lunes, marzo 19, 2012

Un lunes bárbaro

No me negarán que anoche, cuando muchos de ustedes cogían sus móviles o despertadores y desconectaban la alarma para el día de hoy, festivo en seis comunidades, no anticipaban en cierta manera ese glorioso e indescriptible momento en que uno se medio despierta para ver la hora, se estira perezoso y se vuelve a arropar -en mi caso apartando en el proceso a uno o dos gatos- para dormir una horita más de un más que merecido y reparador sueñecito. Son momentos como ese los que hacen que todos los demás lunes, los del madrugón y cansancio y humor de... valgan la pena, porque, si no los viviéramos no sabríamos apreciar esos pequeños oasis de merecido descanso. Como verán, uno se contenta con poco, aunque a mí, para ser sincero, lo de esta mañana me ha sabido a verdadera gloria.

Y siguiendo con la moderación, y haciendo honor a aquel viejo dicho de que no importa si uno se plantea metas pequeñas para alcanzarlas, pero lo suficientemente grandes como para que el esfuerzo invertido mereciera la pena, la semana pasada planteamos unos objetivos a desarrollar que se cumplieron más que sobradamente, aunque bien es cierto que hubo no poco contenido basado en la imagen por encima del texto. Esta semana les voy a compensar -aunque nunca se sabe, y quizá prefieran las imágenes de gente como Andy Kubert a mis chapas diversas, y no les culparía por ello en absoluto- con una ración extra de letra, incluyendo un micro relato de 999 palabras contadas que ha agotado su limitada vida concursal y una reseña de uno de esos tebeos que me han llegado a emocionar últimamente entre tanto evento desilusionante y tanto hastío por leer lo de siempre, un tebeo bárbaro escrito por uno de mis guionistas favoritos que he podido leer unos meses después de su publicación en España y del que les hablaré, avanzo y aviso, muy entusiasticamente. Y para cerrar el plan de publicación, pues continuaremos con los sketchs y con el caballero Mike McKone, para continuar sacando a la luz alguno de sus dibujos de convención.

Este lunes les voy a dejar con una cancioncilla de la banda Audioslave. Nos hemos pasado la tarde dando un ajetreado paseo en taxi por las calles de Los Angeles junto a Max y Vincent y nos hemos vuelto a quedar embobados con la escena que esta canción ilustra, con el añadido además de que las escenas del clímax en Figueroa con la 7ª estaban rodadas a tres manzanas de donde estuvimos alojados... Yo creo que me dejé una parte muy grande de mi corazón por aquellas tierras... Sean ustedes buenos, malos o regulares pero siempre fieles a sí mismos, improvisen, adáptense sobre la marcha, Darwin, I ching, pero sobre todo, con vistas a su regreso por aquí a la mayor brevedad posible, no olviden tener mucho cuidado ahí fuera.

Shadow on the sun
Collateral

Once upon a time
I was of the mind
To lay your burden down
Leave you where you stood
You believed I could
You'd seen it done before
I could read your thoughts
And tell you what you saw
And never say a word
But now all that is gone
Over with and done
Never to return

And I can tell you why
people die alone
I can tell you I'm
A shadow on the sun

Staring at the loss
Looking for the cause
And never really sure
Nothing but a hole
To live without a soul
And nothing to be learned

And I can tell you why
People go insane
I can show you how
You could do the same
I can tell you why
The end will never come
I can tell you I'm
A shadow on the sun

Shapes of every size
Move behind my eyes
Doors inside my head
Bolted from within
Every drop of flame
Lights a candle in
Memory of the one
Who lived inside my skin

I can tell you why
People go insane
I can show you how
You could do the same
I can tell you why
The end will never come
I can tell you I'm
A shadow on the sun

Shadow on the sun
Shadow on the sun
Shadow on the sun
Shadow on the sun
Shadow on the sun
Shadow on the sun
Shadow on the sun
Shadow on the sun
Sun
Sun



2 comentarios:

Osukaru dijo...

Gran grupo, gran vocalista, gran temazo y película a lo mejor no tan grande, pero sí interesante como poco y que pasó bastante desapercibida por taquilla.

Un perezoso, aunque efusivo, abrazo!.

Plissken dijo...

A mí la peli me gusta mucho, pero es que Mann es uno de mis directores preferidos. Abrazos tardíos, Osukaru!

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