Bucólica y nevada estampa de un pueblecito yanqui. Un chaval tímido y al parecer poco popular bebe los vientos por la tía más guapa del instituto a la vez que sufre las bromas del guaperas deportista de turno. Si alguien mencionara en esos momentos los apellidos Watson, Parker o Thompson me lo hubiese creído a pies juntillas. A resultas de una de esas bromas, el atormentado chaval, de nombre David Rice, sufre un desgraciado accidente que pone en serio peligro su vida. Sólo la subita aparición del chaval a kilómetros de distancia del lugar del accidente logrará salvar su vida, a costa de plantearle nuevos y acuciantes interrogantes. ¿Cómo es posible salvar en un instante distancias enormes y aparecer repentinamente en determinados lugares? David buscará una nueva vida lejos de su hogar destrozado haciendo buen -o mal, según se mire- uso de sus nuevas habilidades, realizando visitas a horas intempestivas a lugares tan interesantes como cámaras acorazadas de bancos de todo el mundo.
Ya crecidito y con la cara de Annakin Skywalker vemos como la vida de Rice es la realización de todas las fantasías que una mente adolescente puede alimentar. Guapo, con dinero a espuertas y un piso de lujo, David va a donde le viene en gana: se toma una pinta en un pub de Londres donde conoce a la chica más hermosa del lugar, se compra un burrito en Mexico y se lo come sentadito encima de la mismísima Esfinge de Gizeh. Ese tío mola y mola mucho. Pero un rastro mínimo y lento, pero continuo a lo largo de los años deja huella, y los saltos espaciales de David llamarán la atención tanto de otro chaval con sus mismas habilidades, Griffin (Billy Elliot haciendo el papel de cínico y traumatizado héroe consciente de las responsabilidades y problemas que acarrea ser un jumper y blablabla) como de un cabrón mata Jumpers con cara de Sam. L. Jackson y pinta de pasárselo realmente bien en una peli en la que tiene que visitar localizaciones exóticas, usar gadgets de última tecnología de efectos letales y dirigir con autoridad y mala baba a toda una pléyade de acólitos. Vamos, el entrenamiento perfecto para ser Nick Furia. Para terminar de complicar la vida de David, a éste no se le ocurre otra cosa más que visitar a su antiguo amor secreto, que le reconoce inmediatamente y entre ellos surge el chispazo del amor. Violines por aquí, miraditas por allá, cena romántica en Roma y los problemas típicos para mantener los poderes ocultos jalonan la consolidación de la relación entre el teleportador y la inevitable chica-rehén. Tras el interludio romántico la historia de los poderes de Rice y Griffin así como de la misteriosa organización a la que pertenece Roland (Jackson) se clarificará un poco y hará confluir a todos los personajes hacia un impecablemente espectacular climax que recorrerá los cinco continentes.
Ensalada de referencias al cine de superhéroes y a las comedias románticas adolescentes en esta película dirigida por Doug Lyman y protagonizada por Hayden Christensen en su primer protagonista consistente, Rachel Bilson (muy fogueada en papeles de interés romántico por su intervención en la serie The O. C.), Samuel L. Jackson y Jamie Bell, ya muy lejos del papel de niño rebelde con zapatillas de ballet en edad, que no en espíritu, ya que a este chaval le vienen como anillo al dedo los papeles de muchacho rebelde pero simpático y con un punto de agresividad contenida. Todos ellos se lo pasan pipa en un tebeo de superhéroes que sigue las reglas del género al pie de la letra, empezando por la génesis del héroe protagonista con descubrimiento traumático de sus poderes y situación personal y familiar problemática, presentación de elenco de personajes al uso (la chica, el malo carismático, el colega molón pero de carácter difícil), nudo un tanto irregular por el peso que se le da a la manida -pero seguramente necesaria para captar algo de cuota de pantalla femenina- historia de amor, y espectacular desenlace en que los conflictos y tensiones planteados a lo largo de la cinta tienene un espectacular y catártico -por violento y liberador- desenlace.
Buena parte del mérito de haber conseguido una genuina película de superhéroes totalmente ajena a un referente previo (aunque los homenajes a conceptos ya existentes son obvios, empezando por el poder de Rondador Nocturno y terminando por las típicas organizaciones con aviesas intenciones, tan numerosos y queridas como recurso antagónico) se debe al guionista David S. Goyer, que además de haber escrito la trilogía de Blade, Batman Begins o Nick Furia (sí, sí, la peli protagonizada por David Hasselffol cuenta con guión suyo) realizó los guiones de la JSA junto a Geoff Johns durante más de cuatro años. Se nota un didactismo muy efectivo en los mecanismos narrativos del film empleados para explicar las limitaciones del poder del personajes, sus costumbres, sus recursos de escape, de modo que el público al que el film va dirigido -principalmente adolescentes y no necesariamente lectores de comics- no se pierda en ningún momento. Precisamente ese exceso de didactismo, amen de la historia de amor entre Christensen y Bilson son dos de las pegas que encontré durante el visionado de la película, además del final más abierto que recuerdo en años en un producto de estas características y que me deja por un lado claramente insatisfecho y por otro con la sensación de haber visto el primer capítulo de una trilogía no mencionada en ningún lado o el episodio piloto para cine de una futura serie de televisión. El tiempo lo dirá, pues ciertamente la película ha funcionado lo suficientemente bien en taquilla como para que cualquiera de esas dos posibilidades acabe plasmándose.
5 comentarios:
De acuerdo en todo...y el final más abierto que he visto en mucho tiempo
Y el caso es que hasta ese final, la película es un tebeo puro y duro la mar de disfrutable... Haremos una porra, yo digo que se queda en serie ;D
Yo digo que ya tienen apalabrada la 2ª parte
A mí me da que también tienen apalabrada la segunda parte.
En teoría debiera haber sido trilogía, pero el resultado en taquilla ha sido discretito, y creo que se está beneficiando de la falta de estrenos potentes que le hagan sombra. A ver por donde respiran los ejecutivos de la pasta ;D
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