Nuestra Academia ha pasado los últimos días de luto, y si bien los reclutas han seguido con sus entrenamientos diarios, sus ratos de descanso y sus momentos de interacción con los Instructores, entre los que un servidor tiene el honor de contarse, ha sido entre el cuerpo de Maestros Jedi encargados de tratar con los reclutas donde la sombra de la reciente pérdida de uno de los más viejos miembros de la Academia se ha hecho notar con más fuerza.
Ha pasado casi un lustro desde que un gato con aspecto cansado y renqueante se acercara hasta el lugar donde los jóvenes reclutas compartían rancho. Receloso, arisco para sus compañeros felinos y sin ningún interés de interactuar con los Instructores el gato sólo quería alimentarse y no tener contacto alguno con nadie. Poco a poco, y tras localizar su viejo retiro en una zona de vegetación próxima los Instructores Sparks y Plissken decidieron una táctica paciente y muy calculada de acercamiento y aproximación al desvalido recluta para el que las mieles de la juventud hacía tiempo que ya habían pasado. Con orgullo y no poca emoción debo decir que la confianza que un ser tan maltratado por los elementos y el entorno depositó en nosotros fue, de forma lenta pero segura, acrecentándose día a día.
Ocasionalmente algún otro recluta outsider se le agregaba durante semanas o meses en su zona de influencia, pero el Viejo General, el Abuelo, esa suerte de Yoda viejo y maltrecho retirado lejos de todo harto ya de la lucha sin opción de éxito alguna, fue fiel a nuestro encuentro diario. Cada día a la misma hora nos saludaba con su maullido mudo, pues un defecto en la voz le impedía comunicarse normalmente, y nos acompañaba hasta su hogar donde le proveíamos de provisiones y le aliviábamos de su soledad durante unos minutos.
Pero las inclemencias del tiempo y la edad obviamente mermaron la resistencia física del Abuelo. La lluvia y el frío, que él sobrellevaba guareciéndose en una salida de calefacción fueron debilitándolo, hasta que hace unas semanas comprobamos con estupor una alarmante pérdida de peso en el animal. Un suceso lamentable con un miembro de la Escuela Canina de Entrenamiento Perroflautico le provocó un lamentable estado de pánico y una herida en la pata que sangró profusamente. Una Academia cercana a la nuestra, próxima pero no afín con la que compartimos fines pero no medios, decidió llevarlo a sus instalaciones. Alejado de su hogar, rodeado de extraños y con la evidencia de una enfermedad mortal ya desvelada -un soplo en su enorme corazón minino- las Sith Blancas optaron por la única solución que restaba para el animal en ese escenario.
Después de cinco años de trato con el recluta, comprenderán el pesar y la rabia que da el tener que paliar únicamente algunas de las carencias de estos reclutas, a los que por razones obvias no se les puede acoger en la ya atestada Academia Jedi de Entrenamiento Felino. Esas son las decisiones con las que tenemos que vivir día a día los instructores. So long, Old Cat....
Ha pasado casi un lustro desde que un gato con aspecto cansado y renqueante se acercara hasta el lugar donde los jóvenes reclutas compartían rancho. Receloso, arisco para sus compañeros felinos y sin ningún interés de interactuar con los Instructores el gato sólo quería alimentarse y no tener contacto alguno con nadie. Poco a poco, y tras localizar su viejo retiro en una zona de vegetación próxima los Instructores Sparks y Plissken decidieron una táctica paciente y muy calculada de acercamiento y aproximación al desvalido recluta para el que las mieles de la juventud hacía tiempo que ya habían pasado. Con orgullo y no poca emoción debo decir que la confianza que un ser tan maltratado por los elementos y el entorno depositó en nosotros fue, de forma lenta pero segura, acrecentándose día a día.
Ocasionalmente algún otro recluta outsider se le agregaba durante semanas o meses en su zona de influencia, pero el Viejo General, el Abuelo, esa suerte de Yoda viejo y maltrecho retirado lejos de todo harto ya de la lucha sin opción de éxito alguna, fue fiel a nuestro encuentro diario. Cada día a la misma hora nos saludaba con su maullido mudo, pues un defecto en la voz le impedía comunicarse normalmente, y nos acompañaba hasta su hogar donde le proveíamos de provisiones y le aliviábamos de su soledad durante unos minutos.
Pero las inclemencias del tiempo y la edad obviamente mermaron la resistencia física del Abuelo. La lluvia y el frío, que él sobrellevaba guareciéndose en una salida de calefacción fueron debilitándolo, hasta que hace unas semanas comprobamos con estupor una alarmante pérdida de peso en el animal. Un suceso lamentable con un miembro de la Escuela Canina de Entrenamiento Perroflautico le provocó un lamentable estado de pánico y una herida en la pata que sangró profusamente. Una Academia cercana a la nuestra, próxima pero no afín con la que compartimos fines pero no medios, decidió llevarlo a sus instalaciones. Alejado de su hogar, rodeado de extraños y con la evidencia de una enfermedad mortal ya desvelada -un soplo en su enorme corazón minino- las Sith Blancas optaron por la única solución que restaba para el animal en ese escenario.
Después de cinco años de trato con el recluta, comprenderán el pesar y la rabia que da el tener que paliar únicamente algunas de las carencias de estos reclutas, a los que por razones obvias no se les puede acoger en la ya atestada Academia Jedi de Entrenamiento Felino. Esas son las decisiones con las que tenemos que vivir día a día los instructores. So long, Old Cat....
4 comentarios:
Jolín, pobretico... tal y como lo cuentas, te deja hecho polvo. Eso sí, ten como consuelo que gracias a la pareja gatuna ha vivido bien y contento sus últimos años (que de otra forma igual se habría ido hace mucho más tiempo).
Pep, allí en la universidad la verdad es que Siths, Jedis e independientes los gatetes viven bastante bien. Por ejemplo, tu favorito, Obi Wan, salió de allí ;D Al final da pena, pero yo personalmente acabo por verlo con cierta distancia, porque si no me volvería loco. Eso sí, un recuerdo aquí es lo minimo. ¡Un abracho, Buho Nocturno!
Ahora que leo esto, se me olvido comentarte que MJ al final se quedo en casa de los "abuelos" y que en "Skellington House" entraron... 2 hermanos.
La pequeña Tara y el tranquilo Greesom!!!!
Pronto en "Esto es Halloween"
Nacho
Ah, ¡¡¡los locos de los gatos, somos Legión!!!! ;D Como siempre, estaremos encantados de ver fotos de la prole y de la guarida de los Skellington, jejeje, sin duda un auténtico museo de los horrores friki y molón. ¡Un abrazo, Nacho!
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