-Tres cargadores y mis pelotas.”
Frase tan macarra dicha en el momento justo pertenece a la película Serenity, más que derivada, continuación directa de la serie Firefly, de la que tuve ocasión de hablaros hace un par de semanas. Muy buenas vibraciones tenía antes del estreno de la película, y debo decir que se vieron confirmadas apenas comenzada la proyección.
En cinco minutos introductorios, una profesora da una clase magistral de historia universal donde se nos cuenta el ascenso de la Alianza y su victoria sobre los Independentistas. Tras ello, el prólogo del film, que lo es también de la serie, nos cuenta como el doctor Tam rescató a su hermana del complejo médico en el que experimentaban con ella. Sin pausa, ya entramos de llenos en las andanzas de la tripulación de la Firefly casi al completo (Inara y el Pastor brillan por su ausencia). Un atraco complicado por una incursión Reaver (esos ominosos cavernícolas antropófagos y violadores de cadáveres que sólo aparecían mencionados en la serie de tv), la subsiguiente persecución por un desierto rocoso, peleas de bar, trampas urdidas por un misterioso y despiadado Operativo de la Alianza que no se detendrá ante nada para capturar a la fugada River Tam... El secreto que ésta oculta en lo más recóndito de su mente, capaz de hacer tambalear la estructura de la Alianza, será el motor que impulsará la trama, llevando a los personajes de un lado a otro de la galaxia en busca de unas respuestas que no serán nada fáciles de asimilar.
El ritmo de los acontecimientos no da tregua al espectador. Bien es cierto que sin el background de la serie Firefly, muchas de las referencias al pasado inmediato de los personajes (como la ausencia inicial de Inara o el reverendo), las pullas que se lanzan entre ellos (la rivalidad manifiesta entre Jayne y los Tam) o la evolución de algunos personajes, pueden resultar algo crípticas para el no conocedor del universo galáctico de Joss Whedon, pero la acción y el espectáculo inundan la pantalla tan a menudo que tampoco importa demasiado. Además, hasta cierto punto de la película, dichas escenas están rodadas con un tono festivo que remite directamente a las producciones clásicas de aventuras, esas donde Errol Flynn podía poner en peligro su vida con una sonrisa en la boca. Eso sí, llegados al tercio final del metraje el amigo Whedon deriva la trama hacia unos derroteros mucho más oscuros y peligrosos que lo que hacía suponer el tono general de la serie. Y es que los Reavers resultan un enemigo temible desde cualquier punto de vista: salvajes hasta lo indecible, imparables, su único impulso es la obtención de presas a cualquier coste para satisfacer sus muchos y brutales apetitos. Y la acción festiva se torna en huida desesperada, maniobras a vida a muerte y resistencia hasta el último aliento, estrechando en un pucho el corazón del espectador. Y no quiero desvelar nada más. La banda sonora de David Newman mantiene la ambientación de la serie, con guitarras folk y violines country. Los efectos CGI dan el pego bastante bien, y pese a contar con la tercera parte de presupuesto que Star Wars Episodio III los mundos que nos presenta y las batallas espaciales resultan de lo más conseguido. Eso sí, para lograr un mayor grado de espectacularidad, aquí las naves sí rugen y las explosiones espaciales retumban por doquier, alejándose de la sobriedad de sonido televisiva. En el debe, que algo hay, como en todo, el hecho de que la película sólo será apreciada en su totalidad por los chaquetas marrones, aquellos que hayan tenido la suerte de ver Firefly antes, ya que los personajes y las situaciones se dan por conocidos de entrada, y las explicaciones son las mínimas. También se desaprovecha mucho a algunos personajes, caso de Inara (viendo la película nadie sabría que pertenece al ramo de señoras de compañía), el reverendo, Wash, el piloto, o Kaylee. El protagonismo se centra principalmente en Mal y en River y ello hace que el tono coral de la serie se diluya un tanto y haciendo que algunos elementos que habrían podido dar mucho juego pasen casi de refilón ante nuestros ojos.
En resumidas cuentas, no me lo pasaba tan bien en el cine desde hacía bastante tiempo. Divertida, emocionante, con momentos emotivos y emocionantes, Serenity ha resultado ser el estupendo broche final para Firefly. Y dado el relativo fracaso económico de la cinta, mucho me temo que hemos sido testigos del grandioso y último periplo de la luciérnaga Serenidad.
Como buenos "chaquetas marrones" -como se autodenominan los fans yanquis, que llegaron a protagonizar campañas de presión para impulsar el proyecto del film- solo queda esperar que todo se edite en España para que el común de los mortales pueda disfrutar de este pedacito de universo. Abajo, unos enlaces. Quizá alguien más quiera unirse a los "browncoats"...
2 comentarios:
AY!! Toda la semana luchando para no enterarme de nada (aún no he podido ir a verla y me muero de ganas)y por fidelidad a tu blog, lo primero que leo es la frase de la peli de la que todo fan habla... y que yo había rehuido magistralmete ;-)
Pues al final de Hause of M Lobezno se queda sin poderes mutantes y cae muerto de viejo a la par que, sin factor de curación, destrozado por su propio esqueleto de adamantium!!
Alaaaaaa, spoileando que da gusto! Y eso que no he hablado de detalles argumentales, jeje. ;)
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