Emilio sufre Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que va afectando progresivamente a su memoria y le coloca en situaciones en las que no sabe dónde ni cuándo se encuentra. Su hijo, incapaz de afrontar esa situación, decide ingresarle en una residencia para ancianos en la que Emilio recibirá todos los cuidados necesarios y la mejor atención posible hasta que el deterioro de su salud sea total. En la residencia Emilio conocerá a todo un microcosmos de personajes con los que tendrá que aprender a convivir. Miguel será su compañero de habitación, un hombre lleno de vida, socarrón, cínico y algo espabilado que pasea en todo momento por el filo entre la picardía y el abuso de los dasvalidos sin perder por un momento la sonrisa ni las ganas de vivir. A través de la incisiva mirada de Miguel, Emilio -y nosotros como lectores- iremos conociendo a la señora Sol (siempre pendiente de una hipotética llamada a una familia que casi nunca va a verla), la señora Rosario (que mirando por la ventana del jardín permanece en el perenne recuerdo de un pretérito viaje a Estambul), Agustín (pícaro y lascivo anciano), Pellicer (que pasea a todas partes los recortes que acreditan sus pasadas glorias deportivas como atleta), al matrimonio formado por Dolores y Modesto (en el que ella permanece en todo momento solícita cuidando a su marido, próximo ya al estadío final de la enfermedad que Miguel llama "el largo adiós" y que sólo de vez en cuando consigue aferrarse a un único recuerdo de cuando ambos eran niños), Martín y sus cachorros (condenados a sufrir la calamidad provocada por el despiste crónico de su dueño). Es todo un mundo de personas en el ocaso de su vida, sumidas en una rutina que confunde las semanas y los meses repitiendo una y otra vez la misma sucesión de pequeñas costumbres que, básicamente, se reducen a dejar pasar el tiempo a la espera de la próxima comida o del siguiente reparto de medicinas. Igualmente, la vida de los enfermos de Alzheimer que están ingresados allí y que padecen ese "largo adiós" gráficamente descrito por Miguel, está separado por la terrible frontera que separa la primera de la segunda planta. Allí van a parar los ancianos que han perdido la capacidad de valerse por sí mismos y que necesitan cuidados y atención constante, y será el traslado de Emilio a ese lugar lo que Miguel y sus amigos intentarán retrasar el mayor tiempo posible echando un cable a su compañero mientras puedan.
El tren es un concepto muy agradecido para metáforas como la que sirve de presentación del album y que emparenta arrugas con, sin ir más lejos, la reciente Darjeeling limited.
Hace unas semanas recomendaba esta novela gráfica en base a las críticas positivas recibidas de forma unánime por la obra y por los premios que avalaban a Paco Roca, su autor, como una verdadera realidad del comic en España, por su calidad y por la proyección de su obra. Ahora, con la lectura aún fresca y todavía un pequeño nudo en el estómago que no me he podido quitar en dos semanas, debo constatar que probablemente Arrugas sea el mejor tebeo que he leído en mucho tiempo, y a todos los niveles. Si argumentalmente el libro sigue una estructura lineal y muy clásica, gráficamente la narrativa es perfecta a la hora de estructurar secuencias que transmitan una determinada sensación, ya sea de hastío, desorientación, miedo u olvido, llegando al extremo de conseguir con una página en blanco una unión entre continente y contenido absoluta y llena de sentido que provoca una imborrable sensación en el lector. El cariño puesto por Roca en esta historia se nota prácticamente en todos los personajes, e incluso los que presentan más aristas, como Miguel, siempre aparecen reflejados desde la comprensión, sin juicios de valor sobre sus acciones. Los efectismos, a los que el escenario y los actores podrían ser muy dados, se evitan en todo momento y las que resultan las situaciones más terribles de Arrugas, la disputa por los ronquidos o el traslado de Miguel, son resueltos con elipsis realmente admirables, encomiables. Si la semana pasada les recomendaba la lectura de este album ahora les ruego que lo hagan. Se estarán haciendo ustedes mismos un favor, porque esta novela (si ahora le añado el adjetivo de gráfica es porque el uso de recursos propios del tebeo engrandecen aún más si cabe la maravillosa historia de fondo) lo merece y les llevará a conocer personas, recordar tiempos y visitar lugares que evocarán sensaciones quizá demasiado familiares, dolorosas y reconocibles.
Escena que refleja a la perfección el tono general del libro. Una situación cotidiana y reconocible plasmada con cariño, ternura y humor pero que en el fondo, deja un poso triste.
Dos apuntes para terminar. Por una lado, mi envidia más sana hacia Paco Roca como creador, como artista, por el modo en que ha sabido concebir dos de los momentos más emotivos que recuerdo en un tebeo. En primer lugar, la caza de nubes, que es la intrahistoria del matrimonio formado por Dolores y Modesto, la génesis de su amor y el único nexo al que este último logra aferrarse, quizá la última sombra de un verdadero recuerdo. Si esa secuencia resulta emotiva, tierna y bella por la inocencia que refleja y por lo que implica en la realidad diaria de sus protagonistas (pueden disfrutarla aquí), el fundido en blanco con que se cierra Arrugas deja al lector con el corazón encogido. Pero Paco Roca es un gran artista, y sabe que las derrotas más terribles a veces se compensan con una victoria pírrica, mínima, y ese triunfo final es el que les concede a Miguel, Martín y a Milú y el que permite que el lector esboce una sonrisa triste al tiempo que cierra el precioso album editado por Astiberri preguntándose cuando volverá a viajar en ese tren de la memoria que ilustra la portada de Arrugas con Emilio, Miguel, Rosario, Pellicer, Dolores, y los recuerdos de toda una vidas -sus vidas- perdiéndose en el horizonte.
En segundo lugar, les recomiendo que lean estos otros apuntes sobre un grandísimo tebeo que me atrevo de calificar de excelente, y que como casi siempre, dejan en simples balbuceos los intentos de transmitirles a todos ustedes el talento de un artista y las excelencias de una gran obra: Arrugas en El Mundo, Arrugas en DDT, Arrugas en Crisei.
8 comentarios:
Se lo regale a Eva hara unos 10 días y deseando estoy que se lo lea para tirarme a por el.
Solo leo y oigo maravillas de esta obra...
Nacho
No tengo novia para regalarselo asi que tendre que comprarlo y ya te comentare si dices que es un buena obra me la pillare.
Vaya caballero, se me ha adelantado. Me lo leí en la fnac y pensaba postear sobre él cuando anoche entré en su blog y vi su reseña. No la leí porque era tarde , y lo acabo de hacer ahora mismito. Mi post caerá en breve.
Beldarin, ya somos dos los que estamos sin novia, :(
Nacho, un magnífico regalo, la verdad. Nada, en breve lo disfrutarás como se merece. Y espero que a Eva le guste, claro.
Beldarín, en otras ocasiones tengo una gran inseguridad por si a alguien no le gusta uno de los tebeos recomendados por aquí, pero en este caso, insisto: lo mejor que he leído en mucho tiempo, oiga.
Jaime, ¡bendito FNAC! Yo he podido leerlo gracias a nuestro común amigo Fran Constantine y en breve caerá, no sé si como compra o como regalo, pero caerá. Espero leer su reseña pronto, caballero.
¡Un saludo!
Una gran señora reseña, como de costumbre ;)
Bruce, le agradezco la amabilidad. En este caso, el mérito pertenece íntegramente a Paco Roca ;D
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