martes, abril 10, 2007

En el país de las Fábulas (y IV)

Dedicaba allá por noviembre una serie de posts sobre Fábulas, una de las series más frescas y divertidas de cuantas se están publicando en la actualidad acá y allá, y que me sigue teniendo enganchado tomo a tomo. Como desde el momento en que escribí aquellos articulillos se han publicado dos nuevos recopilatorios, nada mejor que una puesta al día.

Las Crueles Estaciones

El tomo abre con una historia autoconclusiva situada cronológicamente antes de los hechos narrados en La marcha de los soldados de madera. Cenicienta la Libertina se centra en, claro, una Cenicienta frívola que se reúne anualmente con las otras ex esposas del Príncipe Feliz y que hace gala de su fama de casquivana y promiscua. Cenicienta convencerá a Ichabod Crane para robar secretos de Villa Fábula y huir a Francia, pero como siempre en esta serie, no todo es lo que parece. El amor puede no serlo, y los traidores pueden acabar dando tanta pena como aquellos que fingen la traición y el engaño.

La segunda historia nos lleva nada menos que a la Segunda Guerra Mundial, siguiendo la tradición del mejor comic bélico. Feroz se une a una compañía especial que se lanza en una misión poco menos que suicida tras las líneas enemigas para sabotear los experimentos que las SS están realizando en el castillo Frankenstein para resucitar a la criatura. Con un tono pulp y un guión frenético asistimos a un cruce entre El desafío de las águilas y Frankenstein contra el hombre lobo que engancha desde las primeras páginas en que somos testigos de la camaradería existente entre los miembros de la compañía Can hasta el estallido de violencia final que me recordó en algunos momentos a otro comic de DC que mezclaba lo sobrenatural con la II GM, La Brigada de la Luz. Esta historia está dibujada por Tony Akins, con un estilo sencillo pero efectivo. Debo decir que estuve tentado de pujar por unas paginas en las que salían nazis, enfermeras teutonas y Feroz transformado en Lobo, pero mi actual mesura y control me lo impidió.

El tomo se cierra con Las cuatro estaciones, cuatro historias cuyo tono viene marcado por la época del año en que transcurren (al modo de aquellas cuatro novelas cortas de Stephen King). Es un momento delicado para las fábulas tras el primer enfrentamiento serio con el Adversario en tierras mundanas, momento de restañar las heridas y elaborar planes en previsión de contingencias futuras, pero a pesar de todo, no se puede decir que sea una época de tranquilidad. En El Cruel y caluroso verano las elecciones de Villa Fábula alterarán el statu quo que la colección había mantenido durante sus dos primeros años de vida, al tiempo que Blanca da a luz a los siete cachorros de Feroz. En el Largo y Duro Otoño vemos cómo se produce el relevo de guardia antes apuntado y cómo prosiguen las investigaciones para descubrir la identidad del adversario. Blanca debe marchar a la Granja para criar allí a sus cachorros, un lugar al que Feroz tiene prohibida la entrada… El oscuro y fulminante invierno marca la transición definitiva entre el antes y el mañana, los nuevos cargos se asientan y van ganando control sobre sus atribuciones al tiempo que una muerte misteriosa abre nuevos interrogantes sobre la prole de Blanca, interrogantes que la llegada del Señor Norte (amo de los vientos y padre de Feroz) ayudará a esclarecer en La primavera nos volvió a llenar de vida, colofón nada alegre de esta historia en el que Blanca afronta una decisión difícil que a buen seguro traerá cola en el futuro, una cola peluda y furiosa que no cejará en el empeño de reunirse con sus cachorros.

Tierras Natales

Para abrir boca, nada mejor que las aventuras de Jack en Hollywood, convirtiendo los bienes sustraídos de Villa Fábula con la ayuda de Pulgarcita en dinero con el que financiar una gran saga de films fantásticos que le muestran como un osado y noble aventurero. Dibujado con el estilo limpio de David Hahn (con un uso impresionante de la línea clara) el arco consigue que Jack caiga simpático –como siempre- al tiempo que mezquino, y que La Bestia apruebe con nota su prueba de fuego como sheriff de Villa Fábula, mostrándose tan implacable como Feroz pero con un punto de comprensión y empatía del que aquel acaso carecía.

Y ya tras este paréntesis entramos de lleno en las Patrias, las Tierras Natales de las que huyeron las Fábulas tras la cruenta guerra con el Adversario. Siguiendo las andanzas del encapuchado Chico de Azul vemos cómo funciona ahora el mundo que dejaron atrás, poblado por recaudadores de impuestos torpes, gobernadores corruptos, zapateros que no son lo que parecen y formidables Adversarios con los pies de barro. Es un paseo mágico lleno de ironía y con momentos para la poesía y la épica (los dos enfrentamientos directos de Azul con el Adversario están narrados con un pulso y una energía tremenda: secos, concisos y emocionantes al mismo tiempo) finalmente Willingham coloca las cartas sobre la mesa. No sólo desvela la identidad del Adversario, que es el Flautista de Hamelin, sino que cuenta cómo nacieron en él las ansias de poder y control. Debo decir que resulta tan aterradoramente lógico y verosímil el proceso, que quizá sea uno de los villanos mejor explicados de la historia del comic. Más que megalomanía, comodidad. Antes que afán de poder, búsqueda de una vida pacífica en su entorno. Pero como de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno lo que empezó como la sustitución de los gobernantes corruptos o ineficaces acabó convirtiéndose en el camino en una dictadura suprema cuyo fin último es el control absoluto de todas las fábulas (y las orientales, árabes y africanas ya están en el punto de mira). Reencuentro final de Azul con Caperucita Roja y espadas en alto para futuros acontecimientos. Nada hay resuelto y por el contrario, queda mucho por hacer, como el Príncipe Azul dice a Mowgli, al que encomienda la búsqueda de Feroz en el interludio de la saga (con dibujos del fundacional Lan Medina), capítulo en el que además de presentarnos a las Fábulas del Libro de la Selva se descubre un nuevo traidor en Villa Fábula, uno impensable y ejemplarmente castigado.

Cortos se quedan todos los halagos al excepcional trabajo de Mark Buckingham que número a número se supero en cuanto a composiciones de página, fondos trabajados, creación de personajes fabulosos y expresividad de caracteres. Una gozada visual que supone el contrapunto perfecto a los muy planificados guiones de Willingham, que con esa mezcla de aventura, fantasía y socarronería ha sabido convertir esta serie en la heredera natural de Sandman o Starman como punta de lanza de la compañía en cuanto a tebeo adulto se refiere.

Que ganas tengo de saber cómo sigue la historia, pero como suele decirse, eso… eso será otro día. para la poes impuestos torpes, gobernadores corruptos, zapateros que no son lo que parecen y formidables Adve

4 comentarios:

Señor Lobo dijo...

Pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie, pedazo serie...

Y no te digo mas.

Plissken dijo...

Cuanta razón tiene, caballero.... Cuanta razón tiene, caballero.... Cuanta razón tiene, caballero.... Cuanta razón tiene, caballero.... Cuanta razón tiene, caballero.... Cuanta razón tiene, caballero....

Y seguiría así hasta el infinito y más allá.

Anónimo dijo...

Joderesssss me has cagado la sorpresa del adversariooo! Mea culpa por leer jeje
fíjate que yo pensaba que el malo malo era Geppeto...

Plissken dijo...

Que no hombre que no, ni uno ni otro. En realidad el Adversario es ¡Pepito Grillo!

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