Dead Space. Perdición: En el vacío nadie oye tus gritos

El navío USG Ishimura, de vastas dimensiones y dedicado a la prospección minera a escala planetaria -es un "desmenuza planetas"- se haya sobre la colonia de Aegis VII realizando excavaciones sobre el terreno. En el curso de una de esas prospecciones la tripulación del Ishimura descubre un extraño objeto enterrado a gran profundidad, una especie de obelisco con extrañas inscripciones de origen desconocido y del que parece emanar una extraña e inclasificable energía. Hasta el lugar donde el artefacto ha sido encontrado se desplazan el Capitán Mathius, líder de la expedición y ferviente seguidor de la iglesia de la Unitología, el Doctor Kyne, jefe médico y científico del Ishimura, y Alissa Vincent, la encargada de la seguridad a bordo del navío. Pese a la reticencia y a las objeciones de Vincent, el obelisco es transportado hasta la bahía de carga del gigantesco desmenuza planetas. Algo despierta bajo los colonos de Aegis VII...

Mientras que los científicos del Ishimura examinan infructuosamente el objeto, en la colonia de Aegis VII comienza a detectarse una serie de acontecimientos fuera de lo normal. Los colonos comienzan a padecer alucionaciones en las que ven el obelisco y lo comienzan a identificar como un mítico artefacto descrito por los Unitologistas como una especie de faro que permitiría a la humanidad contactar con el plano divino. Las visiones perturban el comportamiento de los colonos hasta el punto que los suicidios y los asesinatos violentos comienzan a producirse indiscriminadamente. La colonia se convierte en un infierno en la tierra en el que quizá haya algo más que seres humanos masacrándose entre sí.

Al tiempo que esa ola de locura se va contaminando a la tripulación del Ishimura, y una brecha de la seguridad permite que un colono contaminado lleve la maldición de Aegis hasta el espacio, las dudas del Dr. Kyne sobre el Artefacto se transmiten al resto de la tripulación, que observan como el civilizado capitán Mathius se torna en poco menos que en un psicótico iluminado. Alissa Vincent tendrá que afrontar un conato de motín a bordo de un navío en el que sus cientos de tripulantes están siendo mutilados, destripados y degollados y sus cadáveres transformados en grotescas criaturas de inusual fuerza y casi imparable resistencia. Junto con un puñado de voluntarios Alissa Vincent afrontará su peculiar camino de descenso al infierno en busca de una cada vez más incierta salvación y de una mínima posibilidad de huída que arroje algo de esperanza a los humanos supervivientes del Ishimura.

A modo de prólogo extendido del videojuego Dead Space nos llega este largo de animación con un altísimo contenido de violencia explícita y escenas gore que narra los hechos inmediatamente anteriores al inicio del citado juego, y en el que destaca el detalle del doblaje en su versión original, que cuenta con las voces de Kelly Hu, Bruce Boxleitner o Maurice LaMarche, quien en Futurama pone voz a multitud de secundarios. La película, editada en DVD y Blue Ray directamente, supone el complemento perfecto para los que han disfrutado de la aterradora experiencia de pasear por los angostos pasillos del Ishimura y enfrentarse a las numerosas y letales criaturas que allí se escondían. Son muchos los tópicos que se acumulan en sus parcos setenta minutos, desde la contaminación fortuita que tiene lugar en la colonia cercana y que se transmite a velocidad de vértigo por la nave hasta la desesperada huída de los escasos supervivientes en busca de un destino incierto. Con una estética que remite tanto a la saga de Alien como a Horizonte Final, y unas criaturas que parecen salidas de La cosa, los escenarios y personajes descritos en el juego encuentran aquí un desarrollo algo más profundo, como es el caso del Dr. Kyne o del Capitán Mathius.

Como película independiente resulta bastante insatisfactoria, dado el esquematismo a la hora de plantear los personajes principales (muchos de ellos cadáveres a los dos minutos de aparecer en pantalla), la acumulación de tópicos del género de terror que facilita la transición de una situación a otra sin necesidad de excesivas causalidades y la dependencia respecto del conocimiento adquirido por el jugador sobre la nave y sus anteriores ocupantes. Por contra, para todos aquellos que como yo hayan pasado unas horas (en mi caso 25, con dos vueltas y media al argumento) a bordo del Ishimura repartiendo leña a bichos de toda clase y condición, van a pasar un buen rato viendo las localizaciones familiares ya visitadas durante el tiempo de juego. También lo van a pasar mal con unas secuencias que no hurtan la sangre y las vísceras para transmitir el horror y la desesperación de la situación, algo que personalmente no había visto en animación salvo en contadas ocasiones. Sustos, monstruos, acción, personajes duros de una pieza y determinación férrea. He gastado setenta minutos de mi vida en engendros mucho peores que este, la verdad.