Plissken 3.0: El Apocalipsis

Siguiendo una de las máximas del personaje que inspira y alienta este blog, cuanto más cambian las cosas más siguen igual. En este caso, aprovecho el cuarto aniversario de Llámame Plissken para darle un nuevo lavado de cara, el segundo, para refrescar la imagen del blog y darle un nuevo formato, aunque en el fondo, tanto en estilo, como en temas e intención, todo seguirá igual. Esto empezó como una bitácora para que los amigos pudieran ver los dibujos conseguidos en las convenciones y como un diario en el que plasmar de forma más elaborada opiniones sobre tebeos o películas. Durante los primeros meses esto permaneció casi en secreto y poco a poco fui dejando que la criatura viera la luz. Cuatro años después no concibo mi vida sin este pequeño trocito de ciberespacio que es mío y sólo mío y en que el puedo hacer lo que se me antoje sin molestar a nadie. La verdad es que el año pasado quise haber hecho algo parecido, pero se me echaron las fechas encima y para cuando me di cuenta ya tenía el tres de septiembre encima, así que decidí posponerlo. La espera ha sido larga, las vueltas que he dado a plantillas y tutoriales han sido unas cuantas y lo cierto es que los cambios me parecen, cuando menos, atractivos por la energía y luminosidad que transmiten. Lo curioso es que el germen de este Plissken 3.0 me lo proporcionó Pep cuando me remitió una prueba de una nueva cabecera, empleando la ilustración de un pase especial de 1997: Rescate en Nueva York. En base a esa cabecera realicé algunas pruebas más, ajustando mejor la imagen, añadiéndole las citas fundamentales del pensamiento Plisskeniano y adaptando el ancho a las nuevas medidas de un blog de tres columnas. El fondo se mantiene sencillo y monocromo, pero intentando ir a juego con la tonalidad terrosa de la cabecera. Es un nuevo collar para un viejo perro que seguirá dando bocados a diestro y siniestro, por lo menos hasta el año que viene.






La verdad es que viendo el camino recorrido, con más de mil entradas, ciento treinta mil visitas, doce secciones más o menos regulares y una importante lista negra de sospechosos habituales que comparten similares filias y fobias, no deja de sorprenderme el esfuerzo y el cariño volcado en muchas de esas entradas. El repaso a la carrera de uno de mis directores favoritos, la recuperación de dibujos que me resisto a dejar que se pierdan como lágrimas en la lluvia, la celebración del arte popular en sus más variadas manifestaciones, la recuperación de algunos de mis clásicos cinematográficos de adolescencia... Todo ello ha cimentado el camino hasta aquí y ha asentado una sólida carretera por la que pienso seguir transitando en compañía de todos ustedes si las fuerzas y la salud acompañan el entusiasmo que ha impulsado este nuevo comienzo.

Hoy habrá otra entrada más con una commission especial que llevo deseando publicar desde hace meses, pero que he preferido mantener en la recámara hasta que llegara un momento tan especial como este, y mañana habrá todavía otro dibujo más relacionado con Plissken que a buen seguro va a sorprender a muchos de los lectores habituales de este blog. Precisamente en agradecimiento a todos aquellos sospechosos habituales que pasan por aquí anónimamente o comparten sus opiniones con todos, convirtiendo esto en un ser virtual todavía más vivo de lo que ya es, he decidido sortear tres pequeños lotes de productos domésticos entre todos los que dejéis un comentario en esta entrada. Dadas mis nulas conexiones con editoriales, y mi ajustada economía actual, he recurrido a algunos tebeos que tenía repetidos y que probablemente habrían acabado en alguna subasta electrónica. Asignando un número a cada comentario, extraeré tres numeritos que indicarán, por orden, el premio que corresponderá a los tres afortunados, entre el lote de tomos recopilatorios americanos, el lote de tomos españoles y la colección de trading cards completa de Mike W. Kaluta. Nada de novedad ni de valor excesivo, pero que espero que os sirva de acicate para dejar vuestra opinión sobre el nuevo diseño: si el color es demasiado chillón, si os parece demasiado apretada la nueva maquetación, si preferías las viejas versiones... Por supuesto, los gastos de envío corren de mi cuenta, y en un plazo razonable podréis disfrutar de los regalos en casa.

El cinismo estoico y el valor irreductible del antihéroe por excelencia del cine contemporáneo seguirán alentando este espacio, y su inspiración permanecerá viva un poquito más de tiempo, igual que en otros blogs hermanos que honran a S. D. Plissken y a John Carpenter con cada entrada. Desde aquí un saludo virtual para mis hermanos virtuales Plissken Salvation y Con las reglas de Bangkok. Permitidme que cierre estas líneas con el viejo grito de victoria, con la celebración de un mundo con futuro en el que la tecnología y los gobiernos no nos conduzcan a una autodestrucción final y en el que el antihéroe al final podrá descansar: BIENVENIDOS A LA RAZA HUMANA.