Maldición, no es manera de empezar el día con una noticia como esta. Uno de los clásicos del Hollywood dorado, actorazo como la copa de un pino y presencia imborrable en la memoria de todo cinéfilo que se precie en películas como El desertor del Álamo, Cimarrón, Torpedo, Los cuatro jinetes del apocalipsis, Un gángster para un milagro y tantas otras que resultaría difícil enumerarlas. El hombre que abofeteó inmisericordemente a Gilda, su Gilda, en otros tiempos en que los tipos duros se enamoraban de las mujeres malas y fumaban como carreteros. O ya casi al final de su carrera, el granjero amable y tranquilo que le decía a su hijo que no importaba tanto lo que fuese que le angustiaba, que no había venido a este mundo para marcar goles, sino para ayudar a los demás.
Nos ha dejado Glenn Ford con 90 años, señores, y hoy es uno de esos días tristes para el cine que invitan a ver alguna de sus muchas buenas películas a modo de homenaje.
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