Chuck Palahniuk lo escribió, Plissken lo adaptó líbremente y Bob Dylan proporcionó las herramientas virtuales y el acompañamiento musical para que este mensaje más vigente que nunca nos recuerde en estas fechas quienes NO somos y en qué NO deberíamos convertirnos. O no, que dogmatizar no es lo mío. En cualquier caso, ¡¡¡dale caña Bob!!!
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