Hoy es un día de luto para un servidor. Desde las páginas del País digital me llega la noticia del fallecimiento de Kurt Vonnegut, una de las plumas más inteligentes, cáusticas e interesantes del panorama literario yanqui de los últimos cuarenta años.
Llegué a conocerle hace más de una década a través de sus adaptaciones al cine, principalmente la muy atractiva Madre Noche y la marciana El desayuno de los campeones (en ambas intervino Nick Nolte, por cierto), pero no fue hasta unos años después que me sumergí de lleno en el peculiar universo creativo de mr. Vonnegut con Matadero Cinco (o La cruzada de los niños), una elaborada fábula que recreaba el bombardeo aliado de la ciudad industrial de Dresde, acción que culminó con la total destrucción de la ciudad y la aniquilación de decenas de miles de personas, en su mayoría civiles. Kurt Vonnegut vivió en primera persona el suceso, ya que se hallaba en la ciudad prisionero de los nazis y sobrevivió gracias a que se guarecieron en un refugio. La narración fragmentada temporalmente que va y viene mezclando pasado con futuro, la introducción de elementos fantásticos que sirven para acentuar la sátira de la sociedad (los alienígenas del planeta Trafalmadore) y el empleo de personajes y elementos recurrentes en su producción literaria (como el lunático escritor Kilgore Traut, autor de cientos de novelas de ciencia ficción pulp y verdadero trasunto de Vonnegut, tanto que falleció en la novela Timequake de 1997, con 84 años de edad) me engancharon. Por encima de todo, si por algo destacaría su estilo y lo diferenciaría de otras voces de la contracultura de la época, es su afilado sentido del humor, una ironía negra como la noche y una simpatía sincera por sus personajes y sus contradicciones, la única forma de conciliar al autor con un mundo que quería cambiar a toda costa. Y fue ese humor negrísimo y esa sátira misericordiosa con sus personajes e inmisericorde con las situaciones, la que me convirtió en un seguidor de Vonnegut de por vida. Lamentablemente muchas de sus obras están descatalogadas en el mercado español (algo que a buen seguro el espabilado de turno arreglará con una oportunista Biblioteca Vonnegut), y sólo me ha sido posible conseguirlas a través de librerías de viejo. La ciencia ficción cínica y desencantada de Galápagos o Las sirenas de Titán (obras estas disponibles gracias al catálogo de Minotauro), la fábula de espionaje y política ficción Madre Noche o la crítica sobre la descomposición acelerada de la actual sociedad norteamericana de El desayuno de los campeones (puede que aun disponible por Anagrama) son obras que merecen y deberían ser leídas. Por si fuera poco, con 84 años este hombre aún fue capaz de concebir con Un hombre sin patria -su último trabajo publicado aquí por Ediciones del Bronce- una lúcida reflexión sobre su país y sus compatriotas, sobre la clase dirigente que les desgobierna. Sereno, lúcido y sin nada que temer, profundamente humanista, ese fue Kurt Vonnegut, genio y figura…
Su página web está momentáneamente cerrada, pero pueden visitar esta otra donde hay una extensa recopilación de su vida y obra.
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