La historia arranca con Adam siendo interrogado por la policía acusado de daños a la propiedad, provocados por el estado de ebriedad en el que se encontraba ante la ausencia de noticias de Rann y la no aparición del Razo Z que había de transportarle. Cuando es conducido a Arkham Strange es atacado por un par de cazarrecompensas alienígenas que buscan a toda costa saber el paradero de Rann, cosa que desconcierta y desquicia a Adam al no saber él mismo nada de su familia. Tras una persecución por media ciudad en la que debe emplear todos sus recursos para escapar a sus captores y tras hacerse con el transmisor Z que los cazarrecompensas han empleado para llegar hasta él, Strange regresa a Rann para averiguar qué demonios está pasando… sólo para materializarse cerca de una estrella que acaba de explosionar y sin hallar rastro alguno de su planeta-hogar ni señal de los suyos. Desde ese momento las aventuras de Strange le conducirán a Thanagar donde será condenado a muerte por los hostiles thanagarianos, será ayudado por una de ellos, la misteriosa Sy’r Valkyr. Siguiendo las escasas pistas disponibles llega hasta una base espacial abandonada con restos de energía Z donde se esconden los Omega Men (con un Tygorr tan majestuoso y noble como siempre). A partir de este momento se va desvelando la trama de la serie, entrando en juego el auténtico villano de la función, el Vampiro Cósmico Starbreaker y su misterioso aliado Durlano, el cuerpo de seguridad privada intergaláctico L.E.G.I.O.N, y su orgulloso líder Vril Dox o los restos de la fuerza galáctica Darkstar. Todos esos actores protagonizarán el último acto de esta space-pulp-opera sobre los rojizos cielos del nuevo emplazamiento de Rann, acto lleno de momentos épicos, de arrojo y generosidad suprema, de sacrificio total y de venganza irracional. Y sí, también en esta serie tenemos una de esas reuniones familiares à
La caracterización de los personajes, una de las facetas mejor explotadas por Diggle en sus trabajos previos (Los perdedores) tiene aquí una gran importancia, y es en los retratos del determinado Adam, de Tygorr (generoso y valiente, como buen felino) o del soberbio –pero a la postre noble- Dox donde la serie consigue enganchar con un lector que quizá carezca en general del background necesario que le permita emocionarse en su justa medida con algunos de los acontecimientos de la historia. Los finales de continuará de cada número por un lado, y por otro el dinamismo y la tensión de la trama son lo suficientemente atractivos como para que la lectura de esta miniserie sea altamente recomendable.
Punto y aparte para el arte de Pasqual Ferry, que firma aquí el que hasta ahora es para mí su mejor trabajo, con un dinamismo espectacular en las composiciones de página, un trazo muy simple –aparentemente- pero que dota de gran expresividad a los personajes y de espectacularidad a las escenas de acción, y sobre todo, con una narrativa clara, clarita, que facilita la lectura del tebeo evitando distracciones epatantes en las composiciones de página.
5 comentarios:
Lo dicho, un tomo muy bueno en el que no hace falta saber nada del personaje para seguir el argumento.
Pues no, la verdad es que no. Ya se encarga Diggle en ese resumen de Adam al poli de colocar en situación la historia.
Por cierto. ¿Cuando tocaba felicitarte? :)
Milo:
¡Caballero, A ESO LO LLAMO YO CONTROL, JEJEJEJE!
Pues el sábado pasado, pero entre unas cosas -el trabajo- y otras -los amiguetes- me fue imposible actualizar, y ya el domingo me dio pereza. De todas formas, hoy quedará constancia del hecho. ¡Y mañana otro cumple!
el profile de Blogger que es un indiscreto :)
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