Glubs, Plissken haciendo un poco el cursi. Por ser hoy, y por ser ustedes, aquí les dejo una de esas historias que llegan de mala manera, crepuscular, melancólica y con un final que se clava en el corazón como esa última flecha que lanza el buenazo -pero cabezón- Robin. No es de extrañar que el sheriff de Notingham siguiera todavía enamorado de esta Lady Marian, aquí hermana Marian, valiente, decidida y con más redaños que el más valiente de los bandidos de Sherwood. Pasen un buen día.
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