sábado, marzo 14, 2009

Los paraísos comiqueros perdidos de Plissken (II): La edad de las Maravillas Marvel

Creo que aquí tuvimos suerte los que nacimos en la década de los setenta y encontramos en los tebeos una de nuestras mayores pasiones. Tras las etapas editoriales de Vertice, Bruguera y Surco, con sus pros (edición en España del material) y sus contras (experimentos con los formatos, remontaje de viñetas para acomodarlas a un tamaño de página menor) en 1983 Ediciones Forum conseguía los derechos de Marvel para España y se convirtió en la primera editorial de comics gracias a una cuidadosa política editorial. La existencia de correos, artículos, la cuidada selección del material a publicar y por encima de todo la altísima calidad del fondo editorial disponible en aquel entonces -lo mejor de las dos décadas de historia Marvel desde la aparición del número 1 de los Cuatro Fantásticos junto con la edad de plata que vivió la editorial desde mediados de los 70 hasta finales de los ochenta, encadenando etapas antológicas en gran parte de sus colecciones y contando con los mejores autores de la industria dando el máximo de su talento- fueron un verdadero modelo a imitar y seguir por otras editoriales. Yo no era un coleccionista puro en aquel entonces, dado lo reducido de mi paga semanal, así que me las apañaba comprando dos o tres tebeos al mes y leyendo lo que los amiguetes me prestaban. Gracias a ellos, por ejemplo, leí decenas de tebeos de Conan, personaje que me gusta pero del que practicamente no tengo nada en mi colección. Alguna saga de Spiderman, los primeros retapados de los Nuevos Mutantes o el Capitán América, algún numero de Aventuras Bizarras y sus propuestas excitantes y llenas de violencia, el descubrimiento de la Patrulla X como un culebrón repleto de posibilidades e ilustrado por monstruos como Byrne, Smith, Cockrum o Romita, el impacto mediático de una saga como la de las Secret Wars, con su línea de juguetes y su bizarra continuación... Digamos que eran tantas las emociones y posibilidades para un chaval de once años que abrir cada uno de aquellos tebeos por primera vez era una auténtica ocasión especial. A continuación dejo, igual que ayer, cinco de los tebeos a los que guardo más cariño de aquellos que comencé a comprar poco a poco, y a leer una y otra y otra vez. Creo que, salvo uno, todos han aguantado excepcionalmente bien el paso del tiempo, pero eso, en realidad, en la entrada de hoy carece de importancia. Hoy sólo hablamos de los comics que marcaron nuestra niñez. La selección ha sido colocada de forma cronológica atendiendo a la información disponible en este útil índice alojado en Dreamers. Igualmente, y como ya comentara ayer, cualquiera de los tebeos de abajo resulta intercambiable con muchos otros cuyo impacto resultó análogo en su momento y se conservan igual de frescos en mi memoria.


Era el mejor en su trabajo y Claremont y Miller se encargaron de demostrarlo en la mejor historia con Logan jamás escrita. Acción, intriga, un peculiar triángulo amoroso y un vistazo al Japón moderno con sus tradiciones y contradicciones en este volumen que inauguró una colección verdaderamente antológica que, cosas de la vida, encontré de niño saldada en el Simago de mi localidad. Cada Extra Superhéroes a cincuenta pesetas y cada novela gráfica a 100. Se pueden imaginar el tamaño de la bolsa con la que un feliz Plisskencito salió de hipermercado aquel día.

El primer mega evento que nos tuvo a todos hablando un año entero, desde las desapariciones ominosas en cada colección de la casa hasta una de las portadas más espectaculares y mágicas que recuerdo. Premisa devenida ridícula con el paso de los años y "arreglada" por el pope de la retrocontinuidad guayona de la Marvel de hoy, Bendis, que convierte al Todopoderoso en un mutante inhumano. A pesar de todo esta serie nos dejó horas de diversión, unos cuantos momentazos de tragedia y épica genuinos y una linea de juguetes que fue lo más deseado de su año.

Comencé a comprar la Patrulla a mitad de la colección, justo tras el especial de verano que les enfrentaba a Drácula. Y desde ahí, la gloria durante los dos años que estuve enganchado a la colección: el Nido, la incorporación de Pícara y la frustrada boda de Logan y Mariko, los Morlocks. Decir que ya no se hacen tebeos como aquellos resulta aventurado, pero decir que nadie ha escrito a los Hombres X como el Claremont de entonces es un dogma de fe friki con el que comulgo al cien por cien.

Tebeo al que adoro por muchas razones. Seguía los Nuevos Mutantes desde su formación en la novela gráfica dibujada por McLeod y había seguido su evolución con una gran implicación. No en balde eran adolescentes incomprendidos, perseguidos y se ponían nerviosos por cuestiones sentimentales, como un servidor. La llegada de Bill Sienkiewicz fue una bofetada en la cara para mí, en el buen sentido, un choque brutal. ¿Este es el mismo tío del Caballero Luna y del especial de Dracula de la Patrulla? ¿Se ha vuelto loco? Yo ya estaba enamorado de los personajes, pero con el peculiar nuevo estilo de Bill y la espectacular conclusión de la saga del oso místico, con Sam Guthrie convertido en decidido héroe del día e Illyana Rasputin más atractiva que nunca, este se convirtió en mi tebeo favorito durante mucho tiempo.

El último tebeo de esta entrada pertenece a la colección genérica Marvel Héroes, y podía haber incluido cualquiera de las precedentes sagas, protagonizadas por Lobezno y Kitty Pride la primera, y por los cruces de la Patrulla X con Vengadores y Cuatro Fantásticos. He preferido recordar este tebeo que se sitúa en 1988, justo en mi último año de colegio, y que puede ser un momento tan bueno como cualquier otro para señalar el fin de una era. Por aquel entonces yo ya había descubierto otro mundillo que poco a poco me iba enganchando cada vez más y los presupuestos semanales seguían siendo exiguos. Pero para conocer ese otro "universo" tendrán ustedes que esperar a mañana.



Y el áccesit de hoy es sin duda para este tebeo. Poco puedo decir sobre su calidad intrínseca, más allá de que su portada de Bill Sienkiewicz me resulta inolvidable y un pasaporte directo hacia una tarde concreta en que acompañé a mi madre y a mis hermanos a comprar a un super de barrio y en uno de esos expositores de pared metálicos, entre otros tebeos, estaba este en el que robots gigantes que se transformaban en vehículos llegaban a la Tierra para seguir un combate ancestral con sus enemigos. Nunca tuve -ni he tenido- un Transformer de juguete, pero seguí fielmente la serie hasta el número 12 o 14 aproximadamente en que ya todo empezó a sonarme igual. En un super que ahora es tienda de muebles, por cierto.

15 comentarios:

Bruce dijo...

¡Es cierto, aquella oferta del Simago fue impresionante! Aparte de lo obvio (Miller) me quedo con los Nuevos Mutantes de Sinki, serie de culto donde las haya.

Mo Sweat dijo...

¡¡Como nos volvió locos Secret Wars!!. Aquello fue un evento nunca visto; creo que hasta soñé con ellas... ja, ja, ja, ja, ja.

Pep dijo...

Las Secret Wars me dá a mi que las vamos a terminar poniendo todos. Yo ya me he dejado la lista preparadita para colgarla mañana domingo bien calentita.

Pedro, hoy, igual que ayer, genial. Yo al final me dejo parte del material que tu pondrás mañana para una segunda lista de mi cosecha, ya que tras dos horas sufriendo, me he plantado en los 13 años, jejeje.

J.A.Rubio dijo...

Pues curiosamente difiero.
Para mi las Secret Wars fue el primer evento excesivo en el que nos hacían comprarnos un montón de cómics en los que solo había super tipos pegándose unos con otros para vender 13 tebeos, pudiendo haber contado la historia en 2.
Tambien tengo que decir que al menos estaba fuera de la continuidad de los cómics, no como ahora ,que te tienes que comprar 52 series para enterarte del crosover que dura medio año y enlaza con el siguiente.
Eso si, de ahí salió el traje negro de Spiderman.

Pep dijo...

Fíjate, que yo he estado apunto de poner el Spiderman donde ví por primera vez el traje negro en lugar de las Secret... pero es que recuerdo tantas anécdotas con mis amigos de infancia al respecto.. Soy un blando!

Javier López dijo...

Hola,

Te voy a enlazar dentro de una semana a mi Blog, www.elclubdelosimposibles.es . Estoy haciendo una reseña sobre los tebeos de Nuevo Universo y he encontrado muy buena información sobre los inéditos en España en tu blog. ¡Qué delicia!

Espero que no te importe.

Plissken dijo...

Jajaja, ya veo, Bruce, que yo no fui el único que pasó por caja ;D. Veamos, en mi caso cayeron: Capa y Puñal, La visión y la Bruja Escarlata, Hombre Máquina, Lobezno, Magic, Dios Ama el Hombre Mata, Killraven, Kickboxers, Star Slammers y Piratas del Espacio. Ni que decir tienen que mi madre me tuvo que hacer un préstamo y que me pasé meses haciendo todos los recados sin rechistar ;D

Plissken dijo...

Mo Sweat, soñar lo que se dice soñar, no. Pero jugar con los muñecajos y llorar por no poder tener la dichosa supertorre aquella con plataformas para los personajes... ¡un rato largo!

Plissken dijo...

Pep, ya he visto que en tu lista de ayer avanzabas parte de la mía de hoy, y es que no pocos comics circularon en ese peculiar tríangulo comiquero de Blas Valero que formamos Chimo, tú y yo ;D Yo por mi parte me planto ya. Dieciocho tebeos y un par de ramalazos melancólicos de más son suficientes para un fin de semana. ¡Un abracho!

Plissken dijo...

J.A. Rubio, yo personalmente la leí y la flipé entonces. Eso sí, hará un par de años intenté releérmela y me pudo el aburrimiento. Hay recuerdos que deberían quedar en el limbo de la nostalgia y no pasar por el filtro de nuestra mente adulta para evitar ciertas desilusiones.

Plissken dijo...

Javi, un honor y un placer, me encanta que un articulillo de hace un año siga teniendo vida. Coñe, que para eso estamos ;D Eso sí, le ruego me avise cuando lo enlace para poder leer su propia aportación. Nuevo Universo, por cierto que podría haber aparecido perfectamente en este post nostálgico, y es que Star Brand o Psi Force en su momento también fueron un bombazo para mí por lo que de novedoso y espectacular tenían -ese John Romita Jr. o Mark Texeira, el tiempo real, brrrrrr, escalofríos desde el pasado-.

Jaime Sirvent dijo...

El problema con las Secret Wars es que en su momento fueron un flipe(éramos niños), pero leídas ahora quizás se quedan en un tebeo normal tirando a malo. Pero eso no quita para que las idolatráramos en su momento y sean un tebeo que aparezca en casi todas nuestras listas(de la mía se cayó por muy poquito).

Lobezno me gustó y me encanta, como no podría ser menos tratándose de Claremont y de Miller, una pena que la secuela con Kitty Pryde la dibujara Al Milgrom.

La saga del Nido en la Patrulla también me marcó mucho y se ha caído de mi lista por el canto de un duro.

Paso a leerte en tu tercera parte sobre la Distinguida Competencia.

Plissken dijo...

Jejeje, Jaime, ya sabes que soy un DC adicto, aunque al César lo que es del César. El que no flipara con la Patrulla de Claremont era un sinsangre, y tiene algo así como diez años de gloria ininterrumpida antes de que los niñatos le fastidiaran el invento con splashes y dobles páginas y narrativa nula. Pero coger las sagas de Proteo, de Fenix, del Nido, la Caída de los Mutantes, es una auténtica gozada y un listón que ni siquiera el maestro Claremont ha sido capaz de igualar desde entonces. Al poner la portada de Longshot había pensado en el primer número de la colección Marvel Heroes, pero, la verdad, si ha habido un dibujo nefasto que masacrara un guión es el de Al Milgrom para la mini de Lobezno/Kitty Pride. Si al final, lo bueno que tiene reducir a un número concreto nuestra elección es lo de quedarnos con la pura esencia de nuestros recuerdos.

Txema SG dijo...

Coño yo tengo ese número de transformers, y de pequeño odiaba la portada, aunque ahora me encanta!

Plissken dijo...

Jo, Txema, yo lo perdí hace ya la tira de años, pero nunca he olvidado cómo destacó la portada entre otros tebeos del expositor, como una pintura de las de verdad y no un dibujo. Luego lo de dentro ya era otra cosa ;D

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