Franklin Richards: Mocoso de Laboratorio

En el año 2005 Marvel publicaba un one-shot dedicado al benjamín de la Primera Familia Marvel, Franklin Richards: Hijo de un genio. La favorable acogida de ese tebeo, tanto entre la crítica como entre el público propició la aparición de varios especiales más (Todo el mundo quiere a Franklin, Espectacular verano súper y Feliz Acción de Gracias), que han sido recopilados en el tomo Franklin Richards: Mocoso de Laboratorio (Brat Lab en el original, jugando con el sentido de "mocoso" y su parecido fonético con Rata de Laboratorio).

Con un estilo de dibujo cercano al de las tiras cómicas, una estructura recurrente similar al de éstas o a los cortos animados, y una intencionalidad puramente cómica, la lectura de estos tebeos es una gozada para el aficionado. Cada one-shot se divide en historias autoconclusivas de cinco páginas que parten de una premisa similar. A Franklin se le ocurre una brillante idea, ya sea para no ir a la escuela o para probar un invento de su padre o simplemente para orquestar una inocente travesura, que provoca un desastre de tal magnitud que H.E.R.B.I.E. el robot –aquí transformado en sufrida niñera robótica del tremendo niño- debe arreglar de un modo u otro antes de que: a) Sue y Reed se percaten del lío, lo desconecten a él por fallar en su tarea y castiguen a Franklin; o b) La realidad se vaya al garete por culpa de alguna de las ocurrencias del muchacho.

La inspiración fundamental de estas historias es la de Calvin & Hobbes, no estoy descubriendo nada nuevo, tanto en el espíritu inocente y blanco –con un puntito cáustico- de los guiones como en el aspecto gráfico de los personajes y en algunas secuencias, planificadas casi como si de una tira cómica o una página dominical se tratara. Sin llegar a los extremos de genialidad que la obra de Bill Watterson alcanza –por favor, que alguien edite YA el integral con las aventuras de Calvin & Hobbes. ¡¡¡YA!!!- el tebeo se lee con una sonrisa perenne en los labios y alguna ocasional carcajada ante la perplejidad con que Franklin contempla el resultado de alguna de sus “hazañas”, las sufridos quejas y los irónicos comentarios con que H.E.R.B.I.E. va salpicando sus tareas de robo-nanny y las ocasionales -pero necesarias- intervenciones de los miembros de los 4F.

Los autores de tan feliz invento son Chris Eliopoulos (historia, dibujo y rotulación) y Marc Sumerak (historia y guión), demostrando que se puede trabajar dentro de una franquicia ofreciendo un producto de calidad y orientado a un sector del mercado tan difícil como el infantil. El tomo recopilatorio fue publicado en el formato digest –un poco más pequeño que nuestras Bibliotecas Marvel- dentro de una colección orientada al público de menor edad, con títulos como Power Pack o Marvel Adventures: Fantastic Four. Tarea harto complicado es la de conseguir un tebeo que los más pequeños puedan disfrutar y que los adultos puedan leer con esa sonrisa cómplice en los labios al reconocer muchas de las trastadas y situaciones. Y el tandem formado por Sumerak y Eliopoulos sale airoso de tal empresa.

Dos nuevos especiales han aparecido desde que se editara este recopilatorio, March Madness y WORLD must be WARned. Esperaré a que el compañero de trabajo que me dejó el tomito Lab Brat se compre una hipotética futura recopilación para seguir disfrutando de las aventuras de Frankie, H.E.R.B.I.E. y demás familia.