Diario de guerra del Salón : Domingo

Después de los tres intensos días precedentes la última jornada vino marcada por tres factores muy importantes: el cansancio que arrastrábamos todos por el ajetreo acumulado, la tristeza de saber que en unas horas ya no veríamos durante unos meses a los amiguicos, y la satisfacción de haber cumplido con todos los objetivos previos al viaje. Pero haciendo honor al no se vayan todavía, aún hay más, nos quedaba para rematar la faena las sesiones de firmas de la mañana, que se presentaban muy interesantes.

Para empezar, la cola de Amanda Conner, en la que nos situamos Miss Sparks y yo llenos de ilusión, ya que Amanda, amen de su enorme simpatía y encanto personales hace unos dibujos muy chulos para los aficionados. El caso es que, aunque rebajando un poco el listón para llegar a más aficionados, hacía unos sketch realmente chulos, con lo que nos fuimos más contentos que unas castañuelas cada uno con nuestro dibujo personalizado. Además, se constato de nuevo la máxima de que las chicas suelen conseguir mejores dibujos, por aquello de que son pocas las aficionadas que hacen colas -aunque cada vez más, todo hay que decirlo- y hay que mimarlas. Además, le pedimos una fotico de recuerdo y no sólo posó simpatiquísima sino que juntó su cabecita con la nuestra en un gesto de complicidad que no recuerdo en casi ningún otro autor. Una pasada que, junto con haber podido conocer a Chaykin está entre lo más destacable de este Salón para un servidor.

(Jimmy Palmiotti, marido de Amanda, durante se sesión de firmas conjunta del domingo por la mañana. Éste buen hombre se me escapó, y eso que tengo un montón de tebeos suyos, aunque la mayoría guionizados, curiosamente.)

(Simpática, guapa, accesible... ¿Se nota que me he enamorado de esta mujer? ¡Y encima dibuja!)

La mañana murió en el stand de Planeta, donde la Inquisición Española hacía de las suyas, y sendas colas para David López y Daniel Acuña se vieron cumplidamente recompensadas. A la Catwoman de López añadí -por fin- una sensual Phantom Lady de un Acuña que se tomaba su tiempo para dar profundidad al dibujo. Guapa de verdad. Y las despedidas, las tristes despedidas, que como siempre llegan al final de estos salones. Entre medio quedan los saludos fugaces, los nervios, el ajetreo y la excitación que, por muchos años que pasen, uno no deja de experimentar cada vez que cruza las puertas de un Salón como este, el umbral a un mundo de fantasía y sueños compartidos.

Saludos a la panda (Oscar, Miguel, Milo, Jesus, Adri, Pablo, Juan, Bea y Edu), a Jorge Iván (sí, nos vimos, pero muy fugazmente, ¡y ya hasta septiembre!), a los amigos de Saturno Ediciones Alberto y Sergio (ya en sus librerías habituales Godland y Perhapnauts, ¡no se los pierdan!), a Oscar y Xavi, coleccionistas de arte original y caza-dibujos como nosotros mismos (espero ese enlace, caballero), a Miguel-yo-vi-la-pelea-en-vivo y a todos los que no pudieron asistir a este Salón (os echamos de menos, chicos, aquí no nos olvidamos de nadie).

Y por un año, que conste, la sensación que me queda es...

¡¡¡EL AÑO QUE VIENE NO ME LO QUIERO PERDER!!!