Leída en el momento de su publicación en yanquilandia, un servidor se ha aguantado muy mucho las ganas de comentar aquí muchos de los momentos que me atraparon a lo largo de esos 52 números, y como mucho comenté a algún cliente de la tienda algunos de los detalles relevantes a los que debía prestar atención o alguno de los personajes a los que no había que quitar ojo. A día de hoy, con la serie ya publicada en su totalidad, ya me siento más libre de comentarles algunos detalles sobre este experimento editorial que allí y aquí se ha convertido en un moderado éxito que ha sorprendido a muchos por el nivel de calidad alcanzado y ha enganchado a otros gracias al buen hacer de sus responsables. A nivel de guión la serie ha contado con algunos de los mejores escritores que trabajan en la actualidad en el género superheróico, con Keith Giffen, Grant Morrison, Mark Waid, Greg Ruckay Geoff Johns manejando a su antojo a personajes con décadas de historia, remozando conceptos caducos y dándoles todo un nuevo mundo de posibilidades y en suma, ofreciendo al lector una mirada panorámico a un universo lleno de personajes interesantes y conceptos atractivos que pocas veces han podido ser explorados de una forma tan libre y a la vez planificada, tan respetuosa y a la vez rompedora. Para plasmar sobre el papel el derroche de imaginación de los anteriores y cumplir con los plazos de un tebeo editado semanalmente DC tiró la casa por la ventana buscando un amplio plantel de artistas que se ocuparan de números o personajes concretos y que ofrecieran un nivel medio de calidad bastante aceptable. Partiendo de los bocetos de un Keith Giffen pletórico encontramos a dibujantes de la talla de Chris Batista, Pat Ollife, Justiniano, Darick Robertson, Joe Bennet, Mike McKone, Jack Jadson o Ruy Jose. Para rematar la jugada se contrató a J. G. Jones para realizar todas y cada una de las portadas de 52, un auténtico festín visual que afortunadamente ha sido recopilado en un tomo que permita disfrutar de esas maravillosas portadas.
*Black Adam lleva al reino de Kahndaq hasta una nueva edad de oro, y logrará por fin formar una nueva familia con su esposa Isis y su cuñado Osiris, la familia Black Marvel. Juntos lucharán contra la pobreza y la tiranía en diversas regiones de África, pero su desprecio por los emisarios de Intergang lo acabarán volviendo el objetivo de la organización.
*Ralph Dibny no ha podido superar la pérdida de Sue, y bordeando la frontera que separa la obsesión de la desesperación y la dedicación de la locura emprenderá una búsqueda por los ambientes mágicos y místicos que le permita reunirse con su esposa fallecida. Sus caminos se cruzarán con el yelmo del destino en busca de un nuevo huesped que merezca el manto del Dr. Fate y con Cassie Landsmark (Wonder Girl), devastada igualmente por la pérdida de Conner Kent y fundadora de un culto que quizá pueda resucitar a los muertos.
*John Henry Irons -Acero- verá como su sobrina cae bajo la influencia de Luthor y entra a formar parte como uno de los elegidos para el proyecto Infinity Inc. Proteger a Natasha, sobrevivir a los ataques de Luthor y destapar la verdad oculta tras el proyecto serán una ardua empresa para este Hombre de Acero.
*Booster Gold acompañado de su fiel e inseparable robot Skeets quiere convertirse en el primer héroe de Metropolis, aunque para ello deba recurrir a artimañas poco ortodoxas como "inventarse" peleas con villanos ficticios. La aparición en escena de Nova, un nuevo héroe, no le pondrán las cosas nada fáciles, como tampoco lo harán una serie de indicios que indican una amenaza mucho mayor que pretende jugar con el tiempo, con la realidad y que tiene una extraña relación con el número 52...
*El doctor Will Magnus aceptará la oferta de su antaño amigo T. O. Morrow para viajar a la isla de Oolong, donde las más brillantes y pérfidas mentes criminales desarrollan toda clase de ingenios mecánicos y armas biológicas para Intergang. La culminación de todos sus esfuerzos dará un fruto amargo y terrible, Los cuatro jinetes del apocalipsis que asolarán la Tierra y provocarán la III Guerra Mundial, preludio del explosivo final de la serie.
El carácter coral de la historia, la cantidad de tramas paralelas, de personajes secundarios y cameos, de localizaciones diferentes hace de esta serie un auténtico repaso del UDC, y convertía la lectura semanal de cada número en un suspiro que dejaba con ganas de más, por lo que finalmente opté por acumular varios números y leer 52 de cinco en cinco números como mínimo. A lo largo de todo ese año fueron muchos los momentos maravillosos que la serie ofreció, entre los que me gustaría destacar la muerte y resurrección de Question, el caso final de un Ralph Dibny brillante y valiente como nunca, la abnegación de Adam y Buddy sobreviviendo a todo y a todos con tal de volver al lado de los suyos, el enfrentamiento de Will Magnus contra todos los mad doctors ayudado por unos reciclados y diminutos metal-men, o la revelación del primer jinete del apocalipsis, una sorpresa que me dejó clavado en el asiento por lo brutal y sorprendente, y que tendría consecuencias terribles para un personaje cuya evolución me había encantado y que quedaba condenado irremisiblemente a repetir antiguos errores. A eso hay que sumar dos números finales de auténtica antología que he releído en castellano para no perder comba del complejo entramado cronológico y argumental de la serie. En el 51 se cierran prácticamente todas las tramas, se celebran reencuentros y se producen sentidas despedidas, mientras que en el 52 de 52 los amigos Giffen, Johns, Waid y Morrison juegan con el Universo DC a su antojo, repasan los momentos más significativos del año ofreciendo una explicación argumental satisfactoria para todos ellos y dan a luz a un nuevo pero viejo y a la vez diferente concepto de Universo que puede ofrecer posibilidades infinitas para los lectores. Fue un viaje bonito que duró un año en la vida, y es un viaje que volvería a hacer sin dudar, lo cual ya es mucho. Como diría aquel: No es el final. Es el comienzo...
6 comentarios:
totalmente de acuerdo. Ha sido un viaje apasionante por el universo DC durante todo un año. A mí lo que menos ilusión me ha hecho ha sido lo de Question, en fin, uno que es nostálgico, pero por lo demás un gran cómic. Muy entretenido e ideal para conocer mejor a los personajes del Universo DC. Muy buena reseña.
Jajaja, Jaime, a nostálgico no creo que me gane. Y aunque en principio la trama alrededor de Vic Sage y su enfermedad me chirrió un poco -por el cariño que le tenía al personaje de su gloriosa etapa ochentera, Denny O'neill y Dennys Cowan mediante- si algo saben hacer bien en DC -bueno, a veces- es lo de pasar el testigo y establecer un legado que hay que mantener. Y un momento acongojante y memorable, la verdad, les quedó.
Mucho tendria q ponerme al dia... lo deje en el numero 15 mas o menos...
Nacho
Jejeje Nacho, te dejaste lo mejor ;D Y ahora hay que empalmar con el Countdown, que aunque de menor calidad es necesario para "estar al día" con el DCverso.
Sí, con 52 hay que tener paciencia, esperar a que se vayan desarrollando las tramas, y la verdad es que se recogen los frutos. En principio creo que me voy a leer Countdown en la fnac aprovechando que se publicará en tomitos, no sé si lo compraré.
Bien pensado, Jaime, porque el Countdown creo que es el polo opuesto de 52: trama confusa, un montón de series derivadas... Digo que creo porque aunque lo tengo enterito en yanqui me voy a esperar a la edición de Planeta que va incorporando los spin-off y así me asimilo definitivamente al ritmo de edicion española.
Publicar un comentario