lunes, diciembre 21, 2009

Lunes literario y navideño

Como me ha venido pasando a lo largo de las últimas semanas, y a pesar de tenerlo todo atadito y planeado, la vida me pasa por encima una vez más y me ocupa en mil y un menesteres que dificultan mis labores blogueras, dejando en el tintero cuando menos un sketch de los conseguidos en el pasado Expocomic que compartiré con ustedes en un plazo muy corto y a modo de peculiar regalo navideño adelantado. A los fastos habituales a nivel laboral compartiendo una risa con compañeros de trabajo y colegas de curro (que se parecen pero no son los mismos) y la asistencia al estreno de Avatar, hay que sumar una visita relámpago a la localidad manchega de Mota del Cuervo para recoger un accesit en un certamen literario conocido de los asiduos del blog. Del viaje y sus incidencias tendrán ustedes cumplida cuenta en post inmediato, si no hoy mismo, mañana, y es que esta semana trae otro feliz regalito navideño para miss Sparks y un servidor, una semana de asueto improvisada con los moscosos que no habíamos gastado a lo largo del año y que nos viene de perlas para descansar en nuestros cuarteles de invierno, recargar las pilas, recuperar fuerzas y prepararnos para afrontar con dignidad las ajetreadas fechas que se aproximan. Eso permitirá, al mismo tiempo, recuperar el tiempo perdido y dejarles unas entradas que merezcan el tiempo invertido en su lectura. Igual que hiciera el año pasado, compartiré con ustedes un cuento navideño, seleccionado en el 2007 como finalista y que me retrata como persona incluso más de lo que a mí me gustaría. Ese será mi particular regalo para todos los lectores que con paciencia y respeto aguantar mis neuras y disgresiones habitualmente.

Y poco más me queda por decirles. Las fiestas están a la vuelta de la esquina con sus defensores y sus detractores, con sus excesos y sus terribles contrastes, con su genuina felicidad y su falsa hipocresía. A mí siempre me ha movido un sentimiento especial estas fechas, pero lo cierto es que conmigo Dickens y Capra habían hecho una excelente labor de proselitismo. Disgresión final: ¿Me atreveré a recuperar para la sección Aquellos Maravillosos Años la versión ochentera de Cuento de Navidad? Si el tiempo, las ganas y las indigestiones lo permiten, espero que así sea. Me despido sin más, avisándoles de que Santa Claus Robot está a punto de llegar a la ciudad, así que... ¡tengan mucho cuidado ahí fuera!


The Christmas Song
(Chestnuts Roasting on an Open Fire)

Chestnuts roasting on an open fire,
Jack Frost nipping on your nose,
Yuletide carols being sung by a choir,
And folks dressed up like Eskimos.

Everybody knows a turkey and some mistletoe,
Help to make the season bright.
Tiny tots with their eyes all aglow,
Will find it hard to sleep tonight.

They know that Santa's on his way;
He's loaded lots of toys and goodies on his sleigh.
And every mother's child is going to spy,
To see if reindeer really know how to fly.

And so I'm offering this simple phrase,
To kids from one to ninety-two,
Although its been said many times, many ways,
A very Merry Christmas to you

8 comentarios:

Pep dijo...

Que madrugador! :)

Plissken dijo...

Ya te digo. Llevo dos días seguidos durmiendo diez horicas de sueño cálido y reparador. Preparándome para lo que se avecina... Además, como esta noche es la fiesta lorochenta quiero estar descansado :D -bromaaaaaaaaa, que es el que viene-. ¡Un abrazo, Pep!

Pep dijo...

Jajaja, ya iba a ponerte a caldo antes de acabar de leer hasta el final lo que has puesto!!! :D

Plissken dijo...

Yo sigo sin disfraz y sin ideas. Y ni siquiera tengo camisas hawaianas :C

David dijo...

Felices fiestas igualmente. Cómo ha sonado esa frase final a lo de Hill Street.

Julián Glez. Aréchaga dijo...

Felices Fiestas. Es curioso, yo también tenía pensado poner esta canción en mi blog, pero con la que cae en Madrid he preferido Let it snow.
http://www.youtube.com/watch?v=_dvO-DxkJAU&feature=player_embedded

Plissken dijo...

David, ¡le deseo igualmente una feliz navidad! Lo cierto es que el cierre habitual de cada lunes es un homenaje a Hill Street, alternando entre las frases de despedida de los dos sargentos de la serie (la protectora de Phil Esterhaus y la agresiva de Stan Jablonski). Marca de la casa ;D

Plissken dijo...

Julián, las nevadas y heladas de Madrid no nos pillaron por poco, pero, la verdad, nosotros somos más de temperaturas templadas y me alegro de haber escapado de Madrid antes de convertirse en la nueva Siberia ;D

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