miércoles, diciembre 08, 2010

Los Muertos Vivientes: El inicio del viaje

Rick Grimes (Andrew Lincoln) es oficial de policía en la pequeña localidad de Cynthiana, Kentucky. Entre bromas y charlas con su compañero y amigo Shane Walsh(Jon Bernthal) reciben la llamada del deber, un coche a la fuga cuyos componentes están armados y son peligrosos. La pareja emprende la persecución y tras interceptar el vehículo se entabla un tiroteo del que Rick saldrá gravemente herido. Trasladado al hospital y sedado Rick despierta después de un lapso indeterminado de tiempo para encontrarse solo, desorientado y rodeado de un caos repleto de muerte y destrucción. El mundo se ha ido al garete mientras Rick estaba en coma...


De regreso a su hogar, también vacío y abandonado, Grimes conoce a sus nuevos vecinos, un padre y su hijo que han ocupado la casa contigua y que le desvelan la aterradora nueva realidad. Por causas desconocidas los muertos vuelven a la vida y caminan incesantemente atendiendo a la atávica e insaciable necesidad de alimentarse... con carne humana. Un mordisco es fatal al transmitir el mal de los caminantes, y un grupo numeroso de muertos vivientes puede ser una trampa mortal de la que resulte imposible escapar. Rick intenta asimilar ese escenario al tiempo que decide acudir en busca de su mujer y su hijo.


Por su parte, Lori Grimes (Sarah Wayne Callis) y Carl (Chandler Riggs), la familia de Rick, están con un grupo de supervivientes liderado por Shane, un variopinto grupo en el que destaca el sensato y comprensivo Dale Horvath (Jeffrey deMunn), la decidida y resuelta Andrea (Laurie Holden) y Glenn (Steven Yeun), un muchacho lleno de recursos que resulta vital para la supervivencia del grupo por sus habilidades a la hora de manejarse en entornos llenos de caminantes. La búsqueda de uno y las necesidades de los otros acabarán confluyendo en una Atlanta devastada y atestada de muertos vivientes. Quién vivirá y quién morirá en un mundo que ya nunca más será el que fue y en el que los días pasados resultan una burla por la mortal e inmisericorde nueva realidad será tan sólo una de las preocupaciones que nuestros protagonistas deberán afrontar todos y cada uno de los días del resto de su vida, una vida corta y brutal que les conducirá a un fin inevitable en medio de una gran agonía (Jenner dixit).


Nos encontramos ante uno de los fenómenos televisivos de la temporada, una cuidada producción basada en el cómic homónimo que desde el primer momento atrajo gran atención mediática y que se ha confirmado como un éxito sin paliativos, tanto de crítica como de público, lo que ya le ha garantizado una segunda temporada con el doble de episodios. El encargado de impulsar el proyecto y darle forma ha sido el escritor y director Frank Darabont, cineasta con gran amor por las historias de género y con gran habilidad a la hora de desarrollar historias de personaje que nos ha dejado obras como Cadena perpétua, La milla verde o La niebla. La implicación de Darabont ha sido muy importante para la culminación del proyecto, pues a sus labores de producción (que han otorgado un plus de calidad a la serie) hay que sumar la dirección del primer capítulo y la coescritura de los tres primeros. En este aspecto cabe señalar que Robert Kirkman, padre del invento, es el encargado de escribir en solitario el cuarto episodio.


Además de su habitual sello de calidad, Darabont ha aportado a la serie algunos rostros reconocibles y habituales en su filmografía para complementar a los protagonistas, Lincoln y Callis, ambos con sólidas trayectorias en televisión (Las voces de los muertos, Prison Break) y que ofrecen un potente retrato de la pareja protagonista. Así, DeMunn y Holden han colaborado ya en The Majestic y La niebla, mientras que el primero también participó en Cadena Perpetua y La milla verde). Un cast de lujo para una serie de televisión al que hay que sumar las apariciones estelares con papeles de peso de actores como Michael Rooker, Norman Reedus o Noah Emmerich.


Pero en una producción de estas características la otra estrella es sin duda la ambientación, el encargado de hacernos creer que los muertos caminan y que un bocado de sus pútridas fauces nos llevará al otro lado de forma irremediable, algo a lo que contribuye con su legendario buen hacer Greg Nicotero y su equipo de especialistas de maquillaje. El último apartado artístico de esta primera temporada que me gustaría destacar es el de la banda sonora, que cuenta con el talento de Bear McCreary para orquestar una banda sonora tensa, angustiosa por momentos y con una capacidad para crear estados de ánimo entre la melancolía y la tristeza verdaderamente notable y que nos recuerda algunos de sus mejores momentos en Battlestar Galactica.


Por ir resumiendo, nos encontramos ante un gran arranque de una serie de televisión que por el momento tiene ante sí un gran futuro y muchas posibilidades. Ha atraído la atención de miles de espectadores que nunca habrían considerado ver una peli de zombies y para los que el gore de ciertas escenas pueda resultar excesivo, sin descuidar a los seguidores hard de la serie de comic que encuentran los suficientes elementos en la adaptación como pare reconocer a los personajes que ha aprendido a querer y apreciar así como las novedades suficientes como para que el visionado de la serie no aburra y se convierta en una transposición literal de la historia impresa. Por mi parte he devorado los seis capítulos en dos sentadas y he encontrado elementos suficientes como para convertir la serie en otra de mis must see para el año que viene. Espero que el amigo Darabont mantenga el tirón y sepa nadar entre dos aguas tan peligrosas como la de los seguidores acérrimos de lo zombi y del comic y las audiencias generalistas. Por el momento, creo que lo ha conseguido.


3 comentarios:

Osukaru dijo...

Sí, sí y siiiiiiiiiiií!.

Mirims dijo...

La histproa xula, los zombis muy bienos... Però siento decir que los personajes son fatales. El protagonista sin sangre en las venas, flojo, poca cosa.Su mujer... sin comentarios mala, mala, mala.
El único que me gusta es el de la ballesta
En fin es mi humilde opinión

Plissken dijo...

Osukaru, oh yeah!!!!

Mirims, y tu opinión vale tanto como la mía, coñe. Yo creo que han lanzado la serie a medio gas y que con el doble de capítulos podrán desarrollar algo más a los personajes. Para mí lo peor es la Tancredi, perdón, la mujer de Rick, que pone unas caras entre el apoyo y el desencajamiento brutales. A ver cómo va la segunda temporada.

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