Ella fue la primera, una sorpresa de tres semanas, una incógnita peluda. Yo siempre he sido de perros, lo reconozco. Durante diez años Tramposo (mezcla de maltés y lasa apso) compartió su existencia con mi familia, y su cariño, fidelidad y entrega fueron una auténtica delicia. Mucho se ha dicho del carácter independiente de las mascotas felinas y de su temperamento difícil a la hora de convivir con sus amos. Por eso, cuando una amiga nos dijo que nos regalaría un gatito, no supe como tomarlo. ¿Me haría al animal? ¿Me aceptaría él a mí? Con esas incógnitas en la cabeza abrimos las puertas de nuestro recién estrenado hogar a Leia. Si nos instalamos en el nuevo piso un jueves, la gatita llegó el domingo siguiente. Y nada fue igual.
A Leti la enamoró desde el primer momento, y conmigo sucedió lo mismo, claro. ¿Cómo iba a suceder de otra manera? Leia fue desde el primer momento la niña de nuestros ojos. Grácil, independiente y cariñosa, juguetona... La top model de las gatas la llamamos. Y más o menos hasta aquí puedo leer, porque su historia se continúa en dos futuros posts, Amidala y Obi-Wan. Sí, lo habéis adivinado, soy fan de Star Trek.
A Leti la enamoró desde el primer momento, y conmigo sucedió lo mismo, claro. ¿Cómo iba a suceder de otra manera? Leia fue desde el primer momento la niña de nuestros ojos. Grácil, independiente y cariñosa, juguetona... La top model de las gatas la llamamos. Y más o menos hasta aquí puedo leer, porque su historia se continúa en dos futuros posts, Amidala y Obi-Wan. Sí, lo habéis adivinado, soy fan de Star Trek.
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