El último lunes del año

Por fin hemos llegado a ese momento que simboliza el final de una etapa y el comienzo de otra, un día como otro cualquiera, pero marcado a fuego en el calendario dando paso a un nuevo año. Es el momento de los refritos televisivos repasando lo mejor y lo peor del año, el momento de hacer balance de lo acontecido a lo largo de los 364 días anteriores y la ocasión perfecta para soñar con un año mejor que el que dejamos atrás. Por mi parte, y como ustedes ya saben, este 2010 -cuyo nombre despierta resonancias literarias y cinematográficas tan peculiares- ha sido un año entre lo malo y lo penoso, un año mierder podríamos decir. Sin grandes tragedias ni desgracias ha sido el año que ha cambiado demasiadas cosas en nuestra vida, y puedo afirmar sin ningún género de dudas, que tanto en el plano laboral como en el personal la persona que acaba el año no es la misma que lo empezó. Demasiados sinsabores, disgustos, tensiones y reveses. Afortunadamente uno siempre puede contar con el oasis de tranquilidad que es ese castillo habitado por miss Sparks y los Cuatro Gatos del Apocalipsis, que ayudan a sobrellevar los sinsabores con una sonrisa en los labios y a superar las adversidades con un deje de esperanza en que al final habrá una lucecita brillante que disipe las tinieblas. Y es esa esperanza, extensible a todos los amigos, lectores de este blog y ciudadanos del mundo en general, la que ayuda a continuar en la lucha y la brecha diaria. Un tanto peliculero y sensiblero ha quedado eso, pero en el fondo es el deseo que cada año anida en mi corazón, el de que el año que empieza el próximo sábado -y al que daremos la bienvenida como merece el lunes que viene- sea mejor para todos y cada uno de nosotros, lleno de paz, salud y felicidad.

Me permitirán que comparta, ahora ya sin ningún tipo de secretismo, una buena noticia que se concretó el pasado viernes y que puedo difundir ya sin peligro alguno. Saben de otros años que soy un ferviente admirador de la Navidad como festividad entrañable y de todas las manifestaciones artísticas relacionadas con ella, principalmente en cine y literatura (Cuento de Navidad y Qué bello es vivir serían sus más meritorios exponentes). En nuestra ciudad, Elche, tenemos la suerte de contar con un certamen de cuentos navideños que cada año selecciona a un grupo de nueve finalistas que son adaptados para su emisión radiofónica. Servidor de ustedes había tenido la fortuna de ser ganador y finalista con los relatos El faro y la estrella y Ronda navideña. Participar en ese concurso era casi una tradición y este año no iba a ser una excepción, con la fortuna de que el relato enviado fue seleccionado finalista, adaptado -de forma harto encomiable- y radiado. El fallo, emitido el pasado 24, lo declaraba segundo clasificado, algo de lo que me enorgullezco enormemente debido a las implicaciones personales del relato, pero las apreturas de tiempo y las dificultades técnicas me impidieron subirlo el día de Navidad como era mi intención. Así pues, les emplazo al año que viene para disfrutar -o sufrir, que ya saben, para gustos colores- del relato La última proyección.

Y centrándonos ya exclusivamente en los contenidos del blog, pues decir que las fiestas navideñas afectaron sólo parcialmente a los contenidos propuestos. Finalmente publiqué la entrada que cerraba la Academia Jedi Felina y graduaba a los sujetos L., A. y O. Era un post que llevaba mucho tiempo queriendo escribir, pero curiosamente era mi impericia a la hora de hacer montajes fotográficos lo que siempre acababa echándome para atrás. Tampoco es que el resultado final sea una maravilla, pero desde luego da el pego y sirve para dar carpetazo al proyecto Nos3 y a la serie de entradas sugeridas por la lectura de We3, un tebeo que tengo ganas perennes de releer. Eso no quiere decir que los gatos no vayan a seguir apareciendo por aquí, no se preocupen, y tanto Leia, como Amidala, Obi-Wan y la recluta Leela que no llegó a formar parte del proyecto pero que sí forma parte de nuestras vidas desde hace unos añitos, seguirán protagonizando sus galerías correspondientes para alegría de los amantes de los gatos y suplicio de los alérgicos de los animales. Esta semana, en la que servidor se haya vacacionando y con bastante tiempo libre (aunque por ahí andan el Assassins Creed Brotherhood y la quinta temporada del Doctor Who llamándome con sus cantos de sirena) espero poder dejarles con el original prometido, y con las reseñas de Los perdedores y Chuck 3.0.

Y ya termino una entrada que me ha quedado más larga de lo esperado con una canción de esas que impulsan a tirar hacia adelante sin importar la magnitud de los problemas o las dificultades. Sean ustedes buenos, disfruten de las fiestas y por encima de todo, no se rindan. Ya lo decía aquel, hasta la victoria...

No surrender
Outfield

No surrender
Even if it's over
No surrender
Stop pretending
You never cared for me
'Cos I remember
Words that we shared
A promise to keep
If they meant nothing to you
Well they still mean a whole lot to me

And if you tell me
To just walk away
And forget you forever
Then all I would say
Is no surrender

Even if you leave me
No surrender
Stop pretending
You never said those things
'Cos I remember
I remember
One small mistake
Turned into a crime
Oh but if I take the blame
You can go but I won't say goodbye

And if you tell me
To just walk away
And forget you forever
Then all I would say
Is no surrender

And if you tell me
To just walk away
And forget you forever
Then all I would say
Is no surrender