Esta semana se celebraba el 75 cumpleaños de uno del pato animado más famoso de todos los tiempos -con permiso de Lucas-, Donald. El caso es que he encontrado este prehistórico sketch logrado en el Salón de Barcelona del año 2000. Ya he comentado varias veces que aquella fue nuestra primera experiencia salonera, una auténtica pérdida de la virginidad en la que íbamos como cándidos pardillos con los ojos abiertos como platos deambulando por las abarrotadas calles de stands de la Estació de França. Ni planificación, ni autores hot, ni colas, ni listas, ni speechs para camelar a los artistas, ni hostias. Dos jóvenes de provincias con un bloc de dibujo del todo a cien bajo el brazo que aspiraban a conocer a uno de sus autores preferidos y que se encontraron de propina con dos jóvenes dibujantes españoles, uno en lo más alto de su carrera y otro dando sus primeros pasos en el mercado internacional. Puede que no consiguiéramos muchos dibujos, ni que los nombres fueran especialmente deslumbrantes, pero creo que fue el único salón del que disfrutamos cada segundo. El dibujo de hoy, en concreto, pertenece al artista Eduardo Alpuente, por aquel entonces entintador de Óscar Jiménez en Contest of Champions y futuro representante de artistas. Con una sonrisa siempre en el rostro y algo que sólo puede definirse como campechanería Eduardo firmaba y dibujaba lo que le pedían, desde una Bruja Escarlata hasta el sempiterno Son Goku de la muchachada despistada. Sabiendo que Alpuente había trabajado para la Disney realizando diseños y dibujos publicitarios, pues nos pareció divertido pedirle algún personaje de la compañía. Y hoy, nueve años después, un dibujo realizado en una hoja ya un tanto amarillenta con la mejor intención y conservado como oro en paño sirve de humilde recordatorio de cómo un garabato puede llenar de alegría y de ilusión a varias generaciones sin despeinarse.
2 comentarios:
Me vuelvo a quitar el sombrero ante su colección de sketches, me encanta éste!
La verdad es que es simpatiquísimo. Y dibujado entre Son Goku y Son Goku. Un santo, Eduardo...
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