jueves, diciembre 28, 2006

Mes esmeralda: Linterna Verde: Renacimiento


Kyle Rayner se estrella en el desierto a bordo de una nave espacial. Pese a estar herido y a que transporta en un cofre algo aparentemente valioso, rechaza utilizar su anillo de poder. A partir de ese momento somos testigos de una serie de acontecimientos que se producen en paralelo y que afectan de una u otra manera a todos los relacionados con la herencia de Hal Jordan y el Green Lantern Corps. Por un lado asistimos a las dudas que están consumiendo a Hal Jordan como Espectro, incapaz de seguir castigando inmisericordemente a los culpables sin sentir remordimientos. Esa desazón le lleva a hablar con Flecha Verde, John Stewart o Guy Gardner. Por otro lado Guerrero (la identidad de Gardner tras perder su anillo) sufre una reacción metabólica salvaje que cubre su cuerpo de tumores y lo acerca a una masa crítica que amenaza con explotar. La desaparecida Coast City reaparece de la nada a la vez que John Stewart se vuelve loco y ataca a sus compañeros en la Atalaya, y en el desierto un enajenado Kilowog lucha con Rayner para que emplee su anillo, un anillo que anuncia la llegada de… ¡Parallax! Sólo la aparición de Ganthet comenzará a aclarar algo el complejo tapiz que hasta el momento los acontecimientos han venido tejiendo.


Y aquí, contra mi habitual prudencia, sí destripo argumento, así que los que no hayan leído GL: Renacimiento y vayan a hacerlo en un futuro, que se salten este párrafo. Lo que Ganthet y Rayner desvelan es la existencia de una impureza en el anillo conocida como Parallax, una entidad primigenia que se alimentaba de miedo y que tras ser derrotada por los Guardianes de Oa fue confinada en la cárcel más segura que aquellos pudieron concebir: la batería de poder verde. Así, la famosa impureza de los anillos no era en sí el color amarillo, sino lo que simbolizaba dicho color, el miedo irracional y primordial aprisionado en la fuente de poder de los anillos. Esa fuerza corrompió a Jordan aprovechando el miedo de éste a la soledad y la pérdida de los suyos tras la desaparición de Coast City. Ya empujado por la entidad Parallax, Jordan luchó contra sus propios compañeros y contra Siniestro, al que mató… aparentemente. Porque esa fue la pantomima final que Siniestro y Parallax, confinados ambos en la misma prisión, habían urdido para obtener la libertad y la cumplida venganza contra sus enemigos. Sería un Jordan poseído por Parallax el que impulsara la Hora Zero, y el mismo que se sacrificara para volver a dar vida al sol moribundo en La noche final… Sólo que el cuerpo de Hal quedó protegido en el sol por la energía verde mientras que su alma acabaría convertida en el Espectro. Es su cuerpo lo que Rayner ha traído de vuelta a la tierra, y es el miedo a la impureza lo que le obliga a no usar su anillo.

Lo que queda es un Hal Jordan completamente rehabilitado de todos los actos de maldad cometidos en el pasado, ya que en realidad fueron realizados por Parallax, ocupando su cuerpo. Junto a John Stewart, Kyle Rayner, un Guy Gardner de nuevo con anillo, Kilowog, Sentinel, Jade, y toda la Liga de la Justicia, Hal Jordan deberá afrontar la amenaza desatada de un Parallax liberado de toda atadura y de su compinche Siniestro, haciendo honor a su nombre como nunca.

Serie limitada de seis números frenética en su desarrollo, repleta de momentos épicos que se alternan con las conversaciones intimistas entre antiguos amigos que rememoran con nostalgia una época de inocencia ya pasada para siempre. Me gustaría resaltar la conversación mantenida con Carol Ferris o con Oliver Queen, que caracterizan al personaje tan bien como los momentos de grandeza heroica. Geoff Johns es el encargado de orquestar esta sinfonía épica con mano maestra, y encaja las piezas del universo esmeralda de los últimos quince años en una de esas historias retroactivas que de estar bien documentadas, argumentadas y desarrolladas pueden arreglar un desaguisado mayúsculo –como es este caso- pero que tantas otras veces fracasan en el intento de arreglar un personaje o dar un nuevo giro a una colección. Afortunadamente Geoff Johns ya llevaba varios años dejando muestra de su buen hacer en títulos de la casa como Stars and S.T.R.I.P.E, Flash, JSA, Teen Titans o Hawkman. Una de sus virtudes fundamentales es la de conocer a la perfección el material con el que trabaja, en este caso la historia del Universo DC, y ha sido capaz en más de una ocasión de lograr una mirada unificadora e integradora de diversos elementos dispersos a lo largo de los años y que habían degenerado en una serie de reboots a la moda de cada época. El mejor ejemplo lo tenemos con el modo en que integró las diferentes encarnaciones de Hawkman en la renacida JSA y del modo en que devolvió a la continuidad DC al personaje, de cuya colección también se ocupó en su primera etapa en solitario. Conocedor del Universo DC, devoto del concepto de herencia, de familia, de respeto a una tradición heroica, nadie mejor que Johns para devolver a Hal Jordan a la grandeza que nunca debiera haber abandonado.

Para ilustrar la historia se contó con Ethan Van Sciver, ilustrador minucioso y detallista en el trazo que ya había hecho el especial Flash: Iron Heights para la casa y cuyo estilo, algo rígido y repleto de líneas me recuerda un tanto a Brian Bolland. A destacar de este dibujante sus números para New X-Men y el arco argumental que recientemente ha elaborado para Superman/Batman.

Para acabar, la valoración final de la historia es netamente positiva –siempre desde la óptica de un servidor- ya que cumple con su doble objetivo: por un lado, el de ofrecer una historia épica, entretenida, emotiva y divertida; y por otro, el de devolver a Hal Jordan a su sitio, y al tiempo reintegrar otros elementos que también habían sido maltratados por los devenires editoriales a lo largo de los años. Es el caso de Guy Gardner, un personaje de lo más cool en los ochenta que convirtieron en un payaso en los 90 a base de repetir siempre el mismo chiste y de descolocarlo una y otra vez, primero con el nefasto uniforme azul en su colección regular (ilustrada por un Joe Staton en clara decadencia) y posteriormente transformándolo en un Warrior cuya única intervención destacable en la última década fue la conversación mantenida con Parallax en La noche final. Se avecinan buenos tiempos para el renacido Cuerpo de Linternas Verde. ¡Que la batería de poder de Oa les sea propicia y venturoso su futuro!

2 comentarios:

Pep dijo...

El amigo Johns, que además es de nuestra quinta (canalla...), sabe que nos gusta y nos lo da. Me alegro por Hal, ya que morir como murió y demás, fue un despropósito que el personaje no merecía.

Saludicos!

Plissken dijo...

Pep:

Ayns, no me recuerdes lo de nuestra quinta, que me deprimo ;)

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