domingo, febrero 01, 2009

Chuck: Alias meets Friends

Chuck Bartowsky (Zachary Levi) es un veintañero adicto a la cultura popular en sus más variadas formas y un auténtico manitas. Su habilidad como técnico de reparaciones le ha permitido conseguir un puesto de trabajo en la Guarida del Empollón del Compramás, un hiper dedicado a los electrodomésticos y a la electrónica en el que también trabaja Morgan (Joshua Gomez), su mejor amigo, confidente y compañero casi a tiempo completo. La pareja de colegas formada por Morgan y Chuck se extiende hasta a la vida hogareña del segundo, ya que Morgan pasa casí más tiempo en casa de los Bartowsky que en la suya propia, lo que no hace excesivamente feliz a Ellie (Sarah Lancaster), hermana de Chuck y compañera de piso. La existencia de Chuck se reparte entre las sesiones de cine o de videojuegos con Morgan y los rituales de la vida cotidiana con Ellie con los que ambos han superado el fallecimiento de sus padres.


Pero al margen de su situación familiar de jóvenes huérfanos emancipados, no todo es de color de rosas en la vida de Chuck Bartowsky. Años atrás fue expulsado de la Universidad de Stanford tras la denuncia de su compañero de habitación, Bryce Larkin (Matthew Bomer), de que Chuck había copiado en un examen. Por si fuera poco, el propio Larkin había roto la relación entre Bartowsky y su novia de toda la vida, dejando a Chuck compuesto, sin posibilidad de graduarse y sin novia. Pero Bryce, agente de la CIA fugitivo en problemas, no ha olvidado a Chuck y por ello en su momento de máxima necesidad recurre a su antiguo compañero y amigo enviándole los archivos que acaba de sustraer de un superordenador de la CIA. Chuck abre el mail enviado por Larkin sin sospechar que su vida está a punto de cambiar para siempre y su cerebro absorbe en una noche el millón de imágenes con información clasificada asociada a cada una de ellas que Bryce ha sustraído a la CIA.


Desde ese momento Chuck Bartowsky se convierte en el tío más peligroso del planeta al manejar de forma subconsciente toda la información recogida durante años por las agencias de espionaje mundiales y al mismo tiempo en la herramienta más útil para los cuerpos de seguridad hasta que se arregle el dichoso superordenador. Esa doble vertiente de la situación se refleja en los agentes enviados, primero a descubrir quién es Bartowsky, luego a vigilarle y finalmente a proteger su anonimato y su bienestar físico. Por parte de la CIA, la sensual y letal Sarah Walker (Yvonne Strahovski), antiguo interés sentimental de Larkin, será la encargada de vigilar de cerca a Chuck, mientras que la Agencia Nacional de Seguridad envía al adusto, no menos letal y brusco John Casey (Adam Baldwin).


Dispuestas todas estas piezas sobre el tablero, la vida de Chuck se convierte en una auténtica locura en la que debe lidiar con su vida familiar y con su trabajo, impedir que las corruptelas y peligros del espionaje salpiquen a sus seres queridos y escapar de todos aquellos espias o agencias internacionales que quieran acceder a la información que acumula en su cerebro y que, respondiendo a estímulos aleatorios, desvela desde tramas de tráfico de armas a escala planetaria hasta complots para asesinar a miembros de la cúpula militar norteamericana, algo para lo que, afortundamente, cuenta con dos de los mejores espías del país.


Me resistía a empezar a ver otra serie abierta, por temor a sumar otra adicción catódica más a la cada vez más recargada lista de series de obligada visión para un servidor, aunque finalmente decidí darle una oportunidad a Chuck... Y no puedo estar más contento de haberlo hecho. Para empezar, el protagonista encajaría dentro de una reunión de colegas de muchos de los lectores de este blog. Aficionado al Call of Duty, a Star Wars, Dune, Tron u Old Boy, preocupado por su familia y amigos, cumplidor en el trabajo, Chuck es el exponente perfecto de tío normal que se ve envuelto contra su voluntad en una serie de problemas que le superan ampliamente, y con el que por tanto resulta fácil empatizar. El reparto de secundarios que oscilan a su alrededor resulta glorioso: la adorable hermana y su novio, el capitán asombroso (Ryan McPartlin), el colega a veces cargante pero que está siempre ahí, para lo bueno y para lo malo -aunque a veces lo malo lo haya provocado él, pero, hey, la amistad no es perfecta-, la plantilla del Compramás, desde los frikis asociales y absurdos pasando por el compañero trepa y llegando al obeso y malhumorado Big Mike que intenta dirigir aquel sindios de la forma más tranquila para todos.


Además de este variopinto plantel que permite variar un tanto las situaciones presentadas en cada capítulo -por lo general autoconclusivas-, son Walker y Casey los que roban la función como guardaespaldas de Chuck en la mayoría de ocasiones en las que aparecen. Sarah establece desde el primer momento una difícil relación con el muchacho a medio camino entre el deber, la simpatía y la química sexual, jugando con el equívoco y con el modo en que los demás perciben su relación estrictamente profesional. Casey -al que reencuentro en un papel carismático y del que me he quedado prendado, tras ponerlos en mi olimpo televisivo años atrás por su papel de Jayne, el no menos capullo y rudo pistolero de Firefly-, por contra, es el capullo cuadriculado que sigue órdenes ciegamente y para el que servir a su país es la máxima aspiración a la que dedicar su vida. La rivalidad entre agencias y agentes se traslada al modo en que tratan al muchacho, y entre los tres se crea una química televisiva espectacular que ofrece tanto descacharrantes momentos propios de la mejor comedia de enredo como tensas situaciones de peligro y acción en que alguno de los vértices de ese peculiar triángulo debe sacar las castañas del fuego a los demás.


El tono cómico, jocoso y festivo de la serie se agradece bastante en estos tiempos en que prácticamente todo lo que sigo resulta angustioso, tenso, deprimente o dramático, y el hecho de ser capítulos autoconclusivos ayuda a verlos de dos en dos pero sin la compulsión con que devoro, por ejemplo, las temporadas de Perdidos. Es una serie que te deja buen cuerpo, repleta de momentos cómicos bastante conseguidos, de secuencias de acción más que aparentes para una serie de estas características y con toda una serie de guiños cinéfilos (desde las referencias continuas a Casablanca hasta el baile del gusano de Dune) y de bromas a costa del género de espias que convierten el visionado de esta serie en una auténtica fiesta salva-días-chungos.

4 comentarios:

Oscar_Bcn dijo...

Hace tiempo que vengo recomendando esta serie a todo el que me cruzo por delante y si no fuera por mi poco tiempo y mi vagancia a la hora de postear en mi blog ya le habia dedicado un post aunque no tan extenso y completo como el suyo sr. plissken. Vistas las dos temporadas y a falta de mas episodios no puedo dejar de identificarme con CHUCK y con su nutridas referencias al mundo friki. Y por que negarlo a excepcion de la General Diane Beckman toda chica que sale sea amiga o enemiga es de un atractivo sublime. Solo una cosa por ser quisquilloso y es que solo esta muerta la madre de CHUCK y ELLIE el padre los abandonó cuando eran pequeños.

JE JE JE JE
Un saludo desde BCN

Plissken dijo...

De quisquilloso nada, Óscar, puntualización más que correcta para definir a la perfección la profunda relación que los Bartowsky tienen entre ellos, de lo mejorcito de la serie, ese amor fraterno incondicional. Por lo demás, me alegra tenerte por aquí, ya que llevabas un tiempo desaparecidillo, jejeje, pero me imagino que habrás andado liado ;D A ver cuándo aparece la segunda temporada de la serie doblada y la devoro con ganas. ¡Un abrazo, Óscar, y saludos a la familia!

Oneyros dijo...

Me encanta esta serie, empece a verla por ver cosas nuevas justo cuando se estreno en USA y aunque al principio no me convencio, el segundo o tercer capitulo ya me engancho para siempre. Es una serie que no deja de sorprender y entretiene continuamente. Ademas a mi me parece muy pero que muy original.
La segunda temporada es muchisimo mejor que la primera Plissken, no es por joder XD. Deberias verla sin doblar que es excelente!
Un abrazo

Plissken dijo...

Diantre, Oneyros, ahora los dientes ya están rallando el teclado de lo largos que los tengo. A pesar de todo, aguantaré el tirón, más que nada porque miss Sparks lleva regular lo de los subs y lo hemos reducido a las series imprescindibles: Lost, Galactica y Heroes. Pero, jo, que ganas de saber como sigue la historia de Chuck, Walker y Casey ;D

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