En el Callejón del Crimen cae una noche más oscura de lo normal. A un bar infecto van llegando sin prisa ni pausa algunos de los elementos más notorios y característicos del hampa criminal de Gotham. Catwoman, Dos Caras, el Acertijo, el Joker, todos ellos preguntan a Joe Chill, el barman del garito, donde es el velatorio. En la parte de atrás del barucho un ataúd conteniendo el cadáver del Caballero Oscuro es velado respetuosamente por Alfred, su confidente y leal mayordomo durante décadas. La concurrencia, dividida entre aquellos que se enfrentaron a él y los que le llamaron aliado y amigo se prepara para darle el último adiós y presentarle sus respetos.
El funeral de Batman comienza y uno a uno, los asistentes van desgranando un particular panegírico funerario en el que recuerdan alguna historia memorable sobre los encuentros o enfrentamientos que tuvieron con el héroe fallecido. Resulta curioso que todas y cada una de las historias terminan con la muerte de Batman, una muerte diferente cada vez y con distintos protagonistas pero que conduce al punto de la historia en el que nos encontramos y que refleja en todo momentos la férrea voluntad, la determinación absoluta y el inconmesurable valor de un luchador nato cuyo final estuvo implícito en todos y cada uno de los actos de su vida. Dos voces contemplan la escena y comentan las historias de Catwoman, Alfred, Batgirl, Joker o Robin, señalando las inverosimilitudes e incongruencias de la historia. Quiénes son esas voces y cuál es el sentido de todo es algo que todo seguidor del Hombre Murciélago o aficionado al comic en general debería descubrir leyendo la historia.
Batman: ¿Qué le sucedió al Cruzado Enmascarado? es una historia muy especial publicada en dos partes (Batman 686 y Detective Comics 853) con la que se pretende hacer un sentido homenaje a Batman en un punto de inflexión especialmente crítico para el personaje, y que además es obra de dos verdaderas figuras del comic contemporáneo: el guionista estrella Neil Gaiman y el dibujante estrellita Andy Kubert. La intención de la editorial era similar a la que en su momento sirvió para cerrar las colecciones de Superman y renovar al personaje tras Crisis. Los encargados entonces de repasar la leyenda del Hombre de Acero y darle un final a la altura de las circunstancias entre la nostalgia, la melancolía y la grandeza, fueron Alan Moore y Curt Swan, y la historia resultante es una joya que merece leerse una y otra vez: ¿Qué le sucedió al Hombre del Mañana? En este caso no se han cerrado ninguna de las cabeceras de Batman, ni se va a refundar el personaje partiendo de cero, pero sí es cierto que tras Batman RIP y Crisis Final la vida de Bruce Wayne ha sufrido una verdadera conmoción que lo ha colocado en una situación realmente particular que -espero- todavía nos permitirá disfrutar de grandes historias con el personaje.
Teniendo claro desde la editorial este particular momento vivido por el personaje, resultaba más que oportuno una suerte de punto y seguido que celebrara las décadas de buenas historias y el rico universo que rodea a Batman y llena Gotham City de maldad y mallas de colores y de los más variados traumas psicológicos y tics criminales. El elegido para crear una historia a la altura de esas intenciones fue Neil Gaiman, un escritor capaz de lo mejor así como de embarcarse en productos más comerciales y asequibles al gran público que llevaba unos años alejado del mundo de los comics, más centrado en su faceta de novelista. Con un punto de partida contundente -Batman está muerto y sus amigos y enemigos se reúnen para rendirle tributo-, Gaiman concibe una historia atemporal que no es un otros mundos al uso, sino más bien una suerte de todos los mundos en los que recoge decenas de historias y personajes y los condensa en un universo que es el de todos los Batmans de todas las épocas y le da un final que es, al mismo tiempo, un nuevo comienzo. Historia circular y contenida en su plasmación de los sentimientos de una Catwoman que llora por su amor frustrado, perdido antes siquiera de llegar a materializarse, o de un Alfred capaz de la más sutil y artera de las manipulaciones con tal de mantener la cordura -o alimentar la locura, en una peculiar doble lectura del mismo relato- de su señor y amigo, ¿Qué le sucedio al Cruzado Enmascarado? es en grado último la plasmación escrita del amor y la devoción de un escritor hacia uno de los mitos más poderosos y persistentes del comic a lo largo de los últimos 70 años.
Acompañando a Gaiman en tan meritoria empresa nos encontramos al menor de la saga de los Kubert, Andy, que ya había dado muestras de su buen hacer con el personaje en los primeros compases de la etapa de Grant Morrison y que aquí deja de lado sus problemas con el calendario de entregas -al tratarse de un proyecto de dos números- y ofrece un trabajo antológico, una maravilla de dibujo y composición en la que el estilo puede sufrir leves alteraciones de viñeta en viñeta y en función de las necesidades de la historia, asumiendo una labor similar a la de Gaiman en el guión homenajeando a los dibujantes y diseños de Batman a lo largo de las décadas anteriores. Hay momentos en que Kubert remite a Brian Bolland, a Dick Sprang, a Jim Aparo, a Neal Adams, y a sus respectivas misiones de un mismo arquetipo que, pese a las diferencias siempre mantenía una esencial y poderosa iconografía.
La edición española, en tapa dura, hace honor a la calidad y merecimientos del comic, incluyendo un prólogo del autor sobre la génesis y las intenciones de la obra y un repaso final a los bocetos conceptuales y a la labor de confección del arte de cada página, complementos de lujo que permiten echar un vistazo a los entresijos artísticos de un tebeo que, si bien creo que no es una obra maestra, sí se constituye en una historia imprescindible para todos aquellos que amamos a Batman como personaje y que lo hemos acompañado a través de unas cuantas décadas en sus alegrías y tragedias, en sus avatares editoriales y en sus momentos de crisis. Hasta la vista, Caballero Oscuro, seguro que nos veremos pronto.
7 comentarios:
Al fin una crítica positiva y benevolente que ya me estaba quedando la sensación que era el único al que le había gustado este pequeño relato. La gente creo que se ha creado una expectativas desmesuradas de lo que era este cómic y su título sólo ha hecho que se le intente comparar con el relato de Alan Moore con el que no tiene nada que ver. Como bien dices no es una obra maestra pero para mí es un emotivo y sencillo homenaje a Batman y nada más que eso.
A mí tb m gustó un montón.
Una historia de repeto y homenaje sincera, bonita y bien hecha.
Mythos, creo que el tebeo es una lectura más que recomendable y se encuentra a medio camino entre el Gaiman más comercial de 1601 y el más personal de Sandman. Un equilibrio ajustado que ofrece una visión emotiva y bastante ajustada a lo que muchos pensamos de la esencia del personaje, además de a sus diferentes versiones y a sus varias renovaciones. No vuela tan alto como la historia de Moore para Superman, desde luego, pero es mejor que el setenta por ciento de tebeos publicados en su mes, y seguro que no me pillo los dedos por mucho. ¡Un saludo mítico!
Korinthian, me alegra ver que hemos sido varios los que hemos disfrutado con el comic. Menudo trabajo del amigo Andy. A ver si nos lo traen pronto por aquí que es el único de la familia que aún no ha visitado España :D
A Joe Kubert lo vi yo hace nada en Granada precisamente. Un "chaval" muy simpático.
En lo que dices del cómic en cuestión estoy de acuerdo palabra por palabra y seguramente con el setenta por ciento, según el mes, te quedas corto xDD
Saludos
Caballero, después de leer su reseña me temo que va a ser compra y lectura obligada.
Esta la cosa apretaica estos meses, Jaime, la cantidad de novedades y ediciones de lujo es verdaderamente brutal. Y desde luego este tebeo estaría muy alto en mi lista de preferencias ;D
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