Lunes obrero

Hoy es el día del trabajador, y lo conmemoramos rascándonos los huevecillos, como debe ser. Tercera semana consecutiva en que por unas cosas u otras trabajo menos de lo normal, y, demonios, me estoy acostumbrando. Para ilustrar lunes tan señalado, nada mejor que una canción reivindicativa que aliente el espíritu del día. No comulgo al cien por cien con ella, pero si todos lucháramos unidos por un trabajo digno, con condiciones salariales que nos permitiesen acceder a una vivienda en condiciones… Suena muy burgués, sí, pero es un buen comienzo. Hasta que la revolución nos alcance, tocaremos las pelotas a los jerifaltes de la única manera posible, subiéndonos nuestro sueldo mediante gabelas indirectas y amargándonos lo menos posible. A esto le sumamos que redescubrí mi viejo grito de guerra del instituto tras el visionado de V de Vendetta [El sistema oprime, la Anarquía libera, ¡¡Viva Espronceda!!. Delirios de juventud.] y que estoy recopilando datos sobre fabricación de regalitos caseros. No diré nada más sin la presencia de mis abogados.

¿Os he dicho ya que el año que viene empiezo a estudiar las oposiciones de secundaria?

Marcha triunfal / A las barricadas
Arreglos de Ángel Miret, adaptación de la letra al español Valeriano Orobón Fernández sobre el original de Waclaw Swiecicki.

Negras tormentas agitan los aires,
nubes oscuras nos impiden ver,
aunque nos espere el dolor y la muerte,
contra el enemigo nos manda el deber.
El bien más preciado es la libertad.
Hay que defenderla con fe y con valor.


Alza la bandera revolucionaria
que del triunfo sin cesar nos lleva en pos.
Alza la bandera revolucionaria
que del triunfo sin cesar nos lleva en pos.


¡En pie pueblo obrero, a la batalla!
¡Hay que derrocar a la reacción!
¡A las barricadas! ¡A las barricadas
por el triunfo de la Confederación!
¡A las barricadas! ¡A las barricadas
por el triunfo de la Confederación!