sábado, diciembre 08, 2012

Severed: El corazón podrido de América

El joven Jack Garron lleva una vida tranquila junto a su madre en un pequeño pueblo de la América Rural. Con una cierta afición por la música y cercano a entrar en la escuela secundaria, Jack lleva la vida rutinaria y normal que se espera de un adolescente. Sin más aviso que una nota furtiva dejada en la noche, el muchacho hace un hatillo y se lanza a las carreteras de la América de 1916, una nación que comienza a vislumbrar el filo de un abismo social con los lejanos ecos de la guerra europea de fondo.


Muy pronto el muchacho se dará de bruces con una cruel realidad, la de que en el mundo hay muchas personas dedicadas a satisfacer sus necesidades sin ninguna clase de restricción moral, empleando, en la mayoría de ocasiones, todo el poder que su posición o su situación económica les permitan. Tras un azaroso viaje como polizón en tren, donde conocerá a otro muchacho mucho más espabilado que él con el que entablará una sincera amistad y una relación de compañerismo mutuo que les beneficiará a ambos, Jack llega a Chicago, una gran ciudad en proceso de expansión y en plena efervescencia a la que acude en busca de su padre desaparecido.


Mientras tanto, en un orfanato rural, un empleado de la General Electric está buscando un joven aprendiz para que le ayude en su trabajo, a lo cual las monjas del centro responden con total rapidez al poder dar un futuro mejor a uno de sus niños. Lo que esconde Mr. Porter bajo sus melifluas maneras y educación pronto lo descubrirá el muchacho en una casa perdida en mitad del bosque, donde Porter satisface sus apetitos de las más terribles y variadas maneras. Como no podía ser de otra manera, los destinos de Jack Garron y Mr. Porter están inextricablemente unidos a través de las sendas oscuras de un país que muchas veces no es, o no quiere ser, consciente, de los monstruos temibles que se ocultan en su seno.


Nos encontramos con Severed ante una serie limitada de siete números publicada en el seno de la editorial Image, en la que sus autores encontraron total libertad a la hora de plasmar una historia alejada de modas y con un enfoque muy personal y bastante intimista. Los autores del guión son el actualmente en boga Scott Snyder -verdadero motivo por el que le he dado una oportunidad a Severed- y Scott Tuft, que además de tocayos ya han repetido tándem creativo en el anual de la Cosa del Pantano de este año. Los créditos de Snyder incluyen la serie American Vampire y el más que exitoso relanzamiento de Batman dentro del desastre de los New 52 de DC. Dado que no había leído ningún tebeo de Scott Snyder, y ante el temor de lo que podría encontrarme con su etapa en la colección del Hombre Murciélago, decidí hacer algunos deberes antes, y leer esta que se considera como una de sus obras más personales antes de meterme en harina.


En el apartado artístico nos encontramos con Attila Futaki, que se encarga de todo el apartado artístico desde la cubierta hasta el color. El dibujante húngaro, con una activa carrera en su país trabajando en una revista de historietas que él mismo dirige, desarrolla un encomiable trabajo que comienza con el diseño de unas portadas que progresivamente van desvelando el horror subyacente en la historia, y prosigue con un trabajo de interior repleto de naturalismo, con una documentación histórica exhaustiva para reflejar adecuadamente los dos periodos de la historia -1916 y década de los 50-, un interesante trabajo a la hora de plasmar con afán realista a sus personajes y una gran habilidad a la hora de trabajar con el color. En cierta manera, tanto por el tono artístico como por esa ambientación rural de parte de la historia, Severed me resulta la hermana mayor de aquel tebeo del que hablé hace unos años, Freaks of the heartland, con el que guarda no pocos puntos en común.


Son muchos los aspectos de este tebeo que merecerían por sí solos la lectura de este tebeo, al margen del excelente nivel de calidad alcanzado por sus autores que se plasma en un planteamiento sólido de la historia, con una progresiva complicación de las tramas salpicada de giros no por esperados menos sorprendentes hasta alcanzar la angustiosa conclusión, y en una plasmación gráfica de la misma inmersiva en lo ambiental y empática respecto a los personajes descritos. Me gustaría destacar tres de esos aspectos. El primero y fundamental es su villano, el monstruo de esta historia de gótico americano que nos desvela a otro de esos hombres del saco que se pasean por las carreteras del Medio Oeste a la búsqueda de nuevas víctimas y que ocultan sus miserias en lo profundo de las comunidades rurales. Porter puede resultar atractivo, simpático o civilizado cuando sus fines lo requieren, pero el depredador implacable que se esconde bajo la tenue pátina de civilización bajo la que se oculta resulta francamente aterrador cuando desvela su verdadera cara en toda su magnitud, y de hecho, además de cierta dimensión mítica con que se inviste a su personaje en los compases finales de la historia, tengo que reconocer que en el último cuarto de Severed tuve que releer un par de páginas para asimilar lo que se me estaba contando en toda su crudeza y salvajismo.


La habilidad de Tuft y Snyder es tal, que pese a arrancar la narración a modo de flashback consiguen que la incertidumbre se apodere del lector a la hora de seguir las andanzas de Jack y su amigo Sam. Y este sería el segundo aspecto destacable, el grado de realismo y naturalidad con el que escriben a sus personajes, que hablan y se comportan como muchachos, aun cuando su experiencia los sitúen a extremos opuestos de la vida, el primero un bisoño y crédulo muchacho de campo perdido en un mundo de buscavidas y desesperados, y el segundo un pilluelo que ha pasado toda su vida en las calles y sabe lo necesario, aprendido generalmente a base de golpes y de malas experiencias, para valerse en una sociedad en la que, estando a punto de entrar de lleno en los locos años 20, las diferencias sociales van abriendo un abismo cada vez mayor entre los que más tienen y aquellos que han nacido desposeídos de casi todo.


Finalmente, y en relación con lo anterior, me gustaría destacar la recreación de una época como la de principios de siglo, con una sociedad cuyo progreso se plasma en el crecimiento urbanita alimentado por la sangre de aquellos que llegan de las comunidades rurales. No se nos hurta ni un solo paso del proceso que se inicia en el campo, fluye a través del ferrocarril, arteria de comunicación principal, alcanza la gran ciudad repleta de bullicio, nuevas formas de negocio y grandes construcciones, y volvemos a hacer el camino inverso, por esas carreteras secundarias repletas de sangre, sudor y lágrimas, hasta el profundo y aterrador corazón de las tinieblas norteamericanas. En suma, les recomiendo la lectura de un tebeo íntimo a la hora de representar la historia de sus personajes, con sus sueños y aspiraciones, y abierta y francamente aterrador cuando estos se encuentran frente a frente con un depredador que sabe moverse por el sistema bajo una piel de cordero y como la peor de las arañas, es capaz de urdir una telaraña de mentiras, medias verdades y espejismos que conducen inexorablemente hasta la guarida donde sus ponzoñosas y terribles fauces quizá no dejen escapar a su presa.

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