miércoles, agosto 17, 2011

Linterna Verde: Ni la adaptación más brillante, ni la más oscura

El mal ha sido una constante en el Universo desde el comienzo de los tiempos, una amenaza permanente para todas las criaturas vivas que lo habitan. Para combatirlo, los Guardianes del Universo crearon un arma impelida por la energía más poderosa que pudieron encontrar, la de la Voluntad. Dicha energía, canalizada por un anillo de poder verde y almacenada en baterías, se convirtió en el emblema del Cuerpo de Linternas Verde, una suerte de policía intergaláctica que luchaba contra el mal en todos los sectores del Universo. Pero hay amenazas que ni un Linterna Verde puede afrontar solo, como Parallax (Clancy Brown), la encarnación del miedo puro e irracional que busca vengarse de su captor, un de los mejores Linternas del Cuerpo, Abin Sur (Temuera Morrison), guardián del Sector 2814. Malherido e incapaz de enfrentarse a Parallax, Abin Sur huye en busca de su reemplazo.


Mientras, en la Tierra, el piloto de pruebas Hal Jordan (Ryan Reinolds), irresponsable, mujeriego, calavera, ligón, sinvergüenza y cabeza loca comienza un día al uso, despidiendo a su última conquista, llegando tarde al curro, vacilando a su compañera Carol Ferris (Blake Lively) y compitiendo con ella durante la prueba de dos aviones teledirigidos en los que la compañía Ferris Aircraft ha puesto toda la carne en el asador para conseguir un jugoso contrato del gobierno representado por el senador Hammond (Tim Robbins). Pero la cabeza loca de Jordan le lleva al límite forzando sus capacidades y las del avión y el día termina en desastre para las aspiraciones de Ferris y para la autostima de un Jordan que vuela cada día al filo de la muerte como si se tratase del último de su vida.


Esa noche, tras ser vapuleado moralmente por todos y lidiar con la sombra del recuerdo de su padre, un gran piloto que falleció en la pista de aterrizaje, el universo alinea sus fuerzas en una carambola cósmica y sitúa a Jordan en el camino de Abin Sur, que lo selecciona como el humano más idóneo para sucederle y ocupar su lugar como protector del sector 2814, en el que se incluye la tierra. Pero el cuerpo de Abin, en manos del gobierno, también incluye una semilla de destrucción, y un fragmento de Parallax irá apoderándose de la mente y metamorfoseando el cuerpo del brillante científico Hector Hammond (Peter Sarsgaard), una mente prodigiosa con nulas aptitudes sociales que dará rienda suelta a sus anhelos más ocultos gracias al poder cósmico del miedo.


Hal Jordan emprenderá el camino del héroe cuando será reclamado hasta Oa, el planeta del los Guardianes y sede central de la Batería de Poder que alimenta todos los anillos, para conocer a sus instructores y aprender el potencial del anillo: Siniestro (Mark Strong), el mejor y más valorado; Tomar-Re (Geoffrey Rush), amable cicerone en la primera toma de contacto; y Killowogg (Michael Clark Duncan), verdadero sargento chusquero de instrucción que convertirá a Jordan en un soldado. Así, contando con la desconfianza de sus compañeros y la suspicacia de los Guardianes, Jordan deberá enfrentarse a sus peores miedos, frenar a una fuerza cósmica de destrucción masiva, aprender a manejar sus poderes, salvar a la chica y descubrir que, en su interior, se esconde un héroe con mayúsculas que no conoce el miedo y que está llamado a convertirse en uno de los mejores Linternas Verdes de todos los tiempos.


Linterna Verde es la largamente esperada adaptación cinematográfica del segundo héroe que llevó dicho nombre, algo en parte propiciado por el peso que la colección y el personaje han ganado dentro de la editorial a lo largo de los últimos años gracias al trabajo del guionista Geoff Johns, que ha convertido su cabecera en una de las más frescas e interesantes de la compañía. Para ello Warner desarrolló durante años el proyecto, que pasó por diversas fases, una de ellas incluso directamente cómica con Jack Black como protagonista. Finalmente los guionistas Greg Berlanti, Michael Green y Marc Guggenheim (estos dos últimos también guionistas de comic) desarrollaron un guión más o menos definitivo que permitió dar luz verde a la producción. Con Martin Campbell ocupando la silla de director se contaba con ciertas garantías, dada la solvencia mostrada en proyectos tan diferentes como Goldeneye, La máscara del Zorro, Límite Vertical o Casino Royale.


Pero la parte más difícil sería en realidad la de seleccionar al actor protagonista, alguien con el carisma y el tirón de taquilla suficiente como para consolidar un proyecto hasta cierto punto tan arriesgado como este. Dejando de lado la barbaridad de pensar en Jack Black como posible protagonista, las preferencias de los productores estaban entre Bradley Cooper, Ryan Reynolds, Justin Timberlake y Jared Leto, escogiendo finalmente a Ryan Reynolds, al que personalmente no considero el mejor actor del cuarteto pero sí el más idóneo para el personaje y el enfoque elegido (aventura con toques de comedia y apuntes hacia un futuro más sombrío), matices todos ellos en los que Reynolds ha dado muestra de saber desenvolverse más allá de las comedietas adolescentes que le han dado fama.


Tenemos un director solvente, un reparto sólido en el que quizás flaqueen Lively por falta de carisma y Sarsgaard por culpa de la caracterización de su personaje (y me refiero al maquillaje, no al retrato de hijo torturado por el desprecio de su padre y su amor secreto, bastante logrado), un compositor de campanillas (James Newton Howard), un libreto aprobado y revisado en última instancia por Michael Goldenberg y una campaña de publicidad a nivel planetario agotadora. Los esfuerzos de Warner por llevar a Linterna Verde al olimpo de los héroes cinematográficos y crear una nueva franquicia en condiciones se contabilizan en unos 300 millones de dólares... ¿Cómo puede explicarse el batacazo en taquilla y la indiferencia con que se ha recibido la película? No resulta demasiado difícil, en mi humilde opinión. La falta de tirón comercial de Reynolds como estrella -que funciona muy bien para promocionar Enterrado, un thriller rodado con cuatro duros, pero no basta para tirar él sólo del carro de un blockbuster veraniego-, la necesidad de llevar hasta el público decenas de conceptos y personajes que conforman apenas la superficie de uno de los universos ficticios más ricos y apasionantes de cuantos pueblan las viñetas a día de hoy, saturando de información la pantalla -quien mucho abarca, poco aprieta, diría mi abuelo- y la poca familiaridad del público en general con el personaje son algunas de las razones que, siempre en mi opinión, han conducido a los pobres resultados en taquilla de una película que merecía mejor suerte.


No nos engañemos. Los super-héroes se han convertido en un filón para productores ávidos de taquillazos. Cuando hace unos años era extraño ver más de una o dos adaptaciones al comic por temporada ahora nos encontramos con cuatro o cinco como mínimo. Novelas gráficas, comics independientes, clásicos de toda la vida, deconstrucciones o parodias, el género se está convirtiendo en una verdadera patata caliente que puede empezar a dar más disgustos que alegrías al aficionado al cine y al comic. Repetir el éxito comercial y artístico de para mí la cima cinematográfica de esta nueva ola, The Dark Knight, puede resultar no ya difícil sino abiertamente imposible cuando son los criterios de mercado los que marcan este tipo de producciones donde diez años ya es tiempo suficiente para volver a contar de nuevo una misma historia con remakes o reboots. Las fórmulas comienzan a cansar, y la ilusión con que uno acudía al cine a ver X-Men, Spiderman o Batman (y me refiero a las de Singer, Raimi y Nolan para que no haya duda) ha dejado paso a una cierta conformidad para ver un nuevo origen de personaje, con sus presentaciones agotadoras de génesis, villanos y secundarios, con sus tics humorísticos, sus cameos de personajes reconocibles y sus escenas after credits. La última vez que una película del género me hizo vibrar fue con The Dark Knight, película que de cuando en cuando reviso por lo mucho que me ofrece con cada nuevo visionado.


Pero estoy divagando... Y tengo que decir que sí disfruté con el origen de Hal Jordan, con el vistazo breve a Oa y a los Corps, con el avance de lo que puede ser una Guerra civil de Linternas Verdes, con la presencia magistral de un actor como Mark Strong -que ha encontrado en España un doblador que le viene como anillo al dedo... nunca mejor dicho-, con coñas divertidas y escenas de acción emocionantes y épicas pero que son simplemente el avance de lo que puede venir en futuras entregas... A pesar de la escasa recaudación parece haber intención firme de hacer una secuela con un tono más oscuro, algo que además encaja perfectamente con la trayectoria moderna del personaje, con un Amanecer Esmeralda con bastantes similitudes con el guión de la película (incluso el villano protoplásmico parece una mezcla de Parallax con aquel Legion que tanto me impresionó en los noventa) y con una continuación en la que las tensiones entre Siniestro y Hal tomaban forma y color. Un color amarillo como el del miedo a no ver en pantalla grande más aventuras de otro de mis personajes de comic favoritos.

2 comentarios:

EduXavi dijo...

A mí también me ha gustado la adaptación a la gran pantalla de Green Lantern: actores que hacen un correcto papel, acorde a lo que se puede esperar de cada personaje interpretado, buenos medios puestos al servicio del director para que la adaptación sea lo más fidedigna posible al original (y sobre todo si del de Geoff Johns hablamos), y un divertimento de primera para nosotros que nos gustan los cómics de superhéroes, aunque, eso sí, tal vez un poco acelerado y condensado en hora y media.
Lo de Jack Black no lo sabía... NO COMMENT!!
Y estoy de acuerdo contigo, The Dark Knight de Nolan es por el momento el mejor film que he visto de este género... genial, genial, genial el Joker.

Plissken dijo...

Hay muchas ganas de The Dark Knight Rises, espero que no defraude... Por cierto, que justo al día siguiente de escribir la entrada vi el Capitán América, y reconociendo que adolece de muchos de los tics mencionados y de la falta de emoción ya comentada, tengo que decir que Johnston hace una película de época maravillosa, con una gran ambientación y clavando la génesis del personaje. Tanto es así que esa primera hora de metraje consiguió hacerme sentir casi como la primera mitad de Spiderman. A veces consiguen llegar al corazón de los personajes, y en este caso la esencia de Rogers está plasmada a la perfección. Un saludo, caballero!!

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