viernes, octubre 23, 2009

Nightmare Alley: El callejón de las almas perdidas

Stanton Carlisle es un tipo ambicioso y espabilado que forma parte de la compañía de fenómenos ambulante Ten-O-One. En ese mundillo cerrado y regido por sus propias reglas, muchas de ellas al margen de la sociedad, y destinadas a preservar el estilo de vida del feriante a costa de la credulidad de los habitantes de las ciudades y pueblos que visitan, Carlisle trabaja como ayudante de Madame Zeena, una adivinadora que ha depurado muchos de los trucos de su maestro hasta ser considerada una de las mejores del negocio. Nada de mágico ni de sobrenatural esconde Zeena bajo su turbante, sólo un abrumador montaje y un complejo código para transmitir mensajes desde la audiencia sin que esta se percate de que Madame Zeena no lee sus mentes ni adivina su porvenir.


En el Ten-O-One se encuentran junto a Zeena y Stanton un variopinto grupo de fenómenos de circo que van desde lo curioso hasta lo aberrante. Un forzudo alemán, una bella muchacha que recibe descargas eléctricas ataviada con ropa interior metálica, un marinero tatuado, un acróbata tullido excepcionalmente fuerte, un enano con malas pulgas... Todos ellos despiertan la admiración, el asombro y el miedo en los lugares donde actúan, pero uno de ellos resulta asqueroso y fascinante por encima de todos ellos, el Monstruo, un despojo humano que vive entre sus propios excrementos y se alimenta de carne cruda y sangre de gallina. Cada día en el circo de monstruos de feria de Ackerman-Zorbaugh es una lucha intensa por mantener la propia humanidad y dignidad humana en un entorno tan dado a la burla brutal, a la deshumanización y a ver a los semejantes como monstruos o como "primos" a desplumar, dependiendo de qué lado del escenario se esté contemplando tan peculiar espectáculo a medio camino entre lo trágico y lo grotesco.


Endogamia, miedo al mundo exterior, secretos guardados celosamente para no revelar los trucos del oficio, extrañas relaciones entre los componentes de tan heterogénea troupe... En ese ambiente Stanton pronto dará rienda suelta a su desmedida ambición y a su incapacidad para empatizar con sus congéneres. Primero a partir de su complicada relación con Zeena y más tarde como mentalista de éxito acompañado de la hermosa Mary, el gran Carlisle alcanzará el sueño del éxito con la permanente sombra de sus pesadillas más oscuras atormentando su alma, unas pesadillas en las que es perseguido de forma inmisericorde por callejones sombríos de los que no hay escapatoria.


El callejón de las almas perdidas fue escrita por William Lindsay Gresham en 1946, tras largos años de vivir rodeado de charlatanes, adivinadores y fenómenos de feria. Dotada de una gran carga naturalista y mostrando claramente retazos del pensamiento izquierdista de Gresham, la novela gozó de notable éxito en el momento de su publicación, algo que llamó la atención de la industria del cine y más concretamente del actor Tyrone Power. Que una estrella consagrada mostrase tal interés en interpretar a un tipo amoral, arribista y totalmente negativo como Carlisle da una idea de la fuerza del personaje y de las posibilidades que ofrecía para alguien que buscaba verdaderos retos interpretativos.


Seis décadas después, y tras un infructuoso intento previo de adaptar esa poderosa y tremebunda historia al comic, el artista independiente Spain Rodriguez hace suyo el proyecto y decide adaptar él mismo el material original e ilustrar su propio guión. A lo largo de siete años Rodriguez alternó el trabajo en esta negrísima novela gráfica junto con otros proyectos, hasta que finalmente y gracias a la editorial Phantagraphics, Nightmare Alley vio la luz en la forma de novela gráfica. El acercamiento de Rodriguez al material original viene facilitado, además de por la calidad del mismo, por las similitudes entre las obras de Gresham y Rodriguez, con un pensamiento cercano a la izquierda más combativa y con un conocimiento de primera mano de las miserias humanas y de la capacidad innata del hombre para el mal y la degradación (Gresham por sus contactos en el mundo de la feria y Spain por haber vivido como miembro de una banda de moteros).

La novela gráfica relata con todo lujo de detalles el ascenso y caída de Stanton Carlisle, sin hurtar los detalles positivos que humanizan al personaje o provocan conmiseración en el lector y sin maximizar los delitos o faltas que comete a lo largo de sus años como feriante, mentalista de vodevil o espiritista. A través de extensos diálogos, que en muchos casos parecen remitir al original novelesco, o de gráficas descripciones del funcionamiento de los números o de la vida en la feria, Rodriguez dibuja un mundo en que no hay cabida para los grises y los personajes se manejan entre la honestidad y la inocencia o la ambición sin límite y la amoralidad absoluta. Con un dibujo que remite al comic underground, con un dominio naturalista de la figura humana en toda su belleza o fealdad, y con una excepcional habilidad para mostrar la acción desde todos los puntos de vista, las diferentes etapas de la vida de Carlisle se nos muestran de forma aterradoramente clara en una disección en blanco y negro que no esconde un erotismo exacerbado en ciertos pasajes, una brutalidad seca y real en otros y un intento de comprender y acercar al lector/espectador a unos tipos humanos que despertarán la compasión, la simpatía o la repugnancia, llegando al extremo de aglutinar en un mismo personaje muchas de esas sensaciones.


Drakul Ediciones, en su línea Likantro, edita esta novela gráfica en una cuidada edición que incluye un pormenorizado estudio sobre la obra en todas sus manifestaciones artísticas (literatura, cine, comic) firmado por Gary Groth -editor de la revista Comic Journal y cofundador de Fantagraphics-, una reproducción nítida de los recargados dibujos de Rodriguez y una traducción casi literaria que no presenta las erratas o faltas a las que últimamente y por desgracia nos tienen acostumbrados otras editoriales por así decir mayoritarias. Tebeo absolutamente recomendable que he podido leer gracias a la amabilidad de los miembros de Drakul y que desde aquí recomiendo encarecidamente a todos aquellos amantes de los relatos de género negro o a los que en su momento disfrutaron de Freaks o Carnivale, película y serie magistrales cada una en su campo que muestran con sus luces y sus sombras, sus miserias, alegrías y tragedias un mundo que pese a estar dedicado a entretener esconde en su interior mucho dolor, frustraciones y sueños rotos... en el callejón de almas tan perdidas como las que encontrarán aquí.


Nightmare Alley. El callejón de las almas perdidas,
de Spain Rodriguez
Adaptación de la novela de William Lindsay Gresham
Rústica con solapas
Blanco y negro. 136 páginas

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