martes, noviembre 29, 2005

La edad del pavo del mago

Este fin de semana fuimos a ver Harry Potter y el Cáliz de Fuego, la cuarta peripecia fílmica de ese plagio del Tim Hunter creado por Neil Gaiman para sus Books of Magic y que está llenando de euros crujientes los bolsillos de J. K. Rowling. En el fondo lo que siento es envidia. En el fondo lo que siento es ansia de emulación.
Pero vayamos al sunto. Esta película (digo película porque aún no me he puesto con los libros, uno tiene una reserva de tiempo muy limitada y debe ser muy selectivo con lo que puede leer, aunque los tengo en la eterna recámara de los-leeré-en-cacaciones-o-cuando-me-toque-la-loteria) es más de lo mismo. A aquellos que disfrutaron con las tres previas poco hay que decirles. Los protagonistas han crecido, hay nuevos profesores y una nueva-pero-vieja oscura y ominosa amenaza se cierne sobre este Harry Potter sin espinillas pero en plena edad del pavo, que se enamora, sufre por desamor, se pelea con sus colegas, sufre de ostracismo e incomprensión por parte de compañeros y profesores... Del manual de estilo de Peter Parker/Spiderman, oigan. Hay dragones, sirenas, pulpillos monstruosos, un laberinto con doppelgangers como si del capítulo final de Twin Peaks se tratara... En fin, que pese a durar 150 minutazos, los fans de la saga disfrutarán de lo lindo. Los que no... pues sacarán punta a todo o casi todo. Que si Harry es un moñas incapaz de acercarse a la mujer que adora en silencio, que si Ron es un capullín integral, rencoroso y comido por la envidia, que si Hermione es un poco zorrupia y pierde la cabeza por el primer búlgaro cachas que se le pone a tiro. Como digo siempre, para gustos los colores, y cada cual tiene su opinión.
La mía. Que esta cuarta entrega viene a ser El imperio Contraataca de Harry Potter, por su temática algo más adulta y enfocada a una trama donde ya no prima tanto ver un partido de quidditch de 15 minutos, sino ofrecer una visión más amplia de Hogwarths y de sus habitantes. Se presta poca atención a los profesores ya conocidos para presentar a otros nuevos, se profundiza en algunos alumnos, como los hermanos de Ron o el herborista, y se nos dan a conocer detalles del background de ese mundillo de magos burocratizados (con sus ministerios, juzgados y prisiones) y mortífagos malévolos y taimados... Se nota la mano del director británico Mike Newell en esa narración que huye de la espectacularidad fácil (sin que ésta esté ausente: las tres pruebas están rodadas con ritmo y claridad, y la confrontación final resulta de una sobriedad emotiva e intensa) para contar con buen pulso la historia, cuyo máximo aliciente es sentar las bases de lo que vendrá. John Williams ofrece lo mismo de siempre en él, que es una partitura reconocible para la serie pero con los temas incidentales muy bien conseguidos e integrados con lo que estamos viendo. Los actores están bien en general, aunque Ron tenga esa cara de eterno compungido que dan ganas de darle un guantazo y Hermione suspira demasiado y pone cara de alelada (que no es lo mismo que enamorada, ojo). Harry es zarandeado de aquí para allá a lo largo de todo el metraje, así que su aspecto de empanado-decidido-cuando-hace-falta-pero-atribulado (que ni a posta queda más Peter Parker, señores, ¿seguro que Flash Thompson no es el coleguita de Malfoy?) viene que ni pintado para el papel. Me da un poco de miedo el futuro fílmico de la saga, ya que no sé cómo le sentará un cambio general en el terceto protagonista. O ruedan tres películas seguidas o éstos no pasan por quinceañeros ni con la audiencia ebria de whisky de malta. Entre las nuevas incorporaciones cabe resaltar a las srtas DelaCoeur y sus compañeras, y al siempre espléndido Brendan Gleeson, sobreactuando a placer, registro en el que se encuentra muy a gusto, y que aquí interpreta a Alistair Moody, un muy peculiar caza-mortífagos.
Mención aparte para mí merece el epílogo de la película. Resuelta momentáneamente la situación todo queda en un impass, en una situación que deberá ser resuelta en venideras entregas, y donde ya se van perfilando claramente los jugadores que militarán en cada bando a la hora del enfrentamiento final. Y con ese panorama de fondo, Dumbledore le dice a Harry algo así: "Se acercan tiempos difíciles. Pronto todos tendremos que elegir entre lo que es correcto y lo que es fácil. Pero no tengas miedo, porque no estarás sólo. Siempre podrás contar con tus amigos".
Y eso en verdad es algo maravilloso.

2 comentarios:

Pep dijo...

Esa foto final ¿es la prueba de que Harry se convierte en Jedi? ¿No tenían bastante con fusionar Los Libros de la Magia con La Bruja Novata?

Jujuju, es broma... bueno, medio-broma...

Pamplonauta # 1 dijo...

A ver, de dónde te has copiado esa crítica, del Fotogramas... te paga la productora para eso... estás patrocinado... borracho quizá?

No se, pero como quiera que te conozco y se que eres buena persona y que no escribes este blog (al que pienso entrar para llevarte la contraria a diario, por lo menos hasta que publiquemos juntos lo que tu ya sabes)para mentir de la manera más vil, llego a la conclusión de que has visto la versión extendida de "Harrypottercuatro". O eso o tenías sentada al lado a la Rowling explicandote lo que en la peli NO OCURRE.

Porque eso del Harry enamorado... enamorado de quién, porque el tío no dice ni media. Y lo de presentar nuevos personajes... pues que quieres que te diga, no me acuerdo del nombre ni de los que llevan saliendo 4 pelis. MAdurez: 0, de Mike Newell no hablo, que es un lerdo, y de los actores, pues Harry es un tontolhaba que tiene voz de niño de 12 años tartamudo, el oxidado es muy feo, y la niña lista parece no creerse ni dónde está. De los secundarios, ni hablo. Bueno si, los gemelos son como los trillizos de "El castañazo" pero en rubio, el búlgaro pega risa, las golfas francesitas son horrorosas, la profesora esa fea larguirucha es una mierda... en fin, un desastre.

Pero lo peor es QUE NO PASA NADA. No hay trama, es una chorrada, larga como la voluntad del Señor, pero al final lo único que queda claro es que el "genio" supera las pruebas haciendo el gañán y poco más.

Y la frasecita de elegir entre lo correcto y lo fácil.. ya huele, hombre, ya huele.

(P.D.- para forrarse como la Rowling hay que escribir libros, no blogs, así que ya sabes... ale, un beso)

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