A finales de los sesenta una serie de asesinatos perpetrados por un asesino en serie sumieron al área metropolitana de San Francisco y condados circundantes en una psicosis colectiva de miedo y paranoia. El hecho de que el asesino comunicase datos de sus crímenes a través de diversas cartas remitidas a varios periódicos de la zona, y que nunca fuera capturado no hicieron sino aumentar su leyenda. Las "hazañas" del asesino del Zodíaco realmente no fueron espectaculares comparadas con otros serial killers como Gein o Bundy. Su body count se reduce a 7 víctimas confirmadas pese a que él se atribuyera más de 30, 2 de las cuales sobrevivieron. La osadía de las cartas, la trascendencia pública que obtuvo gracias a la cobertura en prensa y televisión y su trasvase al imaginario popular americano le han convertido en toda una leyenda negra de la historia criminal norteamericana. Su figura ha inspirado decenas de novelas, películas de diverso calado (entre la que destacaría Dirty Harry, una explotaition del fenómeno que llevaba a la pantalla grande una de las amenazas que Zodíaco realizó pero nunca llegó a cumplir: el secuestro de un autobús escolar, film que trascendió el carácter oportunista del momento de su realización para crear su propia leyenda), comics o canciones.
Uno de los autores más destacados en aproximarse al caso real ha sido Robert Graysmith, el dibujante humorístico del San Francisco Chronicle que vivió de primera mano la investigación de los asesinatos y que durante años recopiló información sobre el asesino y sus crímenes. Ese material sirvió de base para los libros Zodiac y Zodiac desenmascarado: la identidad del asesino en serie más escurridizo de América. En base a las experiencias personales de Graysmith y a sus investigaciones y elucubraciones nos llega la producción cinematográfica Zodiac [No sería esta la primera novela de Robert Graysmith llevada al cine, ya que su investigación sobre la muerte de Bob Crane, el actor principal de la serie Los Héroes de Hogan, fue adaptada por Paul Schrader en el film Desenfocados, protagonizado por Gregg Kinnear y Willem Dafoe], digámoslo alto y claro desde el principio: OTRA obra maestra de David Fincher.
La película de David Fincher es mas que una reconstrucción de los misteriosos crímenes -que también- la recreación de una época y de un estado de ánimo muy concretos, los últimos sesenta y los primeros setenta, época marcada por la intervención en Vietnam o el Watergate. Tras la recreación de alguno de los asesinatos, rodada de forma fría y sin detenerse en excesivos aspavientos o sensacionalistas recreaciones de cara a la galería, el film entra en la materia que le interesa, la cual no es otra que presentar los hechos desde el punto de vista de los tres personajes principales: Graysmith (Gyllenhaal), Avery (Downey Jr.) y Toschi (Ruffalo). Lo que importa no es tanto la identidad del asesino o el reflejo de cómo afectó su amenaza a la sociedad norteamericana en general, sino detenerse en tres casos particulares, tres hombres cuyas vidas se relacionaron profundamente con la del asesino y que de un modo u otro dedicaron a él su esfuerzo, su prestigio y su bienestar. Paul Avery era el periodista de sucesos del Chronicle, bebedor y fumador empedernido, es el típico retrato del perdedor desencantado y cínico que sabe reconocer un último tren cuando lo ve. En sus propias palabras el caso del Zodíaco es un "pelotazo" que dará fama y riqueza al que lo resuelva. No hay en él altruismo o generosidad, pero sus investigaciones abrirán nuevas direcciones para la investigación. Graysmith, compañero de redacción de Avery se verá atraído compulsivamente por el caso. De personalidad retraída y gentil, su interés pronto se transformará en obsesión, una compulsión casi patológica que se prolongará dos décadas, mucho más tiempo del que el caso estuvo en el candelero. En Graysmith es donde más hincapié hace la narración, en su relación personal con Avery, con su familia, con Toschi, en sus investigaciones. Por su parte David Toschi era el policía estrella de la policía metropolitana de San Francisco, nada menos que el personaje real en el que se basó Steve McQueen para componer el personaje de Bullit. La investigación de Toschi, secundado por su compañero Armstrong (Anthony Daniels) chocará con dificultades jurisdiccionales, con la meticulosidad del asesino, con las intromisiones de la prensa y con las presiones políticas, llegando incluso a ver comprometida su carrera. En el transcurso de la trama se plantearán más preguntas que respuestas, y los interrogantes nunca serán satisfechos sino mediante conjeturas o sospechas más o menos fundadas. Aún así, la hipótesis de Graysmith es expuesta claramente y finalmente el sospechoso cero, aquel que según todos los indicios fue el asesino, tendrá nombre y apellidos, aunque nunca fuera encausado por delito alguno relacionado con Zodiac ni pagara por esos crímenes.
(El nacimiento de una obsesión. Los periodistas comienzan a indagar los misteriosos mensajes del Zodiaco.)
La película de David Fincher es mas que una reconstrucción de los misteriosos crímenes -que también- la recreación de una época y de un estado de ánimo muy concretos, los últimos sesenta y los primeros setenta, época marcada por la intervención en Vietnam o el Watergate. Tras la recreación de alguno de los asesinatos, rodada de forma fría y sin detenerse en excesivos aspavientos o sensacionalistas recreaciones de cara a la galería, el film entra en la materia que le interesa, la cual no es otra que presentar los hechos desde el punto de vista de los tres personajes principales: Graysmith (Gyllenhaal), Avery (Downey Jr.) y Toschi (Ruffalo). Lo que importa no es tanto la identidad del asesino o el reflejo de cómo afectó su amenaza a la sociedad norteamericana en general, sino detenerse en tres casos particulares, tres hombres cuyas vidas se relacionaron profundamente con la del asesino y que de un modo u otro dedicaron a él su esfuerzo, su prestigio y su bienestar. Paul Avery era el periodista de sucesos del Chronicle, bebedor y fumador empedernido, es el típico retrato del perdedor desencantado y cínico que sabe reconocer un último tren cuando lo ve. En sus propias palabras el caso del Zodíaco es un "pelotazo" que dará fama y riqueza al que lo resuelva. No hay en él altruismo o generosidad, pero sus investigaciones abrirán nuevas direcciones para la investigación. Graysmith, compañero de redacción de Avery se verá atraído compulsivamente por el caso. De personalidad retraída y gentil, su interés pronto se transformará en obsesión, una compulsión casi patológica que se prolongará dos décadas, mucho más tiempo del que el caso estuvo en el candelero. En Graysmith es donde más hincapié hace la narración, en su relación personal con Avery, con su familia, con Toschi, en sus investigaciones. Por su parte David Toschi era el policía estrella de la policía metropolitana de San Francisco, nada menos que el personaje real en el que se basó Steve McQueen para componer el personaje de Bullit. La investigación de Toschi, secundado por su compañero Armstrong (Anthony Daniels) chocará con dificultades jurisdiccionales, con la meticulosidad del asesino, con las intromisiones de la prensa y con las presiones políticas, llegando incluso a ver comprometida su carrera. En el transcurso de la trama se plantearán más preguntas que respuestas, y los interrogantes nunca serán satisfechos sino mediante conjeturas o sospechas más o menos fundadas. Aún así, la hipótesis de Graysmith es expuesta claramente y finalmente el sospechoso cero, aquel que según todos los indicios fue el asesino, tendrá nombre y apellidos, aunque nunca fuera encausado por delito alguno relacionado con Zodiac ni pagara por esos crímenes.
Cinco años ha tardado David Fincher en dirigir otra película desde la funcional Panic Room, thriller funcional a la mayor gloria de Jodie Foster, y las expectativas puestas en este proyecto eran altísimas. Con una historia apasionante, un reparto de campanillas y una implicación personal en el film elevadísima David Fincher(el director reconoce que de niño el caso le marcó profundamente) no sólo no ha decepcionado sino que ha confirmado su calidad como director y, sobre todo, su evolución como cineasta. Así, en Zodiac reduce al mínimo los artificios innecesarios (tanto formales como argumentales) y demuestra un dominio prodigioso tanto de la narrativa clásica -canónica y concisa pero totalmente absorbente- como de la exposición de los hechos. Se nos cuenta cerca de 30 años de historia, con multitud de saltos temporales y espaciales, y en ningún momento el espectador se halla perdido. Contemplamos un enorme fresco al cual le faltan tan sólo las últimas pinceladas de un rostro desdibujado, pero aún así somos capaces de percibir -y disfrutar- el gran cuadro.
Si a la labor de Fincher añadimos el espectacular reparto masculino de la cinta, en el que destacarían en primer término los mencionados Jake Gyllenhaal como el tímido y obsesionado Graysmith, Mark Ruffalo como el resuelto Dave Toschi, Robert Downey Jr. ofreciendo un suculento avance de lo bien que hará de Tony Stark dándole a la botella, y un Anthony Daniels que, pese a haberse prodigado poco en cine, demuestra que es mejor actor de lo que pensarían sus seguidores en Urgencias. Pero es que junto a ellos aparece un reparto coral impresionante: Dermot Mulrooney, Elias Koteas, Brian Cox, Phillip Baker Hall, James LeGross, Chloe Sevigny, Clea DuVall, por citar a los más reconocibles.
No se pierdan estas tres horas de cine en estado puro, una gozada que abre y cierra la canción de Donovan "Hurdy Gurdy", un círculo perfecto que no contiene más que obsesiones, muerte, soledad, locura, preguntas sin respuesta, y la pizca de amor y amistad necesarios para sobrevivir a todo ello. Como la vida misma.
4 comentarios:
Solo por esta critica me voy a ir a verla.
Qué presión, Adri, ahora como no le guste me sentiré culpable.
Sufre, sufre!!!
Aunque en este caso sí que podré repartir culpas, jejeje.
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