En mayo del 96 aparecía en las librerías americanas el número 1 de una colección muy especial: el relanzamiento por todo lo grande del supergrupo más famoso y destacado de la JLA. Tras unos años de "bache" comercial y artístico era necesario relanzar la cabecera de forma digna, y nada mejor para ello que recurrir al escocés loco, al guionista de las ideas inabarcables, al calvo amante de los gatos. Grant Morrison inició una andadura que duraría algo más de tres años (con algún fill-in de Mark Waid) y en la que le acompañaría el dibujante Howard Porter, cuyo estilo funcional no estaría a la altura de los guiones del maestro. Pese a ese handicap la serie consiguió colocarse meritoriamente entre los comics más vendidos, y motivos para ello no faltaban. Morrison estableció un equipo de lujo que asentaba sus bases sobre los iconos de la compañía: Superman, Batman, Wonder Woman, Detective Marciano, Aquaman, Flash y Green Lantern. A ellos hubo que añadir a Acero, Plastic Man, Oráculo, Zauriel, Green Arrow... Desde el comienzo hubo una serie de referencias artúricas: la mesa redonda, los "caballeros", la saga de la Roca de los Tiempos tenía algo de búsqueda del Grial y de transfiguración mística de aquellos inmersos en ella.
La maldición de Plissken
Pero si algo tenía claro Morrison desde el principio era que él acabaría su etapa con un Big Bang, y para ello fue dejando caer pistas desde el principio, en forma de premoniciones y sueños que vaticinaban la llegada de Magedón. La última saga de la serie, World War III, se publicó a mediados del 99, momento en el que yo me subí al carro del Previews, desesperado por estar perdiéndome la etapa de Morrison. Sólo llegué a leer los tres últimos números de la saga, pero el comienzo de la distribución de VID en España me hizo abrigar esperanzas de leer su etapa completa. Esperanzas truncadas. Otros dos añitos después llega Norma, y empieza por Waid y luego tímidamente reedita la JLA de Morrison, llegando un poco más allá de VID, pero dejando colgada de nuevo la última saga. Y llega Planeta (nótese el cachondeo editorial por el que han pasado los derechos de DC, y luego piensen en cambios de formato, precio, etc, etc...) y empiezan publicando la etapa Kelly/Mahnke. Dos añitos de Planeta han tenido que pasar para que la JLA de Morrison estuviese publicada íntegramente. Para nuestra desgracia.
III Guerra Mundial
Un artefacto primigenio llamado Magedón y conocido como "el portador de la guerra" se dirige a la tierra. Afectando a todo ser vivo, los efectos que produce Magedón son inmediatos: la hostilidad, el odio y la desconfianza exacerbados campan a sus anchas por el planeta, generando un conflicto bélico global. Por si fuera poco, la JLA sufre un nuevo ataque por parte de la nueva Liga de la Injusticia, con Luthor, Prometeo, Eiling y la Reina Abeja como formidables oponentes a batir. Ante esa doble amenaza las habilidades, poderes y resitencia de los heroes serán puestos a prueba y llevados al límite si quieren salir con vida y evitar que la humanidad se autoextermine en un genocidio/suicidio masivo.
Como en el resto de sagas de su etapa, Morrison plantea de inicio una amenaza imposible, bigger than universe, podríamos decir. Para resolver la situación los personajes se dividirán en grupos que actuarán sobre los diferentes aspectos de la amenaza. Cada uno de ellos suele disfrutar de grandes momentos épicos en la resolución de algunas de las situaciones, pero el cariño de Morrison por ciertos personajes se refleja en el diferente tratamiento dado a cada uno de ellos. En este tomo destacaría el "momento" Kyle Ryner ("por primera vez me siento de verdad Linterna Verde"), Batman luchando con Prometeo y usando la técnica Stephen Hawking (se me escapó una carcajada con esa doble splash, más espectacular imposible), la conveniente aparición de Buddy Baker, la intervención de Zauriel ante la corte celestial (años ha me emocionó especialmente este homenaje a Espartaco), o el sacrificio de Aztek. Si algo se puede achacar a este modo de plantear las cosas es un excesivo apelotonamiento de ideas y conceptos amontonados a lo largo de páginas muy sobrecargadas que luego se resuelven un un par de viñetas o en espectaculares -qué menos- splash pages (el mejor ejemplo serían las dos intervenciones de Aquaman, acabando primero con una guerra civil en Atlantis y luego marchando a pacificar la superficie).
Digno colofón para la etapa Morrison, que con otro dibujante se habría convertido en una obra maestra del género superheroico, que por fin hemos podido disfrutar -aunque no en condiciones, lamentablemente-. Sólo he tardado una década en poder leer la serie desde que se publicó. En un par de meses sabremos a qué nivel funcionan sus 7 Soldados de la Victoria.
Nota sobre la edición:
Planeta ofrece una traducción pésima y una nula corrección/revisión del texto que habría eliminado muchos de los errores, algunos de ellos garrafales (¡¡¡¡"Gonder Coman del World of man"!!!!), que sufre el lector a lo largo del tebeo. Además, se añade esto al hecho de que el último tomo de Norma -Justicia para todos- se publicó de forma igualmente lamentable en cuanto a traducción, con lo que fácilmente los últimos 12 números de Grant Morrison están masacrados editorialmente en su edición española. Y es que un tebeo no son sólo los dibujicos, sino algo más. Para que vean que hay de todo en la viña de Planeta: leídos de un tirón los 4 primeros tomos del Sandman Mystery Theatre, oigan, y ni una errata. Una edición casi perfecta.
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