En el país de las fábulas (y II)

En el apartado gráfico de Fábulas, dos han sido los principales dibujantes que se han ido alternando. Desconozco si eso es debido únicamente al distinto tono de las historias, o si por contra se buscó esa rotación para evitar molestos fill-ins y así lograr que los dibujantes puedan trabajar con tranquilidad y terminar con tranquilidad y detalle el arte de cada número.

Abriendo el fuego nos encontramos con el artista filipino Lan Medina, encuadrado en el estudio de Brian Hoberlin, cuyo estilo realista y "sucio" se ajustaba como anillo al dedo a la ambientación de la primera historia. Los personajes quedan perfectamente caracterizados desde el primer momento, empezando por el artero Barbazul, un Lobo Feroz que parece el primo hermano de John Constantine y una Blancanieves inteligente, decidida, atractiva hasta personajes más secundarios como el buen Rey. La narrativa es muy ágil y mantiene una estructura clásica que ayuda a establecer el tono durante los primeros números.

Mark Buckingham, de sobras conocido por los lectores de este blog tomaría las riendas en este segundo arco argumental, y con su dibujo llega la magia. Los personajes comienzan a mostrar en cada viñeta una caracterización perfecta, especialmente Lobo Feroz, cuya expresividad se tiñe de una ferocidad o tristeza muy "lobunas", reflejando esa dicotomía de animal salvaje encerrado en el cuerpo de un hombre que tanto juego ha venido dando. Además Mark es un maestro de la narrativa y la composición, tanto de páginas simples (jugando con marcos, repetición de motivos identificativos, o formas que tienen que ver con lo narrado en la página), como en ciertas páginas dobles en que abre el plano de la historia y nos llena la escena con decenas de personajes interactuando. A este respecto diría que magistrales son las páginas dobles en la granja, donde describe de un plumazo el nuevo escenario, o la de los soldados de madera armándose para ir a la guerra, perfectamente planificada y plasmada sobre el papel. Dibujo expresivo, espectacular cuando toca, repleto de detalles (¿habéis visto el muñequito de Irma ahorcado en el retrovisor de un coche?) Y con una gran capacidad narrativa. ¿Se nota que me gusta? Por cierto, apoyando en el entintado de ambos Steve Leialoha, dibujante con varias décadas de recorrido que completa el plantel artístico definitivo de la serie.

De lo publicado en España cabría recordar el especial El último castillo, con prólogo y epílogo del estilizado y preciosista P. Craig Russell e interiores de Craig Hamilton. Es una pena que no fuera el primero el encargado de ilustrar todo el número, pues aunque Hamilton cumple dignamente los bellos lápices de Russell habrían dado aún más empaque al resultado final.

Y ya para acabar, hay que reconocer el justo merito del portadista, el ilustrador James Jean, cuyo arte exquisito, preciosista y lleno de detalle ya supone una gozada por sí solo. Espero que al finalizar Fábulas se haga un merecido tomo recopilatorio con todas las portadas de la serie, como ya se hiciera con las de Fabry para Preacher o McKean para Sandman.

Y aún hay más, señores, sigan atentos a su Plissken-canal...