanto el manual de supervivencia imprescindible para hacer frente a la amenaza zombi como la crónica más completa de la guerra global que estuvo a punto de llevar a la raza humana a su extinción, nos deja en este caso un repaso a algunos de los ataques registrados más notorios y documentados que los infectados por el virus Solanum han realizado a lo largo de la historia de la humanidad.


Las señales estaban ahí, pero no habíamos sabido verlas. Una pintura rupestre en una cueva con restos humanos que mostraban señales de haber sufrido similares heridas en el cráneo. El motivo por el que los egipcios extraían el cerebro a los difuntos en sus prácticas funerarias. El origen de una de las más eficientes y estudiadas estrategias militares adoptada por el ejército de Roma. El peculiar rito iniciático de una ultrasecreta sociedad ninja. Las verdaderas causas de una cruenta rebelión de esclavos en una isla caribeña o el motivo por el que un buque repleto de esclavos desapareció en el olvido. El enfrentamiento de un destacamento de la Legión Extranjera con un enemigo aterrador. Los experimentos que japoneses y soviéticos desarrollaron, ya en el siglo XX, para conseguir el arma definitiva. Todo estaba ahí, ante nuestras narices, y nada pudimos hacer pese a eso para evitar el primer ataque registrado de la que sería la aterradora y apocalíptica GMZ.


La novela gráfica Zombi. Guía de Supervivencia: Ataques registrados es la continuación editorial de uno de los bombazos mediáticos más afortunados que la cultura Z ha sufrido a lo largo de historia, y que ha convertido al género de zombis infectados en cualquiera de sus variantes en uno de los más prolíficos actualmente. En un día como hoy, en que miles de personas van a estar pendientes del estreno en televisión de Los muertos vivientes, en la misma semana en que otros miles se disfrazaron de zombis por Halloween, o en la que servidor ha sufrido la lectura del último tomo de la serie de Kirkman y Adlard -porque Los muertos vivientes es una lectura tensa, compulsiva, nerviosa-, les traigo la reseña de este suerte de precuela en forma de novela gráfica de las aclamadas obras de Max Brooks Zombi: Guía de Supervivencia y Guerra Mundial Z.


Es el propio Max Brooks el encargado de describir de forma bastante concisa, casi como si se tratase de un manual de antropología o de un libro de historia, algunos de los encuentros que la humanidad ha padecido a lo largo de la historia con los infectados por el virus Solanum (este cachondo ha logrado eliminar la dicotomía zombis/infectados y en su universo de ficción los muertos vivientes son ambas cosas). El tono de las historias es frío, didáctico, expositivo, apenas hay lugar para la valoración de los hechos o para reflejar los sentimientos, no ya de los protagonistas históricos, sino del propio cronista ante el horror y la crueldad de lo contado. Las historias oscilan en extensión y tratamiento, desde la anécdota histórica (caso de la sociedad ninja, las tácticas de embalsamamiento egipcias o el horror del barco de esclavos) hasta los capítulos más elaborados en que se nos muestra una historia con su planteamiento, nudo y desenlace y que son a mi entender las más satisfactorias del libro (las ambientadas en Caledonia en época romana, en el Caribe en época colonial o en el norte de África en el siglo XIX). Las menos satisfactorias, al menos para mí, son las ambientadas en el siglo XX, y es que el estilo casi de exposición periodística y el carácter documental de esos acontecimientos no aportan prácticamente nada más que recalcar el carácter global de la amenaza y su aterrador camino hacia la infección mundial y los pacientes cero que afectaron a todo el planeta.



El dibujante encargado de ilustrar esta orgía de sangre, podredumbre y contagio a lo largo de los siglos es Ibraim Roberson, autor de origen brasileño que debutó en la industria con este trabajo y que por su versatilidad, claridad, dotes narrativas y rotundidad a la hora de plasmar las escenas de acción llamó inmediatamente la atención de las grandes editoriales. A día de hoy ya ha trabajado tanto para Marvel como para DC en colecciones como X-Men, Necrosha, DC Halloween Special, JLA: Cry for Justice, Catwoman o New Mutants. Un producto recomendable para los fans del fenómeno zombi que quieran un mínimo de calidad a cambio de su dinero y que, aún siendo un claro fenómeno de explotación de una franquicia, no engaña al lector. Ataques registrados y exposición de los mismos. Aceptablemente bien documentado y coherente con la historia de ese peculiar universo que Max Brooks nos ha llevado a visitar, supone el colofón hasta el momento de ese mundo Z que volveremos a visitar en el 2012 cuando se estrene esa adaptación cinematográfica protagonizada por Brad Pitt que elevará el género hasta cotas inéditas hasta el momento, cuando millones de fans del actor que jamás habrán visto una película de zombis, pasen por taquilla para sufrir y asustarse viendo a su estrella desenvolverse en la Guerra Mundial Z.

martes, julio 16, 2013

El baúl de Plissken: El reinicio de Star Trek en viñetas

El año 2009 supuso un hito memorable para los aficionados al cine fantástico en general y para los seguidores acérrimos de la saga Star Trek en particular, y es que en aquel año se hacía un relativo borrón y cuenta nueva respecto de las tradicionales visiones del universo Trek y se partía de cero para volvernos a mostrar las andanzas de la tripulación original -y más querida- del Enterprise, la capitaneada por James Tiberius Kirk, aconsejada científicamente por Spock y cuidada por el médico de a bordo Bones McCoy. La película contó con una serie de comics editados por IDW a modo de precuela, ampliación argumental o apoyo a la hora de describir a los personajes y las situaciones con los que nos encontrábamos en Star Trek. Un nuevo comienzo y que contribuían a interconectar a las pasadas generaciones con la nueva futura generación de exploradores de la galaxia. Aquí tienen ustedes la recopilación de las reseñas de esas tres series, reunidas y editadas en sendos tomos en nuestro país por la editorial Likantro, que este mes, y con motivo del estreno de Star Trek: En la oscuridad, lanzaba un nuevo tomo precuela del que les hablaré el viernes.

Countdown: Cuenta atrás a un nuevo comienzo

Fecha estelar 64333.4, en el interior del Imperio Romulano, donde sólo unos pocos han podido llegar, la nave minera Narada extrae decalitio cuando una repentina erupción solar desestabiliza la estrella Hobus. El capitán de la Narada, Nero, decide evacuar la zona y regresar a Rómulo con las malas nuevas. Allí se encuentra con una delicada situación diplomática, pues el embajador de la federación, Spock, vaticina que la inestable estrella Hobus se convertirá en un plazo relativamente breve de tiempo en una supernova, y sólo la combinación de los recursos romulanos y la tecnología vulvana podrían frenar una debacle de proporciones cósmicas. A pesar de los augurios de Spock y de las noticias aportadas por Nero, el consejo desoye sus argumentos.

Forzados por las circunstancias, Nero y su tripulación deciden seguir a Spock hasta Vulcano, convirtiéndose en prófugos del Imperio, no sin antes buscar en la frontera exterior romulana las reservas de decalitio necesarias para frenar la supernova. Allí sufren una emboscada remana y sólo la oportuna intervención de la nave insignia de la Federación, el Enterprise comandado por el capitán Data, logrará que esa parte de la empresa llegue a buen fin. Escoltados por Data, Nero y Spock intentan convencer a los vulcanianos de la necesidad de compartir sus conocimientos sobre la materia roja, para lo que contarán con otro aliado valioso e inesperado, el embajador de la Federación en Vulcano, Jean-Luc Picard. El tiempo se agota, los vulcanianos no ceden y Spock conmina a Nero a marcharse para ayudar en las tareas de evacuación mientras él se encarga del resto. Nero, decepcionado y escéptico regresa a su planeta para contemplar el trágico final de lo que más ama en este mundo.


Loco de dolor y de rabia contra el universo entero, sintiéndose una marioneta en manos de todo el mundo y harto de no controlar su destino Nero decide compartir cada lágrima de pena derramada y cada gota de sangre furiosa corriendo por sus venas con todos aquellos que no han sido capaces de ayudarle a evitar el final de Rómulo. Nada en el cosmos parece capaz de frenar la venganza imparable de un Nero que ya no tiene nada que perder, mientras que en el otro lado del universo Spock, Picard y otros viejos conocidos como Geordi Laforge intentan detener una amenaza todavía más peligrosa y letal que la de Nero y que amenaza con acabar con todo, la onda expansiva generada por la supernova Hobus.


Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, la serie de cuatro números Star Trek: Countdown está concebida como precuela del film Star Trek (2009), narrando los sucesos inmediatamente anteriores a la misma y desarrollando, ahora sí con mayor profundidad, la historia de Nero. Siguiendo el marco general creado por los guionistas del film Alex Kurtzman y Roberto Orci, los escritores Mike Johnson (que también está trabajando en la adaptación de Fringe a comic y coescribiendo Superman/Batman) y Tim Jones realizan una historia enmarcada de lleno en el universo tradicional de Star Trek, prosiguiendo la historia años después de la última entrega cinematográfica de La Nueva Generación y volviendo a mostrar a algunos personajes tanto de aquella (Picard, Data, Laforge, Worf) como de la generación original (Spock).


El encargado de ilustrar la historia es el dibujante de origen italiano David Messina, un artista con experiencia en el campo de la animación y el diseño que conoce perfectamente el universo trek al haber ilustrado varias series relacionadas con él, como Klingons: Blood Will Tell, Intelligence Gathering o Mirror Images. Los resultados de la adaptación fueron tan satisfactorios para la editorial IDW que inmediatamente encargó al mismo equipo creativo la realización de una segunda miniserie-precuela, Nero, cuyo último número apareció publicado el mes pasado, y que narra las andanzas del peculiar personaje desde su primer ataque a la nave de la federación Kelvin hasta su definitiva reaparición y confrontación con la Enterprise años más tarde.


La editorial encargada de publicar Star Trek: Countdown en nuestro país ha sido Likantro Ediciones, que reúne en un sólo volumen los cuatro números de los que se compone la serie. La edición, sumamente cuidada, incluye las portadas antes de cada capítulo -con un curioso juego de espejos relacionando cada una de ellas con una fotografía de un personaje de la película- y una selección al final de los diseños de Messina para algunos de los personajes, como Nero, Spock, Data, o varios tripulantes del Enterprise. De lectura ágil y entretenida el comic es el complemente perfecto para todos aquellos que en su momento disfrutamos de la película, pues nos permite entender mejor esa furia homicida contra el universo entero que impulsa a un Nero decepcionado por todo y por todos y harto de vanas promesas, cálculos erróneos y dilaciones diplomáticas. En concreto el tercer número tiene uno de esos arranques espectaculares que justifican por sí solos la existencia de un personaje. No creo equivocarme al decir que este tebeo gozará de una aceptable recepción entre los aficionados españoles, y más concretamente entre los trekkers patrios, que apoyarán a un tebeo digno que nos devuelve a viejos conocidos y nos permite entender al ochenta por ciento la historia de Nero. Para el otro 20% restante tendremos que esperar a leer ese volumen centrado en las andanzas temporales de Nero entre los años 2233 y 2258. Hasta entonces, buenas lecturas, larga vida y prosperidad a todos. ¡¡¡Y que la fuerza les acompañe!!!


Nero: El fuego de la venganza

Rómulo ha sido destruida por la explosión de una estrella cercana, pese a los esfuerzos de Spock por evitarlo a borde de una pequeña nave cargada con la poderosa materia roja. Los únicos supervivientes de la civilización romulana son Nero y su tripulación de mineros, que a borde del navío Narada emprenden una desesperada persecución del vulcaniano. Ambas naves son atrapadas por el agujero negro provocado por la explosión estelar y proyectadas hacia el pasado. En el caso de los romulanos el salto es de 154 años, y aparecen en un sector espacial en el que no hay señal alguna de Spock o de su nave. No sólo eso sino que la Narada entra en combate directo con la nave de la federación USS Kelvin, asesinando a su capitán y provocando un combate a muerte con la misms en el curso del cual la nave y su único piloto se sacrificarán para permitir escapar a su tripulación.


A siglo y medio de distancia de la destrucción de su mundo Nero afronta el dilema moral de regresar a Rómulo o dar el planeta por muerto y emprender una cósmica carrera de destrucción y venganza contra todo el universo, comenzando por los que considera máximos responsables de la tragedia de su pueblo y su familia, Spock y Vulcano. Pero antes de que Nero pueda llegar a materializar su venganza, aún deberá superar un escollo. El imperio klingon ha detectado la aparición de su nave como una anomalía estelar y ha enviado a varias naves a investigar la zona. Una tripulación debilitada y una nave necesitada de reparaciones no son obstáculo para la despiadada armada klingon.

Prisionero de una civilización cruel, sin esperanza ni perdón en su corazón, torturado infructuosamente por sus captores, Nero concentrará todo su odio en sobrevivir, fortalecerse y esperar una oportunidad. Expandiendo su mente gracias al empleo de drogas, contando con la ayuda de un cartógrafo humano renegado y con la devoción absoluta de su tripulación, el minero romulano emprenderá un viaje de castigo y exterminio que le llevará a encontrarse con maravillas cósmicas más allá de la comprensión humana y al definitivo encuentro con su némesis. Un encuentro que como todos sabemos tendrá dramáticas e inesperadas consecuencias.


Star Trek: Nero es la segunda de las series publicada por la editorial IDW centrada en el universo descrito por Alex Kurtzman y Roberto Orci para el guión del relanzamiento cinematográfico de la franquicia Star Trek el pasado año. Desde luego, la favorable impresión que nos dejó el film de J.J. Abrams se vio complementada con la aparición de la primera precuela en comic de la película, Star Trek: Countdown, que profundizaba en los personajes apenas esquematizados en la cinta y nos permitía disfrutar en mayor medida del papel de Spock en el flashback de la película. Nero constituye la secuela del comic y la precuela del film, en tanto que narra los eventos sucedidos entre el enfrentamiento de la Narada y el USS Kelvin y su espectacular encontronazo estelar con el Enterprise.

¿Qué sucedió en esos 25 años? ¿Qué fue de Nero y su tripulación? Ese lapso de tiempo es el que se nos narra en este tebeo, realizado por el mismo equipo creativo de Countdown con similares resultados. Si Johnson y Jones al guión desarrollan una historia a lo largo de tres décadas ofreciendo potentes diálogos, un interesante cruce con uno de los villanos cinematográficos clásicos de la franquicia y un desarrollo que conecta inexorablemente con la película, David Messina realiza un trabajo sumamente efectivo al ofrecernos espectaculares batallas estelares, brutales peleas cuerpo a cuerpo o ambientaciones tan diversas como puede ser la estéril frialdad de un mirador espacial o la pútrida y sórdida miseria de un penal minero klingon. El buen trabajo del equipo creativo hace que la historia se lea en un suspiro como complemento perfecto y nexo de unión entre ST: Contdown y Star Trek.


Ya comentaba en mi anterior reseña que asistíamos a una suerte de universo expandido trekker en el que se profundizaba en los personajes y sus motivaciones vistos en el film de Abrams de pasada y sin apenas matizar sus sentimientos o la magnitud de una tragedia apenas mostrada en un flashback. Si en ST: Countdown se hacía hincapié en la pérdida de Nero y en el profundo dolor que convertía a un minero en un guerrero sediento de sangre, en ST: Nero asistimos al proceso de enconamiento de dicha sed de venganza, que pierde todo asomo de justificación y se torna en megalomaníaco revanchismo contra la galaxia. Las penurias y privaciones en el planeta prisión, la espera desesperante de su némesis y los enfrentamientos contra todo aquel que se interpone en su camino convierten a Nero en el formidable contrincante que, para mí, se desperdició en pantalla al poder haberlo convertido en una suerte de Vader trek y despacharlo como si de un Darth Maul de peseta se tratara.



La edición española corre a cargo de Drakul Ediciones, que prosigue con su esmerado buen hacer editorial ofreciendo la miniserie en un único tomo que cuenta con una selección final de portadas, ilustraciones en blanco y negro de Messina, reproducciones de sus páginas en blanco y negro, así como información sobre el Club Star Trek de España. Para redondear la jugada el tomo incluye un elegante marcapáginas con las portadas de los tres comic books del universo Star Trek que la editorial ha publicado o tiene previsto publicar. Lo único que echo en falta es un artículo sobre Rómulo, Vulcano, Klingon, personajes comunes a la saga fílmica, referencias, algo que a buen seguro algún miembro del Club Star Trek estaría encantado de realizar para completar aún más si cabe una edición ya de por sí redonda. Un tebeo que los fans de Star Trek no deberían dejar pasar para completar definitivamente la visita a ese nuevo universo cinematográfico creado por Abrams, Orci y Kurtzman. Larga y próspera vida, amigos lectores.

Las reflexiones de Spock: Reflejos en un ojo vulcaniano

Un taciturno y silencioso Spock, embajador de Vulcano en el planeta Romulo, viaja hasta un destino desconocido en una nave de clase Orion. Mientras abandona la zona neutral romulana, las preguntas insistentes y no del todo pertinentes de un comerciante sauriano distraerán a Spock de sus pensamientos, un paseo por la lógica y ordenada memoria del vulcano por su infancia en su planeta natal y su difícil relación con su padre -el vulcano Sarek- y su madre humana, Amanda Grayson, el momento en que se bautizó el Enterprise B, su reticencia a entablar contacto personal con compañeros de la flota o una misión emprendida bajo las órdenes del Capitán Cristopher Pike para investigar unos experimentos sobre los transportadores de materia. El locuaz sauriano sigue su camino y Spock aborda una lanzadera cuyo destino último es la Tierra, en busca de un viejo amigo al que creía muerto tiempo atrás y del que acaba de recibir noticias.


Spock aborda una nueva nave, pilotada por Moxx, un boliano que le conducirá a su destino. Antes de llegar al mismo y de reencontrarse con ese viejo amigo Spock seguirá sumido en el pasado, revisando en su mente momentos como su amargo encuentro en Vulcano con T'Pring, una misión de rescate en la que participaron Kirk y McCoy desoyendo sus consejos de seguridad y arriesgando su propia vida, o el modo en que intentó transmitirle a su compatriota la teniente Saavik la correcta manera de sintetizar en su comportamiento y en su mando las virtudes de la lógica vulcana con las ventajas del sentimiento humano a la hora de establecer cursos de acción correctos. Pero ha llegado el momento del reencuentro y de saldar una deuda contraída en el pasado...


Las reflexiones de Spock es una serie limitada de cuatro números publicada por la editorial IDW dentro de su sello de comics dedicado a la franquicia de Star Trek. Los autores del tebeo son todos ellos grandes conocedores del universo trekker en tanto que ya han trabajado previamente en otros proyectos del mismo. Por un lado nos encontramos con los hermanos Scott y David Tipton formando equipo creativo de guionistas, del mismo modo que lo han hecho en ocasiones anteriores para historias de las series Star Trek. Klingons, Star Trek. Alien Spotlight o Star Trek. The next generation. Verdaderos conocedores del universo en que ambientan sus historias, en este caso realizan una suerte de grandes éxitos vitales de la trayectoria de Spock, analizando algunos momentos de su infancia, juventud, madurez y ancianidad, explicando algunos puntos oscuros o centrándose en aspectos hasta ahora desconocidos. En el apartado gráfico nos encontramos con un viejo conocido, David Messina, quien además de haber colaborado previamente con los guionistas en proyectos previos, estuvo estrechamente ligado a dos tebeos ya reseñados en esta sección -ST: Countdown y ST: Nero- que funcionaron como precuelas a la película Star Trek (2009) que relanzó cinematográficamente la franquicia.




Nos encontramos con un tebeo que los iniciados leerán con sumo placer, al centrarse en el que quizá sea el personaje más mítico de todas series del universo Trek, Spock, el inescrutable vulcano que luchó toda su vida por conciliar una herencia mestiza incompatible y que encontró en la amistad de sus compañeros de viaje la mejor escuela para imbuir sus sentimientos de lógica y viceversa. Personajes como Pike, Kirk, McCoy, Sarek, Scotty, Uhura, Picar, Harriman, se asoman fugazmente a las viñetas de una historia que nos es la suya pero a la que contribuyeron de una u otra forma y en la que dejaron la huella que Spock, en su madurez, analiza y repasa en un momento especialmente difícil. Con una narración muy cinematográfica pasamos de la remembranza fugaz al recuerdo elaborado de un episodio complejo, siempre con la distante frialdad del vulcano, que analiza más que siente esos recuerdos. Situado cronológicamente después del film Star Trek: Generaciones, y estrechamente relacionado con los hechos allí narrados, la historia sirve para entender el porqué del dorado retiro de Spock en Rómulo y el grado de implicación que llegó a tener con dicha civilización.


La edición de Las reflexiones de Spock en España corre a cargo de Likantro Ediciones, que realiza un trabajo tan exquisito como en las ocasiones anteriormente citadas -Countdown y Nero-, añadiendo en este caso un par de detalles que aumentarán todavía más el deleite de los seguidores de la saga: una introducción a cuatro manos por Carlos Díaz Maroto y Luis Alboreca en la que se nos ofrece un interesante repaso por la vida de Spock que sirve para contextualizar la historia y que el lector menos instruido en la vida y milagros del vulcano tenga una mínima referencia para disfrutar del comic, y dos ilustraciones realizadas por los dibujantes españoles Cels Piñol y Javier Aranda, ambos dos relacionados de una u otra manera con lo Trek y que rinden homenaje a un personaje que mi suegro llama "Smog" y que nos ha acompañado a muchos de nosotros de una u otra manera a lo largo de nuestra vida.

viernes, julio 12, 2013

El baúl de Plissken: Las precuelas de Superman Returns

El año 2006, casi dos décadas después de Superman IV, el Hombre de Acero volvía a las pantallas de todo el mundo, esta vez de la mano del director Bryan Singer, avalado por el prestigio crítico de sus primeras obras y por el éxito de público conseguido con sus versiones de la Patrulla X. Para ir caldeando el ambiente y para servir de puente a la historia narrada en Superman Returns, la editorial DC Comics lanzó una serie de cuatro especiales que narraban los sucesos anteriores a la película, resolviendo el hiato temporal existente entre Superman II y las nuevas aventuras de Superman. En aquel año 2006 un servidor de ustedes leyó con ilusión aquellas precuelas en formato comic, preparándose para volver a disfrutar de una nueva película con Superman. La intención era, además, reseñar la película, pero las toneladas de mierda que se vertieron sobre la misma justo después de su estreno me desanimaron ampliamente, y dejé estar el asunto. Mira por donde, que Warner, DC y Zack Snyder me iban a dar la oportunidad de reivindicar años atrás una película de la que les hablaré mañana. Vaya por delante esta contextualización de la historia... Por cierto, que al recopilar las dos entradas he constatado dos cosas, que ya entonces dejé reflejo del fracaso económico que no artístico en mi opinión de la película, y de mi escasa pericia con el escáner, justo antes de pasar precisamente en mi trabajo diario, a desarrollar labores de escaneado y retoque digital de imágenes. La de cosas que pueden cambiar en seis añitos de nada...


De Krypton a la Tierra: La historia de un viaje de ida y vuelta

Como ya comenté, tanto la Warner como DC han mimado el proyecto del regreso del Hombre de Acero a la pantalla grande. Dentro de la campaña de marketing previa, y dado que han pasado dos décadas desde el anterior film (Superman IV, 1987), se creyó necesario recordar al Superman cinematográfico a las jóvenes generaciones que sólo lo han conocido a través de las series Lois & Clark y Smallville. Ciertamente parece una jugada algo arriesgada el realizar una película-secuela a más de 20 años de distancia. Nada mejor que el lanzamiento de cuatro especiales que preparan el terreno para ese público potencial y que nos recuerdan los viejos buenos tiempos a los veteranos que tenemos cierta nostalgia por aquellas primeras veces. Entre el simple recuerdo y el llenar los vacíos de la historia que nos narrará la película oscilaran los cuatro números en cuestión, con diferentes equipos creativos pero coordinados directamente por Bryan Singer, Dan Harris y Michael Dougherty (director y guionistas, respectivamente).


El primero de ellos, De Krypton a la Tierra, vuelve a contar con pelos y señales el origen alienígena del personaje. Desde los fútiles intentos de Jor-El por avisar al consejo científico del Planeta Krypton de la inminente catástrofe cósmica que les destruirá a todos hasta los preparativos del resignado científico para poner a salvo a su hijo en una nave espacial. Con diálogos sacados directamente del guión de Superman (1978) este Jor-El parece y habla como Marlon Brando. Nada nuevo bajo el sol en este especial, que acaso sea el más importante. En tanto que ubica el origen del personaje, nos recuerda la continuidad establecida en este particular universo cinematográfico. La mayor traba es que no ofrece ningún elemento novedoso para los conneiseurs, tan sólo esa mirada repleta de nostalgia y cariño a unos momentos que –hablo personalmente- me marcaron desde bien niño. El dolor de la madre mientras dejaba al bebe en la fría y estéril aeronave, la serenidad con la que Jor-El realizaba los preparativos, su voz educando y preparando a su vástago durante los años de viaje para lo que habría de afrontar en su planeta natal…


Todo ello queda perfectamente reflejado en el guión de Jimmy Palmiotti y Justin Gray y en los maravillosos lápices de Ariel Olivetti, que pese a tener que buscar cierto parecido físico con los actores logra que el resultado no sea el típico pastiche de adaptación al comic de peli de éxito, sino un tebeo repleto de momentos intensos que van desde lo emotivo hasta lo espectacular. Para muestras de ello, los tres botones que ilustran este post.

Dentro de poco, más de lo mismo.

¡Arriba, arriba y lejos!


Ma Kent: El guardián entre el centeno

Aquí tienen la reseña de la segunda de las precuelas, la dedicada a Ma Kent, obra de Marc Andreyko a los guiones y Kart Kerschl en los lápices. Este es un retrato muy introspectivo a la vida familiar del hombre de acero, a su trasfondo familiar. En último término, es un vistazo a aquello que formó en Clark Kent la personalidad desprendida, sacrificada y valiente que luego daría lugar a la personalidad superheróica de Superman. Muchas veces se ha hablado de lo irreal que supone el personaje, de lo maniqueo que resulta un boyscout casi todopoderoso que mira por los intereses de los demás antes que por los suyos propios. Bueno, pues servidor opina todo lo contrario.


Lejos de lecturas deconstructivistas o de aventuras que alteran la retrocontinuidad del personaje, la historia de Superman siempre ha oscilado en torno a su doble herencia, la humana y la alienígena, a las enseñanzas recibidas por sus padres adoptivos y a las que le fueron transmitidas por Jor-El (de un modo u otro dependiendo de si hablamos de los comics, de las películas o de las series de TV). Si una persona recibe amor y valores y sólo ve generosidad en los que le rodean difícilmente podrá concebir otra forma de ser. Entraríamos en disquisiciones sobre el determinismo, sobre el conductismo, sobre el poder civilizador de la educación… No hace falta hilar tan fino. Sabiendo que Lara y Jor-El se sacrificaron para permitirle una vida en un planeta lejano, que Martha y Jonathan le recibieron con los brazos abiertos y le educaron y le quisieron como si de su hijo carnal se tratara, ¿estaríamos hablando de algo improbable, maniqueo o imposible? ¿O de lo que sucedería en la vida real?



En las páginas de esta historia se alternan los flashbacks (extraidos directamente del film original del 78) con las reflexiones de Martha en su vida cotidiana. El reflejo de la añoranza por el marido años ha fallecido, y la preocupación por la ausencia prolongada de su hijo no empañan los recuerdos que a diario la asaltan en la granja de los Kent, en la cafetería de Smallville, en las conversaciones con los vecinos. Pero en el corazón de Martha Kent está el claro convencimiento de que Clark, SU Clark, volverá tarde o temprano, y ella estará allí, en su HOGAR, para recibirle con el abrazo tierno de una madre que ha añorado a su retoño demasiado tiempo.

[Las capturas reflejan uno de mis momentos favoritos de Superman: el lamento del hijo por la muerte del padre -"con todo lo que puedo hacer, con todos mis poderes... y no he sido capaz de salvarle"-, y la despedida de Martha en el campo de maiz. Pelos como escarpias.]


Lex Luthor: Ni un pelo de tonto

Sigo reseñando la tercera de las precuelas en comic de lo que ya podemos decir que ha sido el gran fracaso económico –que no artístico, en mi opinión- del verano, Superman Returns. De la mano de los guionistas habituales, Gray y Palmiotti, y con la siempre eficaz colaboración de Rick Leonardi en los lápices, nos llega este especial centrado en la figura de Lex Luthor, la mente criminal más grande de nuestro tiempo.

Encerrado en la cárcel, donde le dejó Superman (al final de Superman II), nuestro villano repasa los fallos de sus planes previos, examina su odio hacia la figura de Superman y, por supuesto, empieza a plantar las semillas de su futuro en su relación con dos mujeres, la enfermera Kitty y una anciana millonaria a la que enamora con su meliflua correspondencia. También muestra, aunque de pasada, como los secuaces de Superman Returns eran compañeros de trullo. Reflejando la mordacidad e ironía del personaje, los guionistas nunca pierden de vista que bajo la causticidad de Lex Luthor se esconde un ser maquiavélico y paciente que, agazapado, espera el momento de asestar el golpe mortal a su enemigo. De nuevo, este comic nos recuerda algunos de los momentos de la primera entrega, como la conversación en la guarida subterránea con Superman (y los cameos de Ottis y la srta. Teschmacher).

Y ya sólo queda uno por leer. A ver cómo eluden la cuestión de la inmaculada concepción en el especial de Lois Lane…

Lois Lane: Detrás de la noticia

Y llegamos al final con este especial en el que Doug Hazlewood (a quien los veteranos del lugar recordamos como entintador de Chas Truog en Animal Man) hace lo que puede ilustrando el guión de Gray y Palmiotti.




Lois Lane recibe el encargo de Perry White de escribir un nuevo artículo sobre Superman, pero uno especial, acerca de su desaparición aparente. Lois debe examinar entonces su relación profesional con la figura de Superman a la vez que sus sentimientos personales. Rememorando sus primeros encuentros, la entrevista que dio a conocer al mundo al último hijo de Krypton o algunas de sus hazañas Lois Lane reflexiona sobre el modo en que el mundo percibe a Superman y la huella que las acciones de éste dejan en la humanidad. Mientras que el artículo va madurando entra en la vida de Lois Richard White, sobrino de Perry que pronto adquirirá una importancia mucho mayor en su vida. Finalmente, y tras dar a luz a un niño (sin que en ningún momento se mencione quién puede ser el padre, aunque será Richard quien la acomañe en el paritorio) Lois escribe el artículo Porqué el mundo no necesita a Superman, que le valdrá el premio Pulitzer.




Este es un especial muy importante para lo que narrará Superman Returns, ya que por un lado debe explicar la evolución en la personalidad de Lois, que rehace su vida a nivel profesional y sentimental al margen de Superman, y por otro debe introducir a un personaje completamente nuevo, Richard, y lograr que no caiga antipático ni sea demasiado blando. Además, la evocación de algunos de los momentos imborrables de Superman, como el vuelo nocturno o el rescate del helicóptero ponen los pelos de punta. Lástima que el dibujo de Hazlewood sea tal vez el menos lucido de los cuatro especiales. Otro gallo hubiese cantado si Adam Hughes, autor de las portadas que van de lo nostálgico a lo preciosista (caso de la de Lois Lane, sin ir más lejos) se hubiese encargado de dibujar alguna de las historias.



Por si se han quedado con ganas de más, DC recopiló los cuatro especiales en un bonito tomo que, además, Planeta sacará a la venta este mismo mes, así que si quieren atar todos los cabos, no se lo pierdan.

Por cierto, pido perdón por la calidad de los escaneos, que como ya habréis comprobado no es lo mío. Las escenas en panorámico sobrepasaban el tamaño de mi máquina, pero es que son tan bonitas y me traen tantos recuerdos que no me he podido resistir.
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martes, julio 09, 2013

El baúl de Plissken: Superman: Una vuelta a la grandeza por Geoff Johns

Hay que reconocer que la actual poseedora de los derechos de publicación de DC en España ha realizado un esfuerzo colosal para hacer llegar la figura del Hombre de Acero a la mayor cantidad posible de lectores y aficionados. Junto a una cuidada selección de material publicado, con novedades jugosas y reediciones que deberían estar en la comicoteca de cualquier seguidor de los tebeos de superhéroes que se precie, destaca una novedosa iniciativa que ha tratado de divulgar aún más si cabe la figura de Superman, tratando de acercarla a aquellos que más lo necesitan, los que no lo conocen bien. La edición en formato económico de la serie Superman: Origen Secreto de Geoff Johns y Gary Frank y su distribución en la cadena de supermercados Lidl puede suponer que personas que no habían dado oportunidad al personaje se acerquen al mismo y encuentren una historia a la altura de las casi 8 décadas de existencia del mismo, un repaso respetuoso y actual a los orígenes de Kal El y una aventura majestuosa gracias a los lápices del siempre eficaz Gary Frank. Como nunca está de más repasar algunas de las grandes historias que este equipo artístico han dejado con el personaje, aquí recupero dos entradas donde repasaba dos sagas de verdadero peso e importancia en el antiguo UDC, hoy temporalmente obsoletas gracias a ese evento del que ya se cumple más de un año y que me sigue llenando de melancolía y de no poca rabia a partes iguales. Mal Flahspoint me parta, con lo que podía llegar a molar el Universo DC cuando los autores tenían la suficiente cancha para ofrecer historias como estas...


Esto le puede parecer una aberración a la generación de lectores que sólo ha conocido la presencia de los tebeos en librerías especializadas, pero antaño uno podía encontrar en el Carrefour o en Simago cajoneras llenas de tebeos a precios de saldo que ayudaban a iniciarse en el mundillo y a conseguir verdaderas gangas. Piratas del Espacio, Kikckboxers y Star Slammers a cien pesetas cada una... Qué tiempos...

Superman y la Legion de Super-Héroes: Regreso al futuro

Es un día como otro cualquiera en el Daily Planet. Clark es ignorado por todos sus compañeros excepto por Jimmy Olsen y el carácter pusilánime del periodista le hace acreedor de una reprimenda de su editor en jefe Perry White. De repente gritos en la calle alertan los sentidos de Clark, que raudo y veloz desaparece para dejar paso a su alter ego superheroico, y así Superman acude al rescate de los ciudadanos de Metropolis. Este comienzo que podría perfectamente ser una escena de Superman. La película o formar parte de cualquier comic del Hombre de Acero de los últimos... setenta años, supone el prometedor, clásico, nostálgico arranque de una nueva etapa en la colección de Action Comics que se augura realmente espectacular.


La amenaza que ha provocado el pánico en la ciudad es un robot Brainiac gigante, aunque la persona oculta tras el robot no es el Brainiac del presente, sino un descendiente del futuro, del siglo XXX para ser más exactos, que ha querido llamar la atención de Superman para despertar en él recuerdos largamente escondidos en la mente del Kryptoniano. Así, de repente, Kal El recuerda cómo, siendo él joven y viviendo en Smallville, recibió la visita de tres jóvenes que provenían del lejano futuro y que querían conocer al que con los años llegaría a ser el mayor héroe de la Tierra y la inspiración para todos los que desde entonces quisieron defender la justicia y el bien a lo largo de la galaxia. Relámpago, Cósmico y Saturn Girl invitaron al joven Clark a unirse al recién formado club de héroes del futuro conocido como Legion de Super-héroes y a viajar con ellos al siglo XXX para vivir allí divertidas y excitantes aventuras.


Este descubrimiento repentino y brutal de una parte de su pasado dormida en la memoria no es el menor de los problemas de Superman, ya que siguiendo las indicaciones de Brainiac 5 viaja en una esfera temporal al futuro que ahora sabe repleto de amigos y conocidos, aunque la realidad que le espera no es ni mucho menos la esperada. La Legion está ahora proscrita, el legado de Superman corrompido y el mantenimiento del orden está a cargo de la Liga de la Justicia de la Tierra, grupo formado por antiguos héroes que intentaron formar parte de la Legion de Super-Héroes y que tras ser rechazados se dedicaron a atesorar su rencor y su vergüenza y a fraguar un plan con el que desbancar a los legionarios como defensores de los Planetas Unidos y convertirlos en parias.


Perseguido por esa particular Liga de la Justicia, sin poderes a causa de una extraña alteración del sol terrestre, que ha dejado de ser una estrella amarilla y su radiación es ahora roja, y ayudado por los mejores amigos que uno pudiera o quisiera encontrar en el siglo XXX (los ya citados Relámpago, Saturn Girl y Cósmico, Coloso, Polar, Estrella del Alba, Fuego Salvaje, Sombra, Nocturna), Superman volverá a demostrar porqué es el mayor héroe de todos los tiempos y porqué su legado ha encontrado en los legionarios a los mejores albaceas.

Tras unos primeros escarceos coguionizando a Superman junto a Richard Donner, Geoff Johns asume la tarea de escribir en solitario Action Comics, y lo hace con una saga de debut espectacular, emotiva y que devuelve al Hombre de Acero a su mejor etapa de la Edad de Plata, repleta de conceptos divertidos y llenos de imaginación, todo ello matizado con un sano sentido de la épica y momentos de acción a la altura de los personajes. Con la Saga del Relámpago vista en la JLA y JSA y esta historia (publicada en los números 858 a 863 de Action Comics y en los números 16 a 18 de la serie española de Superman), Johns devuelve a la continuidad a la Legión de Super-héroes clásica, el concepto más perjudicado en su momento por las Crisis en Tierras Infinitas, y que aquí aparecen de nuevo tal y como los lectores de la editorial Zinco los conocimos y disfrutamos a finales de los años 80. Se obvían los dos reboots de Waid que dieron origen a dos Legiones completamente diferentes y se deja todo en el aire para un futuro proyecto que aclare este follón de continuidad en una colección especial de cinco números llamada Legion of Three Worlds que cuenta con guiones de Johns y dibujos del gran George Perez y que está actualmente en curso.


Tres Legiones. Un Superman. Geoff Johns. George Pérez. ¿Hace falta decir algo más?

Pero dejando de lado esas cuestiones farragosas de continuidades, reinicios y cambios provocados más por decisiones editoriales antes que creativas, tengo que reconocer que esta serie me ha tocado la fibra sensible de friki por montones de razones. Para empezar, resulta casi increíble el modo en que Johns devuelve al personaje a lo mejor de su esencia sin que traicione la evolución que ha sufrido con el paso de los años, escribiendo una suerte de Superman atemporal que recoge lo mejor de décadas de trabajo de decenas de guionistas, y lo sintetiza en una historia a la vez clásica e innovadora, que juega a la perfección con los elementos de la mitología de la Legion de Super-Héroes y les da la vuelta como le viene en gana. Que los villanos de la historia sean algunos de los repudiados en las famosas rondas de reclutamiento de la Legion es algo que ya se ha visto con anterioridad, pero en este caso se nos permite un vistazo algo más en profundidad a unos personajes para los que supone un deshonor y una vergënza ante sus conciudadanos el ser rechazados, y el diferente modo en que los repudiados pueden reaccionar ante tal situación.


Parodia realizada por Sergio Aragonés sobre las rondas de reclutamiento. Por un lado destacan los poderes ridículos de muchos de los aspirantes, y por otro los inflexibles y mordaces juicios de valor de los legionarios en un precedente bastante ajustado de Risto Mejide o Miqui Puig.

Así, por un lado el resentimiento da paso al odio y a la venganza personificada en la Liga de la Justicia de la Tierra, mientras que el respeto por la institución y las ansias de mejorar y de formar parte de la leyenda dan lugar a la Legion de Héroes Sustitutos, concepto descacharrante y un tanto esperpéntico del que han llegado incluso a salir presidentes de la Legion como Polar, con un carismático protagonismo en esta saga, que también permite un momento de épica gloria a los Sustitutos enfrentándose de forma casi suicida y con poderes que van de lo peculiar a lo ridículo a la letal Liga de la Justicia Terrestre. Los anillos de vuelo, la camaradería, el sentimiento de pertenencia a un cuerpo que vela por la galaxia, el legado imperecedero de Superman y la necesidad de tomar decisiones que pueden costar la vida a uno mismo o a los camaradas son tópicos que en manos de Johns se leen como si fuera la primera vez, y no hacen sino acrecentar las ganas que un servidor tiene de leer sus próximas historias -que según mi buen amigo y vecino Pep no hacen sino mejorar número a número-.


Dejor para el final la parte gráfica, que en esta ocasión resulta un lujo para el lector y un deleite para los sentidos. Gary Frank regresa a DC, editorial en la que inició una carrera siempre ascendente y repleta de éxitos, y lo hace por la puerta grande, dibujando al personaje icono de la casa y al super grupo definitivo. Para empezar, Frank estiliza al personaje y le coloca el rostro de Cristopher Reeve, otorgándole al personaje un aspecto a la vez reconocible y frágil, más humanizado que de costumbre. Por si fuera poco, en su etapa debut el dibujante debe rediseñar los uniformes y aspectos de todos los legionarios (personajes que no han aparecido como tales en el Universo DC desde ) y conferir un aspecto amenazador a los villanos de la serie y al mundo del futuro, un siglo XXX devastado y sombrío que debe resurgir de sus cenizas tras esta saga. Los personajes resultan majestuosos, la acción elegante y espectacular y las escenas de lucha dinámicas y muy bien narradas, a la altura de los pasados trabajos de Gary Frank, quien mes a mes demuestra porqué es un fan favourite y por qué es uno de los dibujantes contemporáneos a los que nunca le faltará trabajo. La expresión retorno a la grandeza se emplea muchas veces en un mundillo como este en el que cada mes hay tres megaeventos, dos crossover y un reboot, pero en este caso creo que su empleo está más que justificado. De la mano de Johns y Frank a los seguidores del Hombre de Acero nos esperan muy buenas historias y toneladas del mejor entretenimiento.

Superman: Brainiac. Verde y en botella... malo

Hace 35 años, Kandor era una próspera metrópoli kryptoniana cuya armonía y cotidianeidad se vió rota bruscamente por el repentino impacto de una serie de vainas metálicas. De su su interior surgen unos aterradores exoesqueletos metálicos para masacrar a la población de la ciudad, que poco puede hacer frente a ellos. El general Zod y su lugarteniente Ursa únicamente pueden ser impotentes testigos de cómo los robots generan una energía desconocida que rodea a la ciudad de un impenetrable campo de fuerza, para desaparecer bruscamente frente a sus atónitos e incrédulos ojos.





Los años han pasado y Kandor es un recuerdo vago para el que durante muchos años fuera el Último Kryptoniano, ahora plenamente inmerso en su vida como el periodista Clark Kent y como el defensor de la Tierra Superman. En esa dualidad, no siempre se lleva la peor parte Supes, y así Clark vive un día de perros en el Daily Planet con la incorporación de un grosero e insufrible periodista deportivo, Steve Lombard, y el regreso de una vieja conocida, la sensual y algo vanidosa Cat Grant, encargada de la sección de cotilleos -o sociedad del Planet-. Tras una reunión ajetreada, Clark se viste de rojo, amarillo y azul y marcha a detener el impacto de un meteorito, el cual para su sorpresa resulta ser un robot Brainiac al que destruye fácilmente, pero no antes de que un arpón metálico haya extraído una muestra genética de sangre kryptoniana y haya transmitido a las estrellas esa información.


Una transmisión desde un sistema lejano llama la atención de Superman, que acude a luchar contra otra invasión de Brainiacs metálicos. Ante sus ojos, se repite el mismo proceso vivido por su planeta natal, y un inerme Superman será conducido a bordo de la nave insignia del coluano Brainiac y aprisionado en una de sus vainas de información, mientras se prepara la invasión de la Tierra y la asimilación de una de sus ciudades más importantes. Cara a cara con uno de sus más peligrosos contrincantes, Superman y Supergirl tendrán que rendir más allá de sus poderes y debilidades para derrotar a un coste altísimo al coluano, un coste que alterará para siempre la leyenda del Hombre de Acero...


La saga de Brainiac, narrada de forma contenida en cinco capítulos publicados originalmente en los números 866 a 870 de Action Comics (en España 26 a 28 de Superman), es un arco argumental escrito por San Geoff Johns y dibujado por uno de sus mejores profetas, con permiso de Ivan Reis o George Perez, Gary Frank. La serie prosigue en su evolución natural de enfrentar a Superman a amenazas cada vez más letales que exigen un coste elevado al personaje y en su afán de recuperar conceptos y personajes del universo clásico de Superman con un afán de canonicidad y respeto por sus anteriores encarnaciones muy encomiable. Por un lado, el tratamiento de Brainiac es muy potente a nivel visual, empleando las dos formas que habitualmente suelen aparecer por separado -el exoesqueleto característico, todo un prodigio de diseño que destila maldad- y la forma original del villano en su encarnación coluana, en este caso más musculado e imponente de como lo recordaba-, y por otro, la historia de Kandor se imbrica a la perfección en la nueva temporada de aventuras de Superman que está siendo la etapa de Johns al frente de la colección. El cameo de Zod y Ursa da continuidad a la historia y un poco de sentido a las motivaciones del personaje, así como el impacto que produce a Supergirl encontrarse de nuevo con su ciudad, sus viejos amigos y sus familiares más queridos.



Además, lejos de encontrarnos con arcos argumentales compactos y cerrados, asistimos a las semillas directas de lo que vendrá inmediatamente a continuación, en un crescendo imparable de emoción y maravilla que Johns sabe manejar a la perfección y de lo que ya ha dado muestra más que cumplida en sus etapas de JSA o Green Lantern. Por otro lado, la sombra de Richard Donner es alargada, y Johns -creo- le sigue rindiendo homenaje creativo con algunas escenas directamente inspiradas en los Supermanes de Donner, como es el caso de la invasión de la oficina del Daily Planet o las conversaciones de Clark con su padre en la granja, llenas de melancolía y de esa sabiduría natural que impregna a los ancianos proporcionada por los años de experiencia y la serenidad que da la edad a la hora de recordar y asimilar todo lo pasado y vivido.





Por su parte, Gary Frank vuelve a dar un recital, un espectáculo pirotécnico, un festival emotivo, impactante y épico con un dibujo claro, narrativamente espectacular y que juega perfectamente con los tempos a la hora de planificar las escenas, pasando del detalle particular al drama general de forma natural y rompiendo con el ritmo cuando a él le conviene para enganchar todavía más al lector. Incluso las escenas mal llamadas de transición -esto es, las interactuaciones en el Planet o las visitas a la granja de los Kent- están impregnadas de un agradable todo de comedia de situación en el primero de los casos y de melancólica reminiscencia del pasado en el segundo de ellos.




La edición española incluye en el número 28 el Jimmy Olsen Special, un número dedicado en exclusiva a Jimmy Olsen y a una investigación emprendida por el joven periodista en solitario que le llevará a recordar su paso por el proyecto CADMUS y su amistad con la Legión de Repartidores de Periódico o con el alienígena Dubbilex, y el descubrimiento de una operación ultrasecreta a nivel desconocido que parece tener en mente la destrucción definitiva de Superman. El guión, de James Robinson, muestra un escritor que con cada aportación a la leyenda de Superman se va encontrando más cómodo y dando mejores muestras de su capacidad para recuperar viejos conceptos e integrarlos en nuevas y emocionantes historias y de su capacidad para dar una voz reconocible e interesante a muchos personajes considerados como secundarios pero que ofrecen un altísimo potencial. El dibujo, a tres manos (Jesús Merino, Leno Carvalho y Steve Scott) cumple a la hora de ofrecer una historia que podrían integrarse perfectamente dentro del universo Astro City por su evocación a medio camino entre la melancolía y la exaltación de viejos héroes, clones desaparecidos y villanos ominosos. De nuevo, una historia fundamental para el futuro inmediato de las colecciones de Superman que merece muy mucho la pena leer.

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