Daniel Craig, en busca del doble cero

Recojo el desafío amistoso lanzado por mi colega Pep en su revival bloguero para hablar hoy de cine, en uno de mis famosos "coming soon". Dado el éxito de mi último pronóstico, con la excepcional Infiltrados, es hora de lanzarse a la piscina con la que se aventura como una de las últimas polémicas cinéfilas del año. El 24 de noviembre llega a nuestras pantallas Casino Royale, adaptación de la primera de las novelas que Ian Fleming le dedicó al agente secreto más famoso del cine.

El argumento casi parece sacado de un capítulo del Superagente 86, aunque claro, sucede todo lo contrario. El agente soviético de la agencia SMERSH, Le Chiffre (nombre código "Cifra") opera en el Casino Royale como jugador de baccarat. Para desbaratar sus planes el MI6 enviará a uno de sus agentes experto en el juego para que haga saltar la banca, cosa que logrará con la ayuda de Felix Leiter, agente de la CIA. Como vemos muchas de las constantes del universo bondiano ya aparecen desde el comienzo de la saga literaria, que contó con una extravagante adaptación en los años 60 que merecería un libro para sí sola. Así que nada mejor para relanzar la franquicia bondiana en su quinto reboot propiciado por al cambio de actor (recordemos: Lazenby, Moore, Dalton, Brosnan y ahora Craig) que volver a los principios, dejarse de tanta arma automática y tanto gadget y convertir los puños de James Bond en su arma más preciada junto a la Walther PPK. Ya veremos lo que da de sí la cosa, pero por lo pronto el trailer es de los que prometen acción, una cuidada ambientación y un reparto de lujo. Más adelante hablaremos en profundidad de la película una vez vista, pero por lo pronto, sepan que Casino Royale cuenta con mi voto de confianza y con mis esperanzas de disfrutar de un nuevo Bond. Como diría el androide Ash, "cuenta con todas mis simpatías".