miércoles, octubre 03, 2007

La batalla por Bludhaven : Las consecuencias de una Crisis

Uno de los acontecimientos más dramáticos vividos durante la Saga Crisis Infinita fue sin duda la agresión genocida llevada a cabo por la Sociedad del Mal contra la ciudad de Blüdhaven. En un acto de maldad absoluta la Sociedad lanzó al villano Chemo como si de una bomba química de destrucción masiva se tratara sobre la ciudad, provocando decenas de miles de víctimas y cientos de miles de damnificados. Tamaño desastre no podía ser resuelto satisfactoriamente en la miniserie, así que dentro de los eventos encuadrados en el OYL (Un año después, para entendernos, fue como se conoció al salto cronológico que situó a todo el Universo DC un año después de la Crisis Infinita. Dicho año fue narrado en la serie 52, a punto de llegar a su ecuador en España y que merecerá sus correspondientes post) se lanzó la miniserie Batalla por Blüdhaven, que viene a narrar los eventos sucedidos en la antaño base de operaciones de Nightwing.

Así, en un primer momento asistimos al tremendo caos inicial provocado por el desastre y a los primeros intentos de ayuda por parte de la comunidad superheroica, intentos cortados de raíz por una fuerza superhumana gubernamental, el Anillo de la Libertad, que se hace cargo de la situación y declara el estado de sitio para la ciudad y la ley marcial para la zona. Un año después la situación no ha hecho más que empeorar, con un muro rodeando la ciudad e impidiendo a la población que aún malvive entre ruinas y mugre escapar del desastre. Por si fuera poco, unas misteriosas emisiones radioactivas llaman la atención tanto de las fuerzas del gobierno (comandadas por Padre Tiempo, máximo dirigente de la organización S.H.A.D.E. que Grant Morrison introdujera en sus Siete Soldados de la Victoria, próximamente en este su blog amigo) como de la Sociedad del Mal (que envía en primera instancia a la Legión Nuclear y más tarde, ante su falta de progresos, a la robótica Familia Nuclear). El origen de esas emisiones perjudica a un núcleo de resistencia formado por los Caballeros Atómicos, los cuales emplean sus recursos para ayudar a escapar a los desesperados ciudadanos de Blüdhaven y que verán cómo sus actividades son puestas en peligro ante la alarma despertada por tan misterioso foco de descomunal energía radioctiva. Para terminar de caldear el ambiente, el Monolito, una nueva encarnación de Firebrand, Hal Jordan y los nuevos Nuevos Titanes entran en escena decididos a ayudar en lo posible a los habitantes de la ciudad devastada, creándose una ensalada de peleas atómicas protagonizada por la plana mayor de los héroes nucleares de la editorial.

Si han estado atentos a la enumeración de personajes participantes en la historia habrán notado una ausencia notable, la de Nathaniel Adam, el Capitán Atom. Precisamente su reaparición en la continuidad del Universo DC (tras su paseíto por el Universo Wildstorm, ya publicado por Norma Editorial), en coma, le convierte en objetivo para todos los grupos anteriormente mencionados, aunque la inestabilidad que ha provocado su reaparición requiere de una medida extrema, Los Caballeros Atómicos proporcionarán a Adam una armadura reconocible para cualquier lector de DC con más de una década a sus espaldas, la de Monarca, Némesis del Capitán Atom en la saga Armageddon 2001. Lo que empezó con una explosión química que devastó media ciudad finaliza con otra explosión, esta vez nuclear que destruye por completo la ciudad. Firebrand es impelido por una voz a acudir a los Pantanos de Lousiana y los Caballeros Atómicos se refugian en una base subterránea de la que sólo llegamos a vislumbrar el nombre, Comman-D.


A los guiones de esta serie, necesaria para el plan editorial de la compañía para explicar lo sucedido con la ciudad y encajar algunas piezas (de aquí arranca la miniserie de los Freedom Fighters, sin ir más lejos) encontramos al tandem formado por Justin Gray y Jimmy Palmiotti, una pareja que se lo debe pasar tremendamente bien trabajando juntos dada la cantidad de proyectos realizados al alimón (Hawkman, Jonah Hex, Uncle Sam and the Freedom Fighters). La historia no es ninguna maravilla, y maneja tal cantidad de personajes que la acción puede resultar forzada en algún momento, mientras que en otros se aprecian soluciones un tanto apresuradas, pero lo que no se puede negar es que la historia entretiene pese a todo y consigue ofrecer una peripecia sólida en su conjunto. A los lápices el competente y funcional Dan Jurgens (sustituido por Gordon Purcell en el número 5), con su habitual habilidad para ofrecer un buen tebeo, narrativamente bien estructurado pero que no permanecerá en la memoria de los aficionados por su espectacularidad o su innovación técnica. La espectacularidad corre por cuenta de Daniel Acuña en una de sus primeras colaboraciones con DC, al ofrecer unas portadas realmente bonitas que no fueron más que el avance de lo que el autor podría ofrecer con los personajes de la editorial. ¿Alguien dijo Tío Sam y los Luchadores por la Libertad? ¿O Flash?
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5 comentarios:

JON OSTERMAN dijo...

La verdad es que no he leido crticas muy favorables sobre este comic, por lo que es de esos que lo ojeas pero lo dejas en la estantería de la librería.
Si alguna vez lo leo, no sera comprándolo, lo hare con toda seguridad en el Fnac, ya que es imposible comprar todo lo que sale.

Plissken dijo...

Jon, la verdad es que este tebeo se ha llevado bofetadas por todas partes, y aunque está muuuuy lejos de ser un buen tebeo es entretenido y relevante para futuros aconteceres editoriales. Para completistas como un servidor :D

Pep dijo...

Ejem, Pedro, este y el primer tomo de Flash Año Uno, de los tebeos más cutres de laaaaargo que le he leido a DC en lo que va de año... y me lo he leido practicamente todo!

Lo regalo a completistas que necesiten tenerlo todo, porque de no haberlo hecho ya, no pagaba un euro por él. Aunque para calzar el armario de los DVDs me viene bien ;)

Saludos!

Pep dijo...

Flash Un Año Después, perdón, no Año Uno...

Plissken dijo...

Nos entendemos con Flash, jejeje. De todos modos, aun siendo flojito el tomo es el preludio de lo que viene despues y por tanto hay que leerlo aunque sea regulero... Y eso vale para los Freedom Fighters y para Flash¡Puñetero completismo absurdo!

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