Unicomic 2008: Comics, colegas y cerveza

Permítanme que les haga un breve y personal repaso a estas Jornadas del Comic de Alicante por las que siento un cariño muy especial, ya que fueron las primeras a las que asistía hace ya la friolera de ocho años, y el primer lugar en que se me puso delante todo un dibujante de comics dispuesto a dibujar sobre un papel lo que yo le pidiera (bueno, no todo, pero nos entendemos). Lamentablemente para mí, por motivos laborales me fue imposible asistir a las charlas teóricas realizadas en el Campus universitario de San Vicente por las mañanas, pero sí me di el gustazo de asistir a todas las que se celebraron en la Sede Universitaria de la ciudad de Alicante y en el auditorio de la Sala de Exposiciones de la CAM. Abrieron el fuego Pedro J. Colombo y David Lafuente, dos jovencísimos autores que comentaron a los aficionados asistentes sus difíciles comienzos en el mercado español y la necesidad de buscar trabajo en otros mercados más asentados como el francés o el estadounidense. Para la muchachada asistente fue muy interesante la constatación del difícil panorama nacional, en el que la industria al margen de las licencias es muy endeble y el mercado potencial para tebeos realizados por autores españoles es bastante reducido.

Pedro J. Colombo y David Lafuente durante la sesión de firmas del viernes.

Igualmente interesante resultó la conferencia de Antonio Martín sobre el proceso creativo de 36-39, Malos Tiempos, trilogía convertida a la postre en tetralogía con la que el autor Carlos Giménez aborda un ambicioso proyecto, retratar la Guerra Civil española y los primeros tiempos de la postguerra bajando a pie de calle y centrándose en las pequeñas historias de cientos de españoles que vieron sus vidas marcadas por la tragedia, el horror, el hambre, la muerte y la persecución política. Martín habló de la génesis del proyecto, de la intentención del autor, de la confusión que había provocado entre algunos lectores la portada del primer número (a la altura a nivel simbólico del plano final de La Vaquilla de Berlanga) y del proceso creativo seguido por Carlos en la elaboración de sus obras. Una lección magistral sobre Historia del Comic y sobre las historias que Carlos está plasmando en ella.

El viernes abría el fuego el dibujante albaceteño Vicente Cifuentes, que presentaba un album conmemorativo editado por Aleta para celebrar sus diez años de carrera en la historieta. Además de repasar sus comienzos, sus escarceos en el comic francés y sus proyectos para el mercado estadounidense, Cifuentes examinó en profundidad la que quizá sea hasta ahora su obra más ambiciosa, el album de ambientación negra Nubilus editado por Dolmen Editorial.

Vicente Cifuentes antes de aplicar las acuarelas a uno de sus espectaculares dibujos.

A continuación, y con el reducido espacio disponible abarrotado por los asistentes, otra lección magistral, en este caso de la mano de Enrique Breccia, hijo del genial Alberto Breccia (Mort Cinder, Eternauta, Mitos de Cthulu) y autor a su vez de obras tan destacadas como Alvar Mayor (junto a Carlos Trillo) o Ibáñez y más recientemente Swamp Thing o Lovecraft para el mercado norteamericano. Un repaso a la historia reciente de la historieta argentina, a sus inicios profesionales marcados como no podía ser de otra manera por la figura de su padre, a su personal y característico estilo de dibujo fruto de largas horas de solitaria práctica y perfeccionamiento y a su evolución profesional dentro del mercado. Uno de los temas que se trató fue el expolio sufrido por su obra Alvar Mayor, de la que no conserva ni uno sólo de sus originales, páginas que en el mercado se cotizan a varios miles de euros de los cuales el autor no ha visto ni un céntimo y que refleja la cara más amarga y triste del mundo del coleccionismo de originales en el que en ocasiones poco o nada tiene que ver la opinión del autor o sus derechos de propiedad intelectual y sí mucho la especulación y el ánimo de lucro.

Para cerrar la X Edición de estas jornadas, que ha contado con el público más numeroso y participativo de los últimos años, se contó con la presencia del dibujante bosnio Adi Granov, famoso por su arte para el arco In Extremis de Iron Man, por sus portadas para diversas colecciones Marvel y por su participación como artista conceptual para la producción cinematográfica Iron Man, de próximo estreno, y cuyo trailer vimos un par de veces entre aplausos. Charla amena y acompañada de una atractiva galería de ilustraciones, tengo que decir que la bataría de preguntas subsiguiente fue un tanto desconcertante, pues la concurrencia estaba más interesada en saber porqué nadie construía la armadura de Iron Man o cuánto costaría o si Granov había usado diseños viables a nivel de ingeniaría que en el método empleado por el ilustrador a la hora de realizar una portada o cualquier otra cuestión relacionada con su campo, el del dibujo. Dado que el sábado Barry Kitson me dió plantón por tercera vez -a mí y a todos los aficionados alicantinos- la sesión de firmas del sábado fue algo más extensa de lo habitual, lo que permitió que gran número de personas consiguiera su dibujo de Granov, Lafuente o Breccia.

Granov durante, lo adivinaron, su sesión de firmas.

Sin duda, una gran fiesta para los aficionados del comic, en la que al margen de las charlas y los dibujitos realizados por los autores (Lafuente, Colombo, Breccia y Granov), lo mejor fue el reencuentro con los viejos colegas (Jorge, Diego, Dani, Pablo, MJ, Vuarnet, Adri, los Skellington, los Constantine, Miguelito y Pep que este año sí pudo escaparse del curro por unas horas para recordar el festivo ambiente de las jornadas) y con los nuevos (Jaime Sirvent, un auténtico multitarea que tuvo tiempo de subir tres post durante las jornadas). Espero no haberme dejado a nadie en el tintero, pero si ha sido así, échenle la culpa a la CHERVECHA, como diría Homer Simpson, causa y a la vez solución de todos nuestros problemas, y si no, que se lo digan al supervisor del FreshCo que batió el record de servir más cervezas en el menor lapso de tiempo posible. El año que viene más, pero no mejor, porque eso es imposible. [Sí, lo sé, la frase es de Wyoming, pero queda genial ;D]