Plissken tenía hoy mucho por contar, cosas que esperarán a la semana que viene. Al igual que el año pasado, hoy quiero recordar a mi manera la triste efeméride del día que siempre asociaré irremediablemente al 11 de marzo. Para hacerlo nada mejor que repetir la viñeta que Forges le dedicara el año pasado, humor gráfico en negro y lleno de sentimiento y significado. Asqueado del circo mediático, de manipulaciones a diestro y siniestro, de cruces de acusaciones y de gente queriendo apropiarse de algo que, por desgracia, se convirtió en patrimonio doloroso y personal de cada español que sintió siquiera un poco como suya la tragedia de aquellos atentados. A todos ellos Plissken les manda a tomar viento.
A los 191 que aquel día fueron asesinados vilmente les dedico esta entrada, un año más. A todos sus familiares mi dolor de entonces y de ahora. A sus amigos mi pena. A sus asesinos mi desprecio.
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